"El año pasado nadie quería saber nada de mí"
Dominador absoluto del Campeonato del Mundo de motociclismo en la menor de sus categorías, la de 125 centímetros cúbicos, Álvaro Bautista (Talavera de la Reina, Toledo; 21 de noviembre de 1984) ha sabido aprovechar la oportunidad que le ha brindado Jorge Martínez, Aspar, al rescatarle del hoyo en el que se había metido con la Honda a la que se agarraba. Esta temporada, sobre una Aprilia, Bati acumula seis victorias -la mitad de las carreras disputadas- y sólo una vez ha visto la ceremonia triunfal desde fuera del podio -en Le Mans (Francia), donde terminó cuarto-. Esta noche, a partir de las cuatro de la madrugada, en el circuito de Phillip Island, en el Gran Premio de Australia, aspira a convertirse en el primer campeón de 2006. Para ello tiene un objetivo claro: sumar un punto más que Mika Kallio. Subido a una KTM, el finlandés totaliza 74 puntos menos que Bautista en la clasificación general a falta de cuatro citas para la final, en Valencia. Su peña de amigos va a instalar una gran pantalla de televisión en Talavera para disfrutar de su presumible éxito.
"Me basta con terminar delante de Kallio. Pero no me conformaré con eso si él va cuarto. ¡Quiero ganar!"
"Ahora tengo muchísimos más amigos. De los de mentira, claro. Vengo del lado oscuro y sé distinguir"
Pregunta. ¿No preferiría proclamarse campeón en Valencia y ante su hinchada?
Respuesta. Ser campeón en casa siempre es más bonito porque estás cerca de tu gente y puedes compartirlo con ellos. Pero yo soy de otra teoría: cuanto antes, mejor, no vaya a ser que vuele el pájaro [se ríe]. En cualquier caso, tengo cierto margen de error. Puedo permitirme el lujo de fallar. Los otros, no.
P. ¿Cómo explica la mejora radical que ha experimentado su rendimiento en relación al pasado curso, en el que concluyó en el 15º puesto?
R. Mi rendimiento ahora es el normal. Lo extraño fue el cambio a peor que sufrí al inicio del pasado. Todos los años que he estado en el Mundial he ido progresando, acercándome al grupo de cabeza. Decididamente, el bajón fue por el material que teníamos: por la moto y el equipo técnico.
P. ¿Llegó en algún momento a dudar de sus aptitudes como piloto?
R. Al principio, no, ya que sabía que el problema era técnico, que no radicaba en mí. Pero, a finales de año, mucha gente vino a decirme que necesitaba un psicólogo. Entonces sí que llegué a plantearme si parte de la culpa podía ser mía. Pero yo estaba bien. Era el mismo de siempre. Me subí a la moto nueva y la Aprilia resultó ser mi mejor psicólogo.
P. ¿Cómo explica la diferencia entre gozar y padecer encima de una moto?
R. Es muy sencillo y se puede explicar con una simple maniobra. Cuando alguien está sufriendo, la moto le derrapa e inmediatamente, por falta de seguridad, cortas gas. Por contra, el que disfruta, cuando la máquina comienza a derraparle, aún lo abre más.
P. Si en vez de una Aprilia pilotara ahora una Honda, ¿cree que estaría en la misma posición?
R. No ganaría. Estoy convencido de ello al ciento por ciento.
P. Al revés, ¿qué habría pasado en 2005 de haber dispuesto de una Aprilia?
R. A toro pasado, no puedo asegurar que habría sido campeón. Pero estoy seguro de que habría tenido muchas más posibilidades. Además de la moto, lo bueno de estar en mi nuevo equipo es que disponemos de toda la información de ella en cada uno de los circuitos.
P. Su superioridad está siendo arrolladora. ¿Le ha decepcionado el rendimiento de alguno de sus rivales?
R. No pensaba ganar con tanto margen respecto a los demás. Sí, esperaba más de algún que otro adversario, aunque el nivel es muy alto y se corre muy rápido.
P. ¿Por qué se siente tan a gusto sobre una Aprilia mientras que con la Honda se peleaba?
R. En las categorías pequeñas hay pilotos claramente de Honda y otros de Aprilia. Le ocurrió a [Emilio] Alzamora. Dejó la Aprilia, se subió a la Honda y fue campeón. [Dani] Pedrosa iba como un tiro con la Honda.
P. A pesar de comenzar juntos en las minimotos y en la Movistar, la copa de promoción en la que se dio a conocer, su trayectoria no ha tenido nada que ver con la de Pedrosa.
R. Algunos lo hemos tenido más difícil porque hemos llegado más tarde. Sólo cuatro dimos el salto de la Movistar a los Mundiales: Pedrosa, Joan Olivé, Raúl Jara y yo. Ellos fueron elegidos por Alberto Puig. A mí me costó sufrir algunos años antes de llegar aquí.
P. ¿Por qué cree que Aspar confió en usted desde el primer momento?
R. Jorge siempre me había querido tener en su equipo, pero por unas cosas u otras no había podido ser. Cuando un piloto observa a otro, sabe si puede ir bien o no: por la manera de pilotar, de hacer las cosas... Algo debió de ver en mí.
P. ¿En qué aspectos ha cambiado su vida personal en relación al año pasado?
R. Ahora tengo menos tiempo para mí porque debo atender a más compromisos. Pero eso es bueno. El año pasado nadie quería saber nada de mí. Ahora tengo muchísimos más amigos. Amigos de los de mentira, claro; de los que aparecen cuando las cosas van bien. Vengo del lado oscuro y sé distinguir. Soy muy consciente de la gente que tenía entonces conmigo y de la que ha aparecido ahora.
P. Teniendo en cuenta las circunstancias y si está por delante de Kallio, ¿tomará riesgos para ganar la carrera?
R. La mentalidad es la misma de siempre: tirar a mi ritmo y, a poco que pueda, escaparme. Me basta con terminar delante de él para ser campeón. Pero no me conformaré con eso si él va cuarto. ¡Quiero ganar!
P. ¿Ascenderá en 2007 de categoría?
R. Del año que viene prefiero no hablar porque en éste me estoy jugando mucho. Una vez que me adjudique el título ya será otra cosa. Está claro que opciones de pasar al dos y medio hay. Ya veremos...
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