Sangre animal
"La Declaración de la Independencia de Haití se firmó en 1804 sobre un pergamino de piel humana, con la punta de una bayoneta y, como tinta, la sangre de un general francés". Así es como los presentadores del programa América mítica (La 2) intentaron subrayar los signos de la fiereza de este pueblo herido y humillado en el reportaje El poder de los brujos. Los esclavos africanos llevados a las Antillas mezclaron las prácticas de un vudú relativamente inocente con las más bárbaras y vengativas de los indios caribes supervivientes -que eran caníbales-, y lo que extrajeron de la impuesta religión católica, hasta formar el temible vudú haitiano actual.
En las excepcionales escenas de los rituales de brujería en Burkina Fasso, Haití y La Habana vimos los sangrientos sacrificios en directo de un cabrito, de un cerdo y de varias gallinas, una de ellas degollada con los dientes por el brujo. También un ritual en el que una mujer "endemoniada" era liberada con oraciones musulmanas para inducir al súcubo a la conversión a su fe. Curiosamente, una hora antes, en El Buscador (Tele 5) aparecía una mujer residente en Valencia, que decía estar también endemoniada. "Sueño con serpientes y perros que me muerden. Me han cambiado el espíritu", dijo. Los reporteros del programa la llevan a ver a un párroco exorcista católico. Luego relatan la experiencia de esta mujer en una recreación dramática. El procedimiento de exorcismo es muy parecido al musulmán.
El espacio de reportajes sensacionalistas de Tele 5 también participó en el salvaje torneo del toro de la vega de Tordesillas, donde unos lanceros a caballo acribillan a un toro hasta morir. Lo llaman tradición. Y otras imágenes recordaron al hombre que apaleó brutalmente a su perro Rony la semana pasada. ¿Otra tradición?
La sangre animal es sangre muda. Indefensa. Hubo una excepción el mismo día: el domingo fueron indultados dos toros en una corrida en Murcia. Una mínima compensación ante tanto espectáculo indignante. No hemos avanzado mucho. Hay demasiada superstición y crueldad en el siglo XXI.
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