"El problema es que en Oriente Próximo hay petróleo"
Phil Rees, galés de 47 años, tiene el despacho atiborrado de libros sobre globalización, terrorismo, islamismo. Dos pequeños bustos de Lenin y Stalin dan una pista sobre sus ideas. Habla con pasión sobre un tema que le ha ocupado más de 20 años de carrera periodística: el terrorismo. El año pasado publicó un libro que ahora aparece en España, Cenando con terroristas (Nuovi Mondi Media), con el que pretende abrir un debate sobre las causas del fenómeno terrorista sin condenar de antemano a los terroristas. "Al sentarte a comer con ellos, estás al menos aceptando que hay cierto nivel de humanidad. Eso no significa estar de acuerdo con lo que hacen, pero al menos te preguntas por qué lo hacen, qué está ocurriendo, te das cuenta de que tienen sus razones".
"Si queremos paz en el mundo y acabar con esta locura de la guerra al terrorismo, tenemos que encontrar espacio para los musulmanes"
"El terrorismo de hoy se origina en el hecho de que los partidos islamistas no han tenido ningún papel en la era poscolonial"
Pregunta. Usted espera que su libro no se vea como un intento de justificar o glorificar el terrorismo. ¿Lo ha conseguido?
Respuesta. No lo sé, no me corresponde a mí decirlo. Lo que creo es que a menudo los problemas del mundo de hoy se deben a que la gente ve la misma cosa, y unos la ven blanca y otros negra. Una de las tareas de los periodistas y escritores es intentar conseguir que la gente aprenda sobre la otra gente en lugar de pensar que las cosas no tienen explicación. En particular, si nos fijamos en los grandes conflictos de hoy, como el islamismo, mucha gente en Occidente y, desde luego, los neoconservadores como Bush, cree que esa gente no forma parte de nuestro planeta. Por desgracia, sí son parte de nuestro planeta y tenemos que compartirlo con ellos. La pregunta es cómo podemos hacer eso. Y la respuesta es que hay que hacerlo a través del diálogo, dando espacio a diferentes comunidades, a gente diferente, a creencias diferentes. Tienen su dignidad, y si Occidente empieza a invadir países musulmanes, a tratar a la gente como se está haciendo en Gran Bretaña con las últimas leyes antiterroristas, lo único que se está haciendo es crear un enemigo mayor.
P. ¿Cuáles son las consecuencias del mal uso de la palabra terrorismo?
R. Empecé en la BBC hace 25 años -ahora ya la he dejado- y me dijeron que no utilizara la palabra terrorista porque está dominada por la moralidad. No es una palabra que simplemente defina una táctica militar. Tampoco utilizamos "luchador por la libertad", porque el que para unos es terrorista, para otros puede ser un luchador por la libertad. Tal como el Departamento de Estado define la palabra terrorismo, George Washington, Thomas Jefferson y Benjamin Franklin serían terroristas.
P. Mucha gente justificaba lo que hacía ETA en tiempos de Franco, pero no pueden entender eso en una democracia. ¿Por qué no llamarles terroristas si matan civiles inocentes?
R. En parte porque, si usas la palabra terrorismo, estás impidiendo la capacidad de hablar con la gente. Su propio primer ministro, Zapatero, ha dicho que el terrorismo no se soluciona con guerras. El problema es el significado moral de la palabra. Las cosas se están solucionando porque ha habido grandes concesiones en materia de autogobierno, ha renacido el idioma vasco, que era una lengua muerta en tiempos de Franco, y todas esas cosas han hecho que ETA ya no pueda justificar su violencia. Pero si ETA no hubiera hecho lo que hizo antes, no creo que existiera una identidad vasca al nivel que tenemos hoy.
P. Los catalanes tienen prácticamente los mismos niveles de autonomía y no han necesitado la violencia para conseguirlo.
R. Bueno, no creo que se pueda decir que se necesite la violencia. En fin... Creo que la violencia es terrible, pero ¿qué ocurriría si a los catalanes les negaran sus derechos? ¿Aceptarían renunciar por completo a su identidad?
P. Estábamos hablando del uso de la violencia dentro de una democracia, ¿cómo justificar el terrorismo cuando puedes luchar por tus objetivos por la vía democrática?
R. Estoy de acuerdo con usted si tienes efectivamente los poderes que te da una democracia. Pero si los vascos estarían en una situación similar sin ninguna violencia, me parece peculiar que esa violencia se haya mantenido durante tiempo. ¿Por qué han tenido de manera sostenida el 15% o el 18% de los votos?
P. Puede usted plantear la cuestión de otra manera: ¿por qué si el 82% de la gente está contra la violencia hay que aceptar la voz de la violencia? Y no me refiero sólo a la cuestión vasca. En su libro se echa de menos la voz de esa mayoría, de la gente que siendo musulmanes no son islamistas y no quieren un Estado islámico.
R. La inmensa mayoría de los musulmanes -y eso es algo que no gusta en Occidente- tienen cuando menos algo de simpatía hacia Bin Laden. Cuando a Estados Unidos le ocurre algo tienen en cierto modo la sensación de que "América se lo merecía".
