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Entrevista:MARC GASOL | 'Pívot' del Akasvayu Girona y campeón del mundo con la selección española de baloncesto | Baloncesto | Liga ACB

"No tengo por qué volver al Barça"

Robert Álvarez

El mismo día en que su hermano Pau regresaba a Estados Unidos para iniciar la recuperación de su lesión en Memphis, Marc Gasol (Barcelona, 1985) se ponía a punto para afrontar su estreno con el Akasvayu Girona en la Liga ACB, ayer, en Valladolid. Cedido por el Winterthur Barcelona al equipo que dirige el también ex azulgrana Svetislav Pesic, el flamante campeón del mundo con la selección española no pudo debutar de mejor forma en su nuevo club: ganó la Liga Catalana tras derrotar en la final a sus ex compañeros.

Pregunta. Su vida deportiva ha dado un vuelco total.

Respuesta. Sí. De estar en el Barça y no saber muy bien dónde ir, y tener que decidir cuál debía ser mi camino y mi futuro, a venir aquí, a Girona, porque estaba Pesic. Además, un jugador de la selección se lesionó [Fran Vázquez] y Pepu Hernández me llamó. El resto ya lo sabe todo el mundo.

"Físicamente, estoy peor que en el Barça. Y allí no jugaba. No soy mejor jugador, ni hago las cosas más rápidas, ni salto más, ni tiro mejor"
"Tenía en mi habitación los pósters de Shaquille, Olajuwon y Bird, que eran mis ídolos de la NBA. Y si tienes un ídolo, quieres llegar donde está él"

P. ¿Tuvo muchas dudas?

R. Sí. No sabía si ir a un equipo que sólo jugara un partido por semana o no. Más que nada, por la posibilidad de contar con más minutos. Hasta que llegó el Mundial era el cuarto o el quinto pívot de cualquier equipo porque no había tenido minutos en ninguno. Pero en el Mundial cambiaron un poco las cosas y he pasado a ser el tercer o el segundo pívot. Tuve suerte. Todo salió bien. Ganamos el Mundial y el caché subió directamente. Aunque no seas mejor jugador, la gente te valora y te conoce más y espera más cosas de ti.

P. ¿Cómo se explica ese cambio?

R. Físicamente, estoy tal vez peor de lo que estaba en el Barça y, a pesar de eso, allí no jugaba. Yo no soy mejor jugador, ni hago las cosas más rápidas, ni salto más, ni tiro mejor.

P. ¿Las pasó canutas cuando vio que no jugaba los minutos que esperaba?

R. Hubo momentos muy duros. Pero un profesional debe estar preparado y, si no puede ayudar al equipo en la pista, intentar ayudar fuera y en los entrenamientos. Tienes que aportar algo. No debes pensar sólo en tu disputa con el entrenador porque no juegas.

P. ¿No tuvo un punto de rebeldía?

P. Por suerte, tengo buena gente a mi alrededor. Me calmó un poco. Porque cualquier persona normal tiene ganas de decir algo, de comentar 'oye, ¿qué pasa aquí?'. Pero ya lo hacía mucha gente por mí. Me comentaban: 'Oye, en la rueda de prensa le hemos preguntado al entrenador [Dusko Ivanovic] por ti y ha dicho que confía mucho en ti'. Y yo decía: 'Sí, sí... Ya lo veo. Debe de confiar mucho en mí, pero finalmente no juego'.

P. Cuando el Barça fichó al griego Bourusis para los últimos partidos, ¿qué pensó?

R. Ya casi me reí. Si tenía alguna duda y si él [Ivanovic] decía que tenía que estar preparado porque un día tenía que jugar, después de eso ya fue el apaga y vámonos. Fue la guinda. Yo ya pedí salir del Barça mucho antes. Di un margen de cuatro meses. Vi que quería contar con tres pívots y que yo no estaba entre ellos. Lo vi, pero pensé: 'Hay que estar aquí y trabajar por mi ilusión de estar en el Barça y triunfar en el equipo en el que me he hecho como jugador'. Aguanté cuatro meses duros de trabajo y mentalmente difíciles por mi novia y por mi familia, que es de Barcelona. Cuando dije que quería irme, fue todavía peor. Si jugaba poco, todavía lo hice menos. Fue en febrero.

