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La 'vía de la gasolina' de Barajas se convertirá en un paseo verde

Los 27.000 vecinos de la Alameda de Osuna (Barajas) están divididos por una barrera: una antigua infraestructura ferroviaria que era utilizada por los trenes para llevar el combustible al aeropuerto. Ahora el Ayuntamiento de Madrid pretende eliminar esta vieja estación abandonada y sustituirla por una avenida ajardinada de tres kilómetros de longitud. Por eso, aprobó ayer en junta de gobierno el proyecto, que tiene una inversión de 18.912.387 euros.

La vía de la gasolina, una franja de terreno "infrautilizado y residual" entre la avenida de Logroño y la de la Hispanidad, tiene una anchura media de unos 30 metros. Por allí discurre la vía férrea abandonada. En menos de dos años se convertirá en una zona arbolada con zonas verdes y un área de juegos infantiles y de mayores, según dijo el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón. Además, el proyecto incluye un carril-bici y paseos peatonales.

El suelo está ocupado ahora por una línea férrea abandonada

La nueva avenida se prolongará entre las calles de Joaquín Ibarra y Riaño. Contará con una franja verde de 20 metros de anchura, las aceras tendrán entre dos y tres metros de anchura y

habrá una calzada para el tráfico de cuatro metros. Para evitar que los coches circulen a gran velocidad por la calle, se introducirán medidas restrictivas, como la elevación de los cruces y pasos de peatones y la utilización de adoquín en los cruces del mismo color que las aceras. Además, se reservarán 606 plazas de aparcamiento.

Con el proyecto desaparecerán los antiguos puentes de ferrocarril. No obstante, se levantará una nueva plataforma para uso exclusivo de peatones y bicicletas sobre la autovía de Barcelona (A-2).

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El proyecto, que se extenderá a lo largo de toda la Alameda de Osuna en forma de L, se irá adaptando a la geografía urbana. En la zona de Ciudad Pegaso con fuertes taludes, se plantarán arbustos y césped formando macizos con el objetivo de suavizar los taludes. En el área de la calle de Rioja se plantarán pinos y tendrá una vegetación más frondosa. En el último tramo se plantarán chopos y tendrá un diseño más urbano, con jardines vecinales.

El alcalde aseguró que las obras comenzarán "ya" en los suelos municipales, en cuanto estén listos los permisos y licencias. No obstante, una parte de la zona es de titularidad del Administrador de infraestructura ferroviaria (Adif), dependiente del Ministerio de Fomento. El Consistorio ha reclamado la cesión de estos terrenos de acuerdo con un convenio firmado en 1999.

Por otra parte, el Ayuntamiento aprobó también ayer en junta de gobierno la urbanización de una zona de 14 hectáreas (el equivalente a 12 campos de futbol como el Bernabeu) en el centro histórico de Carabanchel. El Ayuntamiento prevé destinar 2.800 metros cuadrados para dos equipamientos sociales. Uno de ellos se destinará los servicios del Insalud. El otro está aún sin definir.

La zona está delimitada por las calles de la Duquesa de Tamames, Aguacate, Antonia Rodríguez y plaza de Barragán. El plan municipal, que contará con un presupuesto de 800.000 euros, pretende hacer una nueva calle en la zona hasta ahora infrautilizada. La nueva calle se llamará Chirimoya.

El Ayuntamiento ha cedido unas parcelas para construir 168 viviendas con las que financiará la actuación, que contará, además, con 4.195 metros cuadrados de zonas verdes.

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