López Obrador rechaza el fallo del tribunal electoral de México que confirma su derrota

El candidato Andrés Manuel López Obrador, de la coalición izquierdista Por el Bien de Todos, acusó al tribunal federal electoral de México de despejar "el camino a un usurpador [el conservador Felipe Calderón, que ganó por 244.000 votos], que pretende ocupar la presidencia de la República mediante un golpe de Estado". Los magistrados decidieron el lunes por unanimidad que no hubo fraude en las elecciones del 2 de julio y que las irregularidades no cambian el sentido de la votación. Ayer comenzaron a analizar si los comicios fueron libres y democráticos.

María del Carmen Alanis, ex secretaria ejecutiva del Instituto Federal Electoral (IFE), explicó: "Ahora el Tribunal tendrá que analizar todos y cada uno de los hechos impugnados en la etapa previa a la elección y algunos posteriores, y determinar si esos hechos influyeron en la emisión libre del sufragio". Y añadió que el tribunal tiene que decidir si en los comicios se "cumplieron o violaron los principios de una elección democrática".

En un ambiente cargado de presiones, los magistrados se quitaron una carga importante, al dictaminar sobre irregularidades de cómputo e impugnaciones de otro carácter de hechos ocurridos el día de la elección, afirmó.

Para esta experta en temas electorales, hay tres puntos fundamentales que debe tratar el tribunal en la etapa de validación de los comicios presidenciales: la intervención del Ejecutivo en la campaña; los fallos de comunicación del IFE sobre los resultados preliminares y el recuento oficial; y el papel que jugó el Consejo Coordinador Empresarial en favor de un candidato (Felipe Calderón).

Reglas complejas

Las complejas reglas del sistema electoral mexicano determinan que el Tribunal Federal Electoral valide las elecciones presidenciales. Y fue la coalición Por el Bien de Todos, que postuló a López Obrador, la que impugnó ante los magistrados. La coalición izquierdista afirma que los comicios no fueron equitativos, por la participación ilegal del presidente Fox y el empleo de programas sociales para promover la candidatura de Calderón, entre otros aspectos. López Obrador se ha quejado de que sus reclamaciones no han sido atendidas. Y el presidente del tribunal electoral mexicano, Leonel Castillo, comentó: "Se dice que existen irregularidades múltiples en una gran cantidad de casillas (mesas electorales), pero la gran cantidad no basta, tienen que identificarse los hechos". Y se adelantó a la reacción de los discrepantes, cuando dijo: "No se puede generar duda o sospecha alguna sobre la aplicación ad hoc de algún partido o coalición para resultar favorecido o perjudicado, debido a que cada criterio aplicado encuentra su fundamento en la ley y se ha reiterado en muchos fallos".

Al conocer la decisión de los magistrados, el candidato vencedor en las elecciones, el conservador Felipe Calderón, dijo: "Al final de cuentas se corrobora el peso de la decisión ciudadana tomada el 2 de julio. A mí me satisface enormemente ese resultado. Claro, quiero ser muy cuidadoso, sé que todavía tendrá que deliberar el Tribunal acerca de la validez de la elección pero vamos por buen camino". Calderón valoró "que los ciudadanos sepan la calidad de la elección que tuvimos, que se despejen las dudas y se eliminen todas las insidias que se le han querido sembrar a los ciudadanos".

Respecto a la posibilidad de que el tribunal declare la nulidad de las presidenciales, la ex secretaria ejecutiva del IFE dijo que "en medio de las presiones el fallo de los magistrados tiene que ser clarísimo". Pero, advirtió de que después de que se resolvieron las 375 impugnaciones no ve "elementos ni hechos que pongan en duda la legalidad de la elección". "No se pudo comprobar el fraude generalizado. No veo patrones de conducta generalizadas e importantes para favorecer a candidato".

María del Carmen Alanis añadió: "Creo que hubo irregularidades como en cualquier elección, que los partidos tuvieron oportunidad de impugnarlas. Nadie puede decir que fue una elección sin irregularidades, pero éstas no dan para anular 41 millones de votos".

Debido a esas irregularidades, al analizar la etapa cuantitativa, los magistrados electorales anularon 81.080 votos a Calderón, y 76.897 a López Obrador. A pesar del recorte de sufragios, la ventaja del conservador se mantuvo en un 0,58%, el mismo porcentaje dado por el recuento del IFE, que tras las presidenciales del 2 de julio dio a Calderón 15.284.000 votos.

El tribunal electoral federal de México, que trabaja con toda reserva, debe dar su veredicto sobre validez y declaración de presidente electo antes de la media noche del 6 de septiembre.