Al Qaeda sigue en activo
Sería un error pensar que la organización de Bin Laden, como tal, está fuera de combate
A lo largo de los últimos cuatro años, miembros clave de la Administración de Bush han asegurado que Al Qaeda está "a la fuga" (Donald Rumsfeld y Condoleezza Rice), "desbaratada" (George Tenet) o "diezmada" (presidente Bush). Pero los atentados terroristas importantes perpetrados en todo el mundo han aumentado drásticamente desde el 11 de septiembre de 2001, y en su mayoría fueron dirigidos por islamistas militantes.
¿Cómo conciliar esta aparente contradicción? Ha surgido una nueva narrativa que pretende responder a esa pregunta: en efecto, Al Qaeda es una organización gravemente deteriorada, pero ha sido reemplazada por un movimiento ideológico más amplio integrado por terroristas islamistas locales con arranque automático que mantienen escasos vínculos formales con Al Qaeda, pero que están motivados por una doctrina que podría calificarse de binladenismo. Entre otros ejemplos, tenemos a los terroristas que hicieron estallar en Madrid unos trenes de cercanías el 11 de marzo de 2004 y mataron a 191 personas, o los aspirantes a terroristas que fueron detenidos hace pocos meses en Miami en relación con una supuesta trama para poner bombas en edificios federales de Florida. Habían adoptado la doctrina de la destrucción de Al Qaeda, pero no tenían lazos orgánicos estables con el grupo terrorista. Respecto a los detenidos este agosto en el Reino Unido por su presunta participación en un compló para atentar contra aviones comerciales, