Vicente juega como solía

Ahora que se le acumula la competencia, ahora que Gavilán y Silva le pisan los talones, justo ahora Vicente empieza a jugar como solía. Lo necesitó su equipo para vencer a un Getafe que opuso mucha resistencia. Suplente de Gavilán en el estreno de la Champions en Atenas, Vicente salió fresco y enfurecido. Y decidió el partido. Como cuando competía con Kily González, Vicente necesita el aliento en la nuca para crecerse. Lo hizo en el día en que debutó Joaquín, que dejó detalles de calidad, pero se aflojó en la segunda parte, cuando acusó que en este equipo trabajan todos, desde el primero al último, desde el principio hasta el fin, sobre todo ante equipos tan organizados y pacientes como el de Schuster.

El debate es eterno. ¿Qué hacer cuando un jugador rival cae al suelo? ¿Enviar la pelota fuera? El Valencia optó ayer por hacer la vista gorda. Se le acababa la primera parte, se le presentaba un contragolpe de libro y obvió la caída de Casquero en el centro del campo. El resto fue un contraataque de máxima precisión. Un hasta entonces desafortunado Villa envió un pase en profundidad a Vicente, que alcanzó la línea de fondo, quebró a Abbondanzieri y su centro templado lo cabeceó a placer Morientes, su cuarto gol en una semana. Era el primer tanto que recibe el cuadro de Schuster en el campeonato y ayer se entendió por qué.

El Valencia se encontró con un hueso mucho más duro de roer de los que se le habían presentado hasta la fecha. El Getafe supo tocar en corto o en largo, con capacidad para golpear a la contra o en alguna jugada de estrategia. Dio varios avisos. En uno de ellos, al joven y rapidísimo central Alexis Ruano se le presentó la portería de Cañizares como un mar abierto, pero cabeceó fuera. El Valencia no tenía el encuentro nada claro pese a jugar razonablemente bien, con un Edu notable para lanzar a dos extremos formidables: Vicente y Joaquín. El valenciano ha entendido por fin que no es necesario regatear a cinco contrarios en cada acción. Puede soltar la pelota de primeras. Es recomendable. En cuanto a Joaquín, sugirió en el primer tiempo una banda derecha exuberante con Miguel a su lado.

Villa intentó un gol olímpico que golpeó en el larguero. El Getafe percutió por la derecha ante la debilidad defensiva de Regueiro, que cubrió la baja de Moretti. Los vertiginosos contragolpes madrileños los aguó David Navarro, que llegó al corte al límite. Vicente recuperó su viejo eslálom y, cuando notó la mano de Contra, cayó fulminado dentro del área. Recién sustituido Villa, el penalti lo transformó Vicente. La competencia le viene de perlas.