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Las instituciones se comprometen a coordinarse más ante el maltrato infantil

El Síndic impulsa un protocolo para actuar en todos los ámbitos

Propósito de emnienda. Diversos departamentos de la Generalitat, la fiscalía y el poder judicial firmaron ayer un protocolo para aumentar y mejorar la coordinación institucional en los casos de menores maltratados o que sufran abusos sexuales. El documento suscrito relata con detalle cómo actuar desde la escuela, la sanidad, las fuerzas de seguridad y los servicios sociales, y la forma de coordinarse con los jueces y los fiscales.

El impulsor del protocolo firmado ayer ha sido el síndic de greuges, Rafael Ribó, quien adquirió ese compromiso hace unos meses. El detonante del acuerdo fue la polémica generada a raíz del caso de la niña Alba de Barcelona, que sufrió una brutal paliza, supuestamente de sus padres, el pasado mes de marzo sin que la sanidad, la policía, los servicios sociales y la justicia advirtiesen del riesgo al que estaba expuesta.

El texto firmado diferencia los casos en los que existe una sospecha fundamentada de abuso sexual o maltrato y las situaciones graves o con certeza de diagnóstico. Y a partir de este planteamiento, se relata cuál ha de ser la actuación en cada caso. Así, por ejemplo, el protocolo establece que cuando exista la sospecha de un caso en el ámbito de la sanidad "se ha de comunicar inmediatamente" a la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA) y a la fiscalía. Si se trata de certeza diagnosticada, el hospital de referencia presentará lo denunciará en el juzgado de guardia, al margen de comunicarlo a las instituciones ya citadas "por la vía más rápida posible y haciendo constar la urgencia". El hospital nunca dará de alta al niño hasta que no se asegure su protección.

Asumir la tutela

En el caso de la DGAIA, se establece que cuando exista una sospecha se enviará al menor a un hospital para que le reconozcan y si se trata de una certeza, se evaluará si su entorno garantiza la protección. De no ser así, se asumirá su tutela. Si ningún organismo lo ha denunciado, será la DGAIA la que acuda al juzgado.

En el ámbito escolar, el protocolo explica que cuando exista una sospecha de maltrato, se comunicará a la DGAIA y a la fiscalía y si es una certeza, se derivará a un hospital y se informará a la familia de esas gestiones.

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El protocolo explica que si son los Mossos d'Esquadra quienes inician la investigación no se tomará declaración al menor si las pruebas se pueden obtener de otra manera, si hay suficientes indicios del abuso o maltrato, si existe una denuncia de un profesional.

El protocolo admite que es sólo "una simple propuesta de buenas prácticas", en el ámbito de la justicia, ya que a los jueces sólo les vinculan las normas procesales. De todas maneras, se recomienda que, en la fase de la instrucción judicial, el menor declare cuanto antes. Y que lo haga en un espacio adecuado, con preparación psicológica y evitando tenerle que hacer pasar varias veces por el mismo trago. En cuanto al juicio oral, se sugiere que se utilicen los medios técnicos para evitar que el menor acuda ante el tribunal.

Si es así, se sugiere que se evite la confrontación visual con el inculpado. Se evitarían así situaciones y polémicas como la que propició la Sección Segunda de la Audiencia de Barcelona el año pasado, al obligar a una niña a declarar sin separación alguna en el juicio contra su profesor acusado de abusar sexualmente de ellas y que, al final, fue absuelto por el tribunal.

Registro sanitario a finales de mes

Más allá de las buenas intenciones, en pocos días se empezará a visualizar una mayor implicación de los departamentos de la Generalitat para proteger decididamente a los menores maltratados. La consejera de Bienestar y Familia, Carme Figueras, anunció ayer que antes de que acabe este mes ya funcionará un registro de maltrato infantil en el ámbito de la sanidad. De esta manera, cuando un menor acuda a un hospital y se le atienda por un caso de maltrato quedará registrado ese antecedente en una base común de datos accesible a cualquier otro hospital público de Cataluña.

Así de sencillo, pero así de imposible, por ejemplo, para el ámbito judicial, en el que un juzgado desconoce lo que hace el vecino, aunque traten al mismo ciudadano. "La actuación judicial no puede ser la panacea para resolver este problema", dijo ayer la presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, Maria Eugenia Alegret, al tiempo que mostraba sus reservas sobre la eficacia del protocolo si no había más medios técnicos y humanos.

"Los fiscales y los jueces deben hacerse cargo de sus obligaciones", recordó el fiscal jefe de Cataluña, José María Mena, quien recordó, además, otras bolsas de menores en situación de riesgo que se olvidan: las de los niños vinculados a la inmigración irregular.

Rafael Ribó, síndic de greuges, expresaba en la cara su satisfacción por el acuerdo que había impulsado de manera decidida. "Es un momento solemne y me gustaría que lo que hemos firmado significara mucho para los niños de Cataluña", dijo Ribó. También recordó: "ahora ha llegado el momento de aplicarlo por parte de las instituciones". Por eso, anunció que velará por ello y recordó que se crea una comisión de seguimiento.

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