La princesa y el gamberro

Ella con diadema, vaquero y camiseta gris, bajo la que asoma un sujetador rojo, acaba de llegar de París. Él luce visera, camiseta amarilla, vistoso calzado deportivo y pantalón de chándal. La hinchazón en su pómulo es el souvenir que se ha traído de sus vacaciones en Benidorm. María Valverde y Juan José Ballesta tienen la misma edad -"nacimos en 1987", contestan al unísono- y su idilio cinematográfico será de los que dan que hablar. El maltratado niño de El Bola y la bella perdición de La flaqueza del bolchevique al fin se han encontrado.

Ganadores de sendos goyas como actores revelación (ella en 2004, él en 2001), juntos protagonizan el primer largometraje de Jaime Marqués, Ladrones, que se estrenará en otoño. El chico de Parla y la niña de Carabanchel forman la nueva pareja explosiva del cine español. Pero lo suyo poco tiene de primer amor. A sus 19 años, arrastran un considerable historial amoroso en la gran pantalla. La educación sentimental de María ha sido algo tumultuosa. El primero que cayó flechado fue Luis Tosar (La fuerza del bolchevique). "Más que fatal, aquello era un amor imposible", matiza. Y del imposible a la abierta promiscuidad de la controvertida Melissa P. "¿Hacías de lumi o qué?", pregunta Juanjo con media sonrisa. "Experimentaba con hombres. En Los Borgia también tengo un papel movido", responde ella.

El galán de barrio tampoco se queda atrás, pero este último le parece el mejor: "María no pone pegas, no discute. A mi vieja se lo he dicho, es con la que más pego".

Hay amores que matan y parejas que atan. Un vistazo a la filmoteca basta para comprobar las dificultades de Fred Astaire y Ginger Rogers para salir de la pista de baile. Entre parejas adolescentes cabe recordar a Brooke Shields y Christopher Atkins en El lago azul. María se queda con los protagonistas de Lila dice, Vahina Giocante y Mohammed Khouas. Y si la cosa va de retro, habla de Audrey Hepburn y George Peppard en Desayuno con diamantes. Él elige a Julia Roberts y Richard Gere en Pretty woman.

María no escatima elogios para su contrario: "No le gusta leer, pero es muy inteligente. Como actor lo da todo. Es la frescura. Nunca se queja". Y forzada a señalar un defecto menciona su "cabezonería". Él tampoco se queda corto: "María no tiene nada malo". Trabajar con ella además le ha ganado la admiración de sus amigos, sospechosos habituales en el rodaje. "Me decían '¿y ese pibón con el que sales?'. Y yo: pues, la Mari". Esta buena compañía ha conseguido incluso cambiarle los hábitos alimenticios -"ahora ceno pescado"-. "Él se metía con mis comidas. 'Tú siempre con tus ensaladitas', me decía", añade María, encantada de oír que sus consejos dietéticos no han caído en saco roto. "Me decía que estaba crudita y un día me preguntó que por qué tenía el culo tan gordo si no comía nada", recuerda, "y eso sí que no". Juanjo supo entonces con quién trataba: "Ella, a la que te pases de la raya te lo dice, y eso mola".