El Puerto de Valencia avisa de que se perderán mil millones si no crece
Intenta salir al paso de las crecientes críticas al plan de expansión
El Puerto de Valencia quiso ayer explicar su ampliación, los beneficios que conllevará y los perjuicios que supondría paralizar estos planes. Consciente de las críticas surgidas a su plan de ampliación -y que reclaman centrar el crecimiento en Sagunto- el Puerto defendió su decisión y aseguró que no ampliar en Valencia supondría una pérdida para los sectores productivos de casi mil millones al año. Espera empezar las obras a final de año.
Asegura que la obra no afecta a las playas del sur y que se corregirá el que sufra la Malvarrosa
"Las obras portuarias hay que planificarlas grandes porque tardan diez años en ponerse en funcionamiento", esgrimió ayer Leandro García, de la Fundación ValenciaPort, durante la presentación realizada sobre la ampliación del Puerto de Valencia. Presentación que también defendió el director de Planificación de Infraestructuras e Integración Territorial de la Autoridad Portuaria de Valencia, Manuel Guerra. Los dos responsables portuarios quisieron dejar claro que se barajaron diversas posibilidades de ampliación antes de decantarse por la que se consideró más adecuada en precio, impacto y ajuste a las necesidades en el horizonte del año 2035.
Los responsables portuarios también quisieron defender la importancia de la marca Puerto de Valencia en el tráfico de contenedores -recordaron que a la naviera MSC se le ofreció más espacio en Sagunto pero prefirió quedarse en Valencia por los servicios y la especialización de este recinto-, alertaron del "riesgo asociado a un posible cambio a Sagunto" y defendieron la viabilidad técnica y ambiental del proyecto. Por ello aseguraron que la mejor opción es centrar el tráfico interoceánico de contenedores en el puerto de Valencia y que el resto del crecimiento de tráficos lo asuma el recinto de Sagunto.
Leandro García ofreció cifras sobre el beneficio que supone el Puerto de Valencia para la economía autonómica y también del perjuicio que conllevaría no realizar la ampliación en este recinto. Cada año, los sectores productivos (las empresas) perderían 960,3 millones de euros si no pueden exportar o importar mercancías a través de este enclave. Los materiales de construcción serían una de las actividades más perjudicadas, ya que acumularían un tercio de las pérdidas (345,7 millones de euros cada año). Maquinaria, productos químicos, otros minerales extractivos así como el textil y la confección junto con los automóviles serían otros de los sectores perjudicados.
La actividad comercial del Puerto de Valencia, explicó igualmente Leandro García, aporta el 1,27% de la renta autonómica y genera de una u otra forma empleo para 14.452 personas. La ampliación de las instalaciones de comercio marítimo prácticamente duplicará estas cifras al aportar un 1,19% más al valor añadido (VAB) de la Comunidad Valenciana y contribuirá a la creación de algo más de 18.000 puestos de trabajo. "Lo que de verdad genera riqueza es el contenedor", resumió Leandro García.
Otro de los aspectos que los dos representantes portuarios quisieron defender hace referencia al impacto ambiental de las obras. Manuel Guerra, por un lado, aseguró que el nuevo proyecto de crecimiento no afectará a las playas del sur de la ciudad de Valencia, que en los 70 se vieron alteradas por el crecimiento portuario. La ampliación, en cambio, sí tendrá efecto sobre la playa de la Malvarrosa, aunque Guerra quiso dejar claro ayer que el impacto mayor ya lo han provocado las obras de la Copa del América. Con todo, el responsable de la APV dejó claro que se realizará las correcciones necesarias para minimizar el impacto ambiental. Explicó, por ejemplo, que las obras provocarán una acumulación de 150 metros de arena en el punto de encuentro entre la playa de la Malvarrosa y el puerto. Cantidad que será corregida. Por el contrario, las obras del canal de acceso a la dársena interior han llevado ya a aportar 400.000 metros cúbicos de arena a la playa de la Malvarrosa y aseguró que un plan de vigilancia controlará la evolución de esta zona por si es preciso realizar nuevas actuaciones en el futuro. "A nosotros no nos interesa causar un desastre ambiental", dijo Guerra. A modo de anécdota, el responsable portuario explicó que durante los trabajos arqueológicos frente a la fachada portuaria se encontraron más de 200 bombas de la Guerra Civil.
El puerto de Valencia está pendiente de la declaración de impacto ambiental por parte del Ministerio de Medio Ambiente. Ayer, su director de Planificación e Infraestructuras confió en tener una respuesta en noviembre para empezar "enseguida" las obras. En Sagunto el proceso está un poco más retrasado.
A preguntas de los periodistas, los representantes portuarios recordaron que suele haber una disociación entre las ciudades y sus puertos aunque añadieron que la experiencia demuestra que finalmente ambos llegan a una reconciliación.
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