El actor Jackie Chan cuenta su pasado como delincuente
Ha confesado su andanza juvenil metido en peleas, vendedor de drogas y ladrón
El actor Jackie Chan, una de las estrellas del cine chino, confesó por primera vez en un programa de televisión su pasado de delincuencia y tráfico de drogas, informó el diario China Daily. Chan, con éxitos de taquilla como Los rebeldes de Shanghai y El poder del talismán (2003) y que en 2004 protagonizó una nueva adaptación de la novela La vuelta al mundo en 80 días, explicó cómo había creído ser hijo único hasta que sus padres le contaron que había tenido dos hermanos y dos hermanas, y cómo su verdadero nombre es Fang Shilong, aunque su padre cambió el apellido de Fang por el de Chan para esconder el pasado familiar. Los progenitores de Chan, sumidos en la pobreza y viudos después de la Segunda Guerra Mundial y la guerra civil china, que culminó en 1949 con la proclamación de la República Popular, se enamoraron después de que su padre, agente de aduanas, detuviera a su madre, que tenía que ganarse la vida traficando con opio y luego la dejó escapar. Seis años después, huyeron a Australia para tratar de ganar dinero, según contó el actor, que desde entonces pasó una época de su infancia lejos de sus padres, durante la cual adquirió malos hábitos, como pelearse, vender drogas y robar. "Cuando tenía 16 años, mi padre me dijo que ya no podía educarme porque yo ya había crecido, pero me hizo prometerle tres cosas: no entrar en la mafia, no tomar drogas y no apostar. Yo se lo prometí, aunque estaba haciendo esas cosas en aquella época", afirmó el actor. Años después, Chan, que estudió en el templo budista de Shaolin, en la provincia de Henan (centro), cuna de las artes marciales del kung fu descubrió que dos de sus antiguos compañeros en las calles habían acabado mal, uno muerto y otro condenado a cadena perpetua, y se dio cuenta de lo que su padre había hecho por él. Según su biografía oficial, Jackie Chan estudió en la Academia Dramática de China, donde durante casi una década recibió un duro entrenamiento en música, danza, acrobacias y artes marciales para formar parte de la prestigiosa Ópera de Pekín. En el cine fue conquistando poco a poco al público asiático y europeo con títulos
como Piratas en los mares de China, Armas invencibles o Los supercamorristas. En 1996 reventó las taquillas de EE UU con Duro de matar. Luego llegó el éxito en Hollywood.
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