P. Tiene una espina clavada.

R. Todo eso ya es pasado. Me sabe mal, pero el hecho de sólo un mes después de aquello estar en la selección española, que es la mejor del mundo en todos los sentidos, y además venir a Girona, donde la gente está muy enganchada al equipo y donde reconocen tu trabajo, es muy bonito.

P. Pese a todo, su primer objetivo debe ser triunfar en el Akasvayu para volver al Barça.

R. Pues no crea. Tengo muy claro que, si las cosas siguen así, no tengo por qué volver. La gente que no confió en mí en un momento determinado no tiene por qué hacerlo ahora. Yo soy el mismo. No tendría sentido. Sería forzado. Lo forzarían ellos porque la gente se lo pediría, ya que me salió un buen Mundial y, además, lo ganamos. No me quieren y sólo les daría problemas. Me encantaría ser jugador del Barça, sería mi ilusión, pero tampoco a cualquier precio. Volver para ser el undécimo o duodécimo jugador...

P. Su nivel en el Mundial fue magnífico. ¿Se ve capaz de mantenerlo o mejorarlo?

R. Yo hice mi trabajo, pero hay que evolucionar y hacer más cosas. Si sólo te centras en eso, te cierras. Fueron nueve partidos. Aquí se me pide más responsabilidad, tirar más del equipo, marcar un poco más la diferencia. En el Mundial era un jugador que intentaba, con su defensa, con sus ganas, cambiar un poco el partido, descentrar al rival.

P. Pepu comentó que le pedía rebotes, defensa. Y que, a medida que cogiera confianza, sus propios compañeros iban a confiar más en usted en el ataque.

R. Mejor no podía definirlo. Con rodaje y con minutos en la pista te vas sintiendo otro. Es muy diferente jugar un partido sí y tres no que jugar cada uno e ir asimilando cosillas que no se pueden aprender por más que te entrenes. Si no estás allí, en Saitama, ante 20.000 personas... No es lo mismo. Fue un cursillo acelerado muy provechoso.

P. Tuvo un punto de suerte.

R. Sí. Hasta el momento no la había tenido. Siempre comentamos que Pau tuvo esa suerte cuando Seikaly [antigua estrella de la NBA] dejó el Barça a media temporada [en 2000]. Son pequeños detalles que a veces se dan y hay que estar preparado para aprovecharlos.

P. ¿Muchas de las situaciones por las que ha pasado son un reflejo de que se valora más el jugador extranjero?

R. Es una lástima porque hay españoles muy buenos. Si fuera aficionado al baloncesto y llevara los niños al pabellón, me gustaría que vieran a un jugador que pudieran nombrar y no a un tal Cichinski. Y que pudiera contarles dónde creció y a qué escuela fue. Los niños se ilusionarían mucho más.

P. Se vería en la NBA...

R. Lo he vivido tan de cerca cuando estuve jugando y estudiando en Memphis... No veo tantas diferencias, aunque las hay como se comprobó en el Mundial. Claro que me hace ilusión. Es mi sueño desde pequeño. Yo también tenía colgados en mi habitación los pósters de Shaquille O'Neal, Olajuwon o Bird, mis ídolos. Y, si tienes un ídolo, siempre quieres llegar donde está él.

Marc Gasol, en el pabellón de Fontajau, en el que juega su nuevo equipo, el Akasvayu Girona.
Marc Gasol, en el pabellón de Fontajau, en el que juega su nuevo equipo, el Akasvayu Girona.PERE DURAN

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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