Bob Mathias, campeón olímpico, actor y congresista

Con sólo 17 años se convirtió en el campeón olímpico de decatlón más joven de la historia al conseguir la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres en 1948. Cuatro años más tarde repitió victoria en Helsinki, convirtiéndose en el primer hombre que ganaba el decatlón en dos Olimpiadas sucesivas. Batió tres veces el récord del mundo. Dejó huella en Hollywood interpretándose a sí mismo en una película sobre su prodigiosa escalada en el deporte y capitalizó tan bien su fama que hasta consiguió un escaño como congresista en Washington, donde sirvió durante ocho años. Su nombre era Bob Mathias y pasará a la historia como uno de los mejores deportistas del siglo XX. Mathias falleció el pasado sábado a los 75 años en Fresno, California, a causa de un tumor.

La historia de Bob Mathias es parte de la mitología del deporte estadounidense. "Fue uno de esos escasos individuos con la habilidad de inspirar a una nación a través de su perseverancia y determinación", declaró en un comunicado Peter Ueberrot, presidente del Comité Olímpico estadounidense.

Nacido en 1930 en Tulare, un pueblo de granjeros de California, de niño nada indicaba que podría ser deportista. Al contrario. Padeció una fuerte anemia que su padre, el médico de la zona, atacó con hierro, píldoras para el hígado y siestas obligatorias. La receta funcionó: se convirtió en el mejor atleta de su instituto y, meses antes de finalizar la secundaria, su entrenador le propuso ir a Los Ángeles para participar en un decatlón. "Suena muy divertido, pero... ¿qué es decatlón?", le preguntó Mathias con la ingenuidad de sus 17 años.

El adolescente lo descubrió rápido: ganó con ventaja desmedida a todos sus contrincantes tanto en las carreras como en el lanzamiento de disco o jabalina (que nunca antes había practicado), se clasificó para los campeonatos nacionales, entró en el equipo estadounidense y dos meses después se subía en Londres al podio de los triunfadores olímpicos colgándose la medalla de oro sin apenas esfuerzo. En cuestión de horas, Mathias recibía más de 200 proposiciones matrimoniales y el abrazo del presidente Harry S. Truman. Cuatro años después repitió la hazaña en los Juegos de Helsinki. "Había mejores atletas, pero no muchos. Algunos corrían más rápido, otros saltaban más lejos y otros lanzaban mejor. Pero ninguno era capaz de hacer las tres cosas a la vez", escribió sobre él recientemente James Murray, columnista del Times. A los 22 años se retiró, habiendo acumulado también cuatro títulos de campeón nacional y siendo además el único jugador olímpico que competía en la Liga de fútbol americano. Su cuerpo fibroso y sus ojos azules le abrieron las puertas de Hollywood (camino que después seguirían otros deportistas como Arnold Schwarzenegger, que también acabó metiéndose en política). Se interpretó a sí mismo en La historia de Bob Mathias, que narraba su entrada huracanada y exitosa en el deporte, y también protagonizó una serie de televisión.

Después entró en política como congresista republicano por California desde 1967 hasta 1975, cuando fue obligado a dimitir junto a otros 55 congresistas por el escándalo del Watergate. Durante la década siguiente trabajó para el Comité Olímpico estadounidense, y dirigió la National Fitness Foundation y la American Kids Sports Association. En 1983, su nombre quedó cincelado en el United States Olympic Hall of Fame.