Vuelo rasante sobre 4 ruedas

El comisario de pista cambia la bandera roja por la verde. El director del Ascari Resort de Ronda, Geoffrey Finlay, mete primera en un biplaza descubierto con un motor de 1.300 centímetros cúbicos, 500 kilos de peso con la carcasa a ras de suelo y 204 caballos de potencia. La copiloto se aferra con ambas manos a un lateral. El asiento quema. Varias correas rojas les sujetan a los asientos, con las piernas estiradas a escasos centímetros del asfalto.

Comienza el exclusivo recorrido en la instalación con la pista de Fórmula 1 más grande de España, de 5.425 metros de longitud, de los que casi la mitad son en curva. El curso más barato de conducción básica para particulares ronda los 2.000 euros.

El circuito funciona desde hace tres años en un valle escondido de la Sierra de las Nieves, declarada reserva de la biosfera por la Unesco en 1995.

La pista está rodeada de árboles y montañas. En uno de los laterales hay un cortijo con piscina y terraza donde se sirven las comidas. A pocos metros, los boxer para preparar las máquinas a pie de pista y las cocheras, que albergan la flota de vehículos de Ascari, con coches de Porsche, BMW o Lotus que brillan como recién encerados. El garaje sirve también para coches particulares de los socios y de quienes contratan puntualmente los servicios del circuito. Por ejemplo, el Club Ferrari España que en su última convención llevó su propia flota.

"Estamos preparados para cualquier tipo de evento, desde la presentación de una nueva maquinilla de afeitar hasta una gran reunión de empresa", explica Elvia Mesqui, directora de marketing del Ascari.

La sensación dentro de uno de los modelos más rápidos, un Radical SR3 es como volar a pocos centímetros de la tierra. El aire caliente impacta en los brazos mientras el cuerpo se balancea con las curvas. Después de tres vueltas de prueba con una velocidad de 230 kilómetros en recta, el mundo se para. El cuerpo tiembla y da la impresión de que el estómago se ha movido de su sitio. Lo seguro es que los nervios se han quedado a la altura de los pies.

El vértigo que deja en el cuerpo la primera vuelta en un coche de carreras dura varias horas, pero no está al alcance de todos los bolsillos. El precio de un curso oscila entre 1.900 y 2.800 euros, dependiendo del modelo elegido y del nivel del conductor. Lo más importante es "aprender y divertirse, no competir", según la responsable de marketing. En el Ascari no se celebran carreras profesionales.

Para ser socio, es necesario pagar 150.000 euros más 5.000 euros anuales. Una familia de ingleses disfruta de uno de sus cien días exclusivos del año. El padre monta en un Radical rojo, mientras su mujer y los niños hacen fotos. Los menores tienen más dificultades para usar los coches. Sólo si disponen de una licencia federativa y del permiso de sus padres pueden acceder al circuito.

Los eventos de empresa son una de las grandes especialidades del Ascari. En los últimos meses les han visitado empleados de bancos y de una gran superficie comercial. Los hombres de negocios aprovechan para liberar el estrés y hacer piña. "Solemos dividirlos de diez en diez, pero a veces los directivos nos piden que preparemos actividades para todo el grupo", explica Mesqui. Hacen carreras con grandes bólidos y con buggies, modelos menos potentes que usan en un circuito de arena. "Se lo pasan como niños", asegura la responsable de eventos.