Aventura mochilera

El actor, que estos días representa La curva de la felicidad en el teatro Lara (Madrid), recorrió Europa a principios de los ochenta en compañía de su mujer, con la mochila al hombro y sorteando incidentes.

Primer desastre.

Nada más empezar el viaje hacia Génova nos robaron la mitad del escaso presupuesto que llevábamos. A partir de ese momento tuvimos que hacer uso de los recursos más primitivos para conseguir comida.

Dé detalles, no se corte.

Pues alguna vez robábamos comida en los supermercados. Así ahorrábamos dinero para las entradas de los museos en los que no nos podíamos colar. Dormíamos en las estaciones, nos colábamos en los trenes y huíamos del revisor como El Lute.

¿Hasta dónde llegaron?

Hicimos autoestop desde el norte de Grecia y llegamos hasta lo que entonces era Yugoslavia con un traficante de café. La gente se sorprendía de vernos. Nos ofrecían manzanas y nos apuntaban su dirección en los billetes, por si no teníamos donde caernos muertos.

Un lugar al que volvería.

Trieste, por ser tan melancólica. Hasta el nombre lo dice. Y Creta, donde se unen el cielo y el mar.

Ahora revisará bien la cartera antes de viajar, ¿no?

Por supuesto. Hace poco volví a Roma y no me lo podía creer. Me decía: "Tengo tarjetas de crédito, dinero, estoy en un hotel... ¡Espero que no sea un sueño!".PEDRO REYES

ACTOR