La delgada línea rota del PP
La guerra contra 'Abc' se convierte en real motivo de división popular
Perplejos y paralizados. Así se siente, en palabras de un antiguo dirigente popular, un sector del PP que no comprende la línea que sigue la dirección de su partido y que, sin embargo, se confiesa completamente incapaz de contrarrestarla, modificarla o tan siquiera suavizarla. La proximidad de las elecciones municipales es el principal motivo por el que este grupo de dirigentes del PP, no sólo veteranos, sino también incorporaciones relativamente recientes, cree que está pillado en la imposibilidad de promover el menor debate interno sobre aspectos que consideran, en unos casos, "muy discutibles", y en otros, "claros errores". Este sector, que se considera a sí mismo minoritario pero en absoluto insignificante, acusa también al PSOE de someter a los populares a un acoso sin descanso y de llevar una deriva tan preocupante para el conjunto del PP en temas básicos, como los relacionados con el papel del Estado en el funcionamiento de las comunidades autónomas, que impide asimismo que afloren las evidentes contradicciones populares.
Un sector del PP considera incomprensible que su partido aliente la operación de 'El Mundo' contra el periódico que es el referente más sólido de la derecha
La única línea de división que es claramente visible en estos momentos dentro del PP está relacionada con lo que aparentemente es un tema lateral, pero que, en la práctica, se está convirtiendo en un auténtico "banderín de enganche": la actuación de los responsables del partido respecto al diario Abc. "El Abc, con derivas que podemos compartir más o menos, es el gran periódico de la derecha de este país, un referente sólido respecto a los puntos básicos de nuestra propia historia y trayectoria, y alentar, o aunque sólo sea permitir, una feroz campaña de acoso desde sectores de nuestro propio partido es algo incomprensible para buena parte de nosotros", asegura un dirigente regional.
"Éste es un tema 'transversal', que afecta a muchos militantes nuestros, en toda España, no sólo en Madrid, y a muchos dirigentes regionales y locales, y todo el mundo se está situando a un lado u otro de la línea 'roja'. No se trata de compartir o no una estrategia política con vistas a las elecciones; eso es asunto de la dirección. Aquí de lo que estamos hablando es de otra cosa: aceptar o no que el PP ayude a un periódico que quiere acabar, o para decirlo directamente, destruir, lo que ha sido, hasta ahora, nuestro primer referente mediático. Y en eso todos tenemos opinión", asegura el mismo ex parlamentario.
Otro importante dirigente popular se une a la queja: "Yo creo que Abc se equivoca al volverse hacia Alberto Ruiz-Gallardón como alternativa dentro del partido, pero comprendo que tiene derecho a defenderse y que Gallardón ha sido el único que ha dicho con toda seriedad en público que está en desacuerdo con esta operación. Creo que ahora tenemos que ser muchos más, dentro del PP, quienes dejemos claro que no estamos tampoco de acuerdo con esa operación de destrucción, una maniobra que encabezan, por el motivo que sea, Ángel Acebes y Eduardo Zaplana".
"Sinceramente, no puedo comprender cuál es el interés de mi partido en someter a Abc a un régimen de anorexia brutal. Cuando pasen 10 años, el Abc seguirá siendo un periódico conservador y solvente. Nadie sabe qué será El Mundo para entonces", opina un ex dirigente del PP andaluz, que recuerda que el periódico que dirige José Antonio Zarzalejos tiene una presencia muy importante e influyente en Andalucía.
Operación comercial
La irritación respecto al apoyo que presta a El Mundo una parte importante de la dirección del partido, con Ángel Acebes y Eduardo Zaplana a la cabeza, alcanza a sectores que no están dispuestos a significarse en otros posibles temas de colisión con Zaplana, pero que, en el caso de la guerra contra Abc, creen que nadie puede acusarles de deslealtad ni de poner en peligro el próximo resultado electoral. "Es posible que algunos que están también en desacuerdo con la idea de mantener vivo el 11-M encuentren en este asunto la forma de expresar, indirectamente, su desconcierto con la aparente decisión de la dirección de respaldar la 'resurrección' del 11-M con vistas a las municipales", reconoce un diputado.
Desde su punto de vista, está claro que El Mundo se ha lanzado a una operación comercial destinada a crecer en número de ventas de la única forma que parece posible: comiéndose a parte de los lectores de Abc, maniobra en la que también está de acuerdo la emisora de la Conferencia Episcopal, Cope, o, por lo menos, su principal estrella, Federico Jiménez Losantos. Y que Zaplana y Acebes respaldan esa operación porque Abc se ha negado a defender la teoría conspirativa del 11-M, que ellos consideran imprescindible para mantener su electorado. ¿Sabe usted exactamente cuál es la posición de Rajoy? "No", fue la inmediata respuesta.
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