27 iraquíes mueren al estallar en llamas un oleoducto durante un robo de gasóleo

Al menos 27 personas murieron cuando una banda de ladrones que robaba petróleo de un oleoducto provocó una enorme explosión en las afueras de Diwaniya, en la noche del lunes, 180 kilómetros al sur de Bagdad. Los delincuentes aprovecharon el descontrol generado por los enfrentamientos entre milicias chiíes y el Ejército en Diwaniya, según declaró un oficial iraquí. La explosión se produjo cuando uno de los ladrones "encendió su mechero para ver si su bidón estaba lleno", según afirmó el doctor Hussain al Janabi, quien dirige el hospital de Diwaniya.

Según Al Janabi, además de los 27 muertos hay 37 heridos. Asimismo, más víctimas seguían llegando ayer al hospital. De hecho, las fuentes manejaban cifras muy distintas, algunas mencionando hasta 82 muertos. "Algunos presentaban quemaduras en el 75% de su cuerpo", detalló un trabajador sanitario.

El robo de gasóleo en los gasoductos es una práctica relativamente frecuente en Irak, que, a pesar de contar con las terceras reservas mundiales de petróleo bruto, no consigue producir lo suficiente para abastecer sus necesidades nacionales. Según un informe publicado por la revista The Economist, los niveles de producción de este mes (2,23 millones de barriles al día) no han alcanzado los de antes de la invasión estadounidense hace más de tres años (2,5 millones). Sólo los precios históricamente altos del petróleo han salvado el crecimiento de la economía iraquí esos tres últimos años, según la revista británica.

Los policías que habitualmente controlan el oleoducto que lleva gasóleo hasta Bagdad fueron retirados de sus puestos para reforzar a los soldados que se enfrentan a las milicias chiíes en Diwaniya, detalló el doctor Al Janabi. Los enfrentamientos entre ambos bandos se cobraron las vidas de decenas de personas entre el domingo y el lunes, y una tregua fue acordada en la noche del lunes entre las fuerzas de seguridad iraquíes y los milicianos, que se reclaman del clérigo chií radical Múqtada al Sáder. Tras semanas de tensiones y de escaramuzas entre las milicias y el Ejército, los combates de Diwaniya pueden llevar al Gobierno iraquí a intentar refrenar el poder de las milicias de Al Sáder, sea por vía política o militar, afirman varios analistas.

Por otra parte, la violencia causó ayer otras decenas de muertos en el país. En Baquba, a unos 80 kilómetros de Bagdad, 15 personas murieron en varios ataques armados. Dos de ellos eran milicianos de Múqtada al Sáder y fallecieron en las oficinas del líder radical chií, en un ataque combinado con un lanzacohetes y una bomba. La región de Baquba es una de las más peligrosas de Irak por sufrir diariamente actos de violencia interconfesional.

En Bagdad, la policía encontró a 10 cadáveres con huellas de balas. En el oeste de la capital, los agentes también hallaron 20 cuerpos con las manos atadas y los ojos vendados.