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Reportaje:Mundial de baloncesto 2006 | Una gesta inolvidable

¡Futbolero el que no bote!

España entera, de Madrid a Barcelona, de Sevilla a Santander, celebra la gran victoria de la selección de Pepu Hernández

José Marcos

"¡Ya era hora! ¡Por fin desbancamos al fútbol!". El grito de guerra de Rodrigo, sus ganas de revancha con el deporte rey, recorrió el Palacio de los Deportes de Madrid. España acababa de triturar a Grecia, la campeona de Europa. "Y a Serbia, campeona del mundo, y a Argentina, triunfal en los Juegos Olímpicos", puntualizó Ricardo; "¡les hemos ganado a todos!". Como los dos fieles seguidores de Estudiantes, una marea roja de 15.000 gargantas, de críos y de universitarios, de veteranos y noveles de todas las edades y condiciones, se concentraba en las gradas. Las cheerleades amenizaban el ambiente. Los menos afortunados, los que llegaron tarde, se contentaron con seguirlo por medio de una pantalla gigante instalada en la plaza de Felipe II. "¡Jefe, otro tinto de verano! ¡Que la propina va a ser generosa!", reían en una de las terrazas de la zona. Terminaron bailando la conga.

"¿Qué sucede?", decía un turista japonés. "¡Que España ha ganado en tu tierra!", le contestaron
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Ángel, policía municipal de 29 años, se mostraba más serio en la plaza de Colón: "Esta gente es sana. Esperemos que no haya ningún patán que venga bebido y complique la situación". Dos docenas de policías vigilaban que ninguno de los mil aficionados que se remojaban en una de las fuentes terminara atropellado. También tomaron posiciones dos vehículos del Samur, en previsión de lipotimias o golpes de calor. Con 33 grados a la sombra, Nadia y Verónica no salían del agua. Los conductores pitaban, algunos secundando el himno del Real Madrid. "¡Que no! ¡Que es el de España! ¡Es-pa-ña, Es-pa-ña!". El alborozo sacó a los toreros que algunos llevaban dentro. "¡Oooolé, olé!", jaleaba la muchachada cada vez que un coche pasaba debajo de una banderola amarilla y roja. De pronto, una voz rugió el himno de moda: "¡Futbolero el que no bote, eh, eh!". Así hasta 20 veces, aunque las fuerzas del orden impidiesen bañarse en Cibeles. "Nos subimos a Colón. En Neptuno sólo hay un par de despistados", refirió un agente.

La alegría por el oro mundial se extendió por todo el país, informa Efe. Desde el pabellón de Sant Boi al pueblecito de Aurora de Villanueva de la Serena, en Badajoz. Su hijo predilecto, José Manuel Calderón, anunció que entregará la medalla de oro en ofrenda a la Virgen de la parroquia. "Villanueva tiene un oro, pero, independientemente de que tengamos el oro del Campeonato del Mundo, ya lo teníamos antes con José Manuel", declaró el alcalde, Miguel Ángel Gallardo.

"Ojalá este éxito sirva para valorar más la ACB", aprovechó para reivindicarse Trifón Poch, el técnico del Etosa Alicante. "Es un momento para recordar siempre", insistió. Mientras tanto, a 500 kilómetros de distancia, Cecilia se afanaba en sus compras dominicales: "Me he ido de casa y ganaban por 17 puntos. Confío en ellos". Y eso que no sabía que era la 18ª victoria consecutiva del grupo de Pepu Hernández. "Somos campeones en más de un deporte... Menos en fútbol", dejó caer.

"¡Menuda resaca me estoy ganando!", gritaba Covadonga por las calles de Oviedo. Mientras los bares estaban -nunca mejor dicho- hasta la bandera, decenas de asturianos daban vueltas a la plaza de América sin quitar la mano del claxon. La exaltación también se vivía a fondo en Cataluña entera. En el pabellón de Sant Boi de Llobregat, patria de los Gasol, la fiesta poco tenía que envidiar a la de Madrid. La gente brincaba por los suyos, por Navarro, por Pau, por su hermano Marc.

Si la señal de televisión no suponía un problema, en su casa de la plaza Elíptica, en Madrid, Alfonso Pérez se peleaba con la antena. "De ésta no pasa. Hay que convocar a los vecinos, hablar con el presidente y que se vea La Sexta como debe ser", se desgañitaba. Uno que ni siquiera lo vio fue Eduardo Bra. "Mi chica no me ha dejado verlo. Me ha obligado a ir a la playa del Sardinero", se lamentaba desde Santander. Eduardo tampoco se bañó en la fuente de los Delfines. La playa también fue uno de los lugares desde donde los sevillanos siguieron el triunfo de la selección. "Es que hace un calor horrible, de más 40 grados, y la ciudad se ha vaciado. Pero claro que se han escuchado bocinazos", afirmaba Ana Olabarría.

En el Sur no ocurría lo de Madrid, donde eran muchos los que portaban barbas postizas como la de Gasol. Se repartían a la entrada del Palacio de los Deportes. "Me la he puesto en homenaje a Pau. Qué lástima que se haya lesionado, pero, aun así, hemos machacado a los griegos", decía Arturo. "Nada de barbas postizas. Yo me la he dejado. Se nota, ¿verdad?", añadió triunfante su amigo Daniel. Más serio y despistado estaba Junichiro. "¿Qué sucede?", preguntaba el turista japonés en los aledaños de la Puerta del Sol. "¡Que España ha ganado! ¡En Japón, hombre; en tu tierra!", fue la respuesta que encontró. Junichiro no daba crédito cuando se cruzó con una panda de muchachos que imitaban la forma de hablar de Andrés Montes, el locutor del Mundial. "¡Ra ta ta ta! ¡Tirador! ¡Raza blanca!", se desternillaban. "A mí me pone un poquito nervioso", abundaba Luis, que daba la enhorabuena por teléfono a sus amistades. "¡Campeoooones... Oé, oé, oé...! ¡Pásalo!", mandaban otros por sms.

"¿A qué hora llegan? Porque no me lo pierdo", era una de las preguntas que flotaba en el ambiente. El vuelo de la British Airways 462, procedente de Londres, aterrizará con los campeones del mundo hoy, en Barajas, a las 23.00. Desde el aeropuerto, al que se recomienda que no acudan los aficionados, el combinado español se dirigirá en autobús a la plaza de Castilla, donde, media hora más tarde, se podrá homenajearlos. "Me he emocionado cuando he visto a Pepu con la mano en el corazón, con los ojos llorosos en el podio", reconocía Guillermo. Aún no sabía que el técnico había perdido a su padre en la víspera. "Simplemente, quiero verles para darles las gracias", se sinceró Juana; "porque la vida puede ser maravillosa. Es verdad. Muchas gracias".

Mariano Rajoy, presidente del PP, sigue el partido desde la Fiesta de los Callos, en Pontevedra.
Mariano Rajoy, presidente del PP, sigue el partido desde la Fiesta de los Callos, en Pontevedra.EFE
Aficionados celebran el triunfo de la selección en la plaza de Colón, en Madrid.
Aficionados celebran el triunfo de la selección en la plaza de Colón, en Madrid.EFE
Un grupo de niños festeja la victoria en Villanueva de la Serena (Badajoz), localidad natal de José Manuel Calderón.
Un grupo de niños festeja la victoria en Villanueva de la Serena (Badajoz), localidad natal de José Manuel Calderón.EFE

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.

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