"Curiosas coincidencias"
Vinokúrov y Kasheckin evitan un control porque los inspectores llegan tarde
Factoría Ford de Valencia, 11 de septiembre de 2004. Tyler Hamilton, norteamericano, se impone en la contrarreloj de la Vuelta. Floyd Landis, norteamericano, queda tercero, a 18s, y mantiene el maillot oro de líder de la general. Siendo el día que era, ambos ciclistas se emocionan, recuerdan, dedican su éxito a las víctimas del 11-S.
Factoría Ford de Valencia, 10 de septiembre de 2006, ayer. En la llegada de la Vuelta se habla de dopaje. Se comenta el mensaje de David Millar, quien tras ganar la contrarreloj de la víspera, su primera victoria tras regresar al pelotón después de una sanción de dos años, proclama alto y claro que se puede ser buen ciclista profesional sin doparse. Se cuenta que la intención de Hamilton de disputar el próximo Mundial, una vez cumplida su sanción de dos años por dopaje, ha chocado con los descubrimientos de la Operación Puerto. También se dice que los abogados de Landis tienen pruebas de la inocencia de su defendido, positivo por testosterona en el último Tour y que esta semana, con casi total seguridad, la agencia antidopaje de Estados Unidos lo exonerará.
"Entiendo que haya suspicacias", sostiene el director del control médico de la UCI
Y, sobre todo, se habla de los avatares de los inspectores médicos de la UCI que cuando llegaron al hotel del Astana en la Ciudad Encantada a las 7.30 de la mañana para efectuar un control de salud se encontraron con que los ciclistas ya estaban en los coches, pues se salía temprano de Motilla del Palancar. Los hicieron salir y los contaron antes de sacarles sangre para medirles el hematocrito. Eran seis. Faltaban dos, los dos mejores, Kashechkin y Vinokúrov, quien ya ha sido sometido esta Vuelta a un control por sorpresa en su hotel. "Se han ido antes, en el autobús, preferían seguir tumbados", les explicaron a los de la UCI, que no lograron hacerlos regresar.
"Entiendo, entiendo, que haya suspicacias", dice Giovanni Meraviglia, director del control médico de la UCI. "En estos tiempos que vivimos, cualquier hecho que se salga de lo normal parece sospechoso, pero en este caso las sospechas son infundadas. Es evidente que Kashechkin y Vinokúrov no han huido de un control, no se han negado a pasarlo. Sencillamente ha ocurrido que los inspectores han llegado tarde y nada más. También pensaban someter a control al Rabobank, y cuando han llegado a su hotel ya se había ido todo el equipo". En otras ocasiones en las que por errores suyos, los inspectores no pudieron someter a control a algún corredor elegido, le obligaban a pasarlo por la tarde, tras la etapa. No fue el caso. "Como no sospechamos en absoluto, tampoco les hacemos pasar el control tras la etapa", dijo Meraviglia. Otra coincidencia curiosa que no maravilla a Meraviglia es el hecho de que la pasada semana, durante cuatro días seguidos fueran elegidos para el control corredores que habían abandonado la carrera o que no habían salido siquiera en la etapa. Tal fue el caso del francés Duclos-Lassalle (Cofidis), del suizo Montgomery (Gerolsteiner), del alemán Strauss (Gerolsteiner), y del italiano Bernucci (T-Mobile). Los dos últimos ni siquiera pasaron control antidopaje, pues no habían salido en la etapa. "Sí que es curioso, sí", dijo Meraviglia. "Es una coincidencia que también a mí me ha sorprendido, pero, claro, yo hago la víspera por la tarde el sorteo de los que deben pasar control el día siguiente y no puedo saber si van a abandonar".
Como contrapartida a las coincidencias, la organización ha hecho saber que los parámetros sanguíneos generales de los corredores están mucho más dentro de la normalidad que otros años.
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