Lamikiz deja su puesto a Ana Urquijo
El presidente del Athletic dimite "para que desaparezca el elemento de distorsión"
Fernando Lamikiz anunció ayer su dimisión como presidente del Athletic, lo que automáticamente convirtió a Ana Urquijo, única vicepresidenta tras la dimisión de José Miguel Lanzagorta, en la nueva rectora del club rojiblanco. Urquijo era la quinta mujer con cargos directos en un club que sólo permitió el acceso de las mujeres al palco de San Mamés en los años 80, durante el mandato de Pedro Aurtenetxe. Ahora será la primera en dirigir el club.
La decisión de Lamikiz se anunció ayer en el transcurso de la asamblea ordinaria de socios compromisarios diez días después de que el público de San Mamés reclamara la dimisión del presidente tras el 1-4 frente al Atlético. Durante ese tiempo, Lamikiz ha intentado cohesionar a su junta directiva a lo largo de trece horas de reunión en los últimos dos días, algo que finalmente no ha conseguido. Al menos el ya ex presidente si consiguió unir a su junta en torno a Ana Urquijo para intentar llegar al final de la temporada, cuando se convocarían elecciones anticipadas. Los resultados y el nivel de crispación en la entidad determinarán si eso es posible.
Lamikiz, obligados a dimitir prácticamente a la mitad de su mandato, reconoció en su discurso que el Athletic "está en una situación de crisis" y la institución vive "una situación convulsa". Al final de su discurso, anunció su dimisión para que "desaparezca ese elemento de distorsión, que, al parecer, soy yo". Antes, Lamikiz reconoció que, deportivamente, el equipo vivió la pasada temporada "ocho meses agónicos". "Se me hicieron eternos", afirmó. "Ahora tampoco hemos empezado bien y parece que permanecen los rescoldos del pasado", señaló un presidente que mantuvo la serenidad en la tribuna y se retiró al borde de las lágrimas.
Lamikiz se limitó a despedirse con un discurso plano, huyendo de debates y discusiones, lejano al victimismo y al sentimentalismo. Se esperaba una situación grandilocuente tras diez días de presunta incertidumbre en los que el abogado tanteó a sus compañeros la posibilidad de continuar hasta el término de la temporada. El hecho de trasladar a la junta de socios el anuncio de su decisión anunciaba un discurso institucional, agrio o dulce, que, sin embargo, no se produjo. Lamikiz prefirió recalcar una gestión económica que calificó de buena (1,8 millones de euros oficiales de déficit) y una mala situación deportiva derivada de una situación hostil del fútbol para con la filosofía del Athletic.
Lamikiz insistió en que los diez días utilizados para alcanzar una decisión no ha sido "un periodo de dudas, sino de reflexión en busca de lo mejor para el club". En ese sentido, Lamikiz consideró que su dimisión única, manteniendo a la junta directiva en su puesto, garantiza la tranquilidad para un equipo que se vería, en su opinión, muy alterada si se produjera un periodo electoral en el transcurso de la temporada. Esa habría sido la aportación fundamental de su junta, según dijo, en un momento delicado del club, que requiere clama y tranquilidad. La cultura del miedo se ha instalado en el Athletic, que ya se ve acosado económica y deportivamente.
Lamikiz anunció que Ana Urquijo, como vicepresidenta, era "la sucesora natural" y estatutaria ante la dimisión del presidente. En su junta existían dos vicepresidentes, Lanzagorta y Ana Urquijo, pero el primero dimitió hace unos meses. Otros directivos ya han anunciado su decisión de dimitir. En principio, no parece que sean muchos. Si fueran la mitad más uno de cuantos se presentaron en las elecciones, habría que convocar comicios inmediatos. Nada es descartable en este momento. El Athletic está al albur de los resultados deportivos.
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