P. ¿Admiran el modelo de vida que Bin Laden preconiza o admiran a un hombre que se enfrenta a EE UU?
R. Muchos musulmanes no están interesados en quién es exactamente Bin Laden y qué tipo de vida hace, sino en aquello por lo que de alguna manera está luchando. Le apoyan por la política exterior y por su dignidad como musulmanes. Si queremos paz en el mundo y acabar con esta locura absoluta de la guerra al terrorismo, tenemos que encontrar espacio para los musulmanes para evitar que Bin Laden pueda tener su apoyo. Si se hubiera aplicado la doctrina de los dos Estados en Palestina, o si Occidente no estuviera en Irak ni entrometiéndose en Oriente Próximo, Bin Laden sería un hombre en una cueva. Al Qaeda no estaría en las noticias. No tendríamos ninguno de los problemas que tenemos. Es la política de Occidente quien le ha creado, quien le ha convertido en algo atractivo, porque la gente no sabe cómo enfrentarse a un poder superior. Es como al principio de la existencia de las guerrillas en España contra las tropas de Napoleón, era gente que se enfrentó a una fuerza superior.
P. Pero no es lo mismo atacar al ejército de Napoleón que a un grupo de turistas en Egipto, un autobús en Tel Aviv o un tren de cercanías en Madrid.
R. La guerra ahora implica matar gran número de civiles al invadir un país y bombardearlo. Es inevitable. Es inevitable que la invasión de Irak supusiera la muerte de muchos civiles. En las primeras seis semanas se contaron 9.000 cuerpos. Son muchos más que todos los atentados terroristas que ha habido desde 2001. Ellos dicen que lo que cuenta son las cifras. ¿Quién ha matado más civiles, Osama o George W. Bush? Eso es lo que ellos piensan.
P. No es lo mismo inevitable que deliberado.
R. No hay diferencia entre deliberado e inevitable, porque las acciones militares funcionan estadísticamente al estimar el número de bajas que provocan. ¿Qué hay más deliberado que eso?
P. Si llevamos al extremo su argumento del derecho a matar civiles deliberadamente, EE UU podría matar a millones si quisiera porque su ejército es poderosísimo.
R. No creo que nadie tenga derecho a matar civiles. No soy un pacifista absoluto, pero creo que el listón de la violencia tolerable tendría que ser extraordinariamente alto. La guerra al terrorismo ha bajado tanto ese límite que hace que otra gente sienta que la única manera que tiene de responder es matando ellos mismos a civiles de manera indiscriminada para afrontar a esa potencia tan fuerte, debido a la brutalidad del daño infligido por esa potencia. No sé si sabe que la televisión británica es muy moralista a la hora de enseñar cadáveres. Una de las consecuencias de eso es que la guerra parece algo donde muere gente en la distancia, nadie sabe los nombres o las caras de los muertos, nadie tiene ningún sentido de empatía con ello. El problema es que los musulmanes en Gran Bretaña ven Al Yazira y saben que esta gente tiene nombres. Ven cuerpos de niños descabezados, de madres. Igual que nosotros vimos a las víctimas de Madrid o en Londres. Supimos sus nombres. Vimos la cara de todos ellos. Nada de eso ocurre con las víctimas de las guerras en Afganistán e Irak. La cobertura de Faluya se limitó a mostrar unos cuantos misiles cayendo allí, unos pocos tanques abriendo fuego y la explicación de que habían acabado con todos aquellos terroristas. Fin de la historia en Occidente.
P. En el libro, usted mismo se pregunta si la democracia al estilo occidental es posible en los países árabes. ¿Cuál es su respuesta?
R. No creo que haya un solo modelo de democracia, de ninguna manera. Es de nuevo una falsa bandera de la política exterior, exportar democracia. Bush dijo en 2004 que quería llevar la libertad a esos países, pero si hubiera democracia en un país como Egipto, lo que ocurriría es que los Hermanos Musulmanes tomarían el poder. Personalmente, creo que eso sería mucho mejor para los egipcios, porque muchos se identifican con ellos y sería su preferencia democrática. El terrorismo de hoy se origina en el hecho de que los partidos islamistas, aquellos que creen que su identidad fundamental es el islam, no han tenido ningún papel en la era poscolonial y se convirtieron en una especie de segundo movimiento anticolonial contra la gente corrupta que había cogido el poder y a menudo servía los intereses de las antiguas potencias coloniales. Ahí están las raíces en las que se origina el terrorismo. El problema es que en Oriente Próximo hay petróleo y que se creó Israel en territorio palestino.
P. ¿Cómo se explica que Estados Unidos no haya sufrido más atentados desde 2001?
R. Creo que hay dos razones. Una es que ha habido arrestos y detenciones, y la otra es que en EE UU no existe el mismo tipo de identidad musulmana. Hay una gran cantidad de población musulmana que se ha quedado con la cabeza gacha porque es una sociedad muy intimidatoria para ellos.
P. ¿Nunca ha pasado miedo en sus viajes a zonas peligrosas?
R. Normalmente, cuando tratas con militantes, tienden a sentir que estás ahí para escuchar lo que tienen que decir. Son los Gobiernos los que intentan impedir que vayas. El único momento en que pasé verdadero peligro es estando en el sur de Líbano con Hezbolá: nos cayó una bomba de un jet israelí a 100 metros. ¿Quién tira más bombas? En Londres explotaron cuatro bombas; en Irak cayeron 4.000 en un mes.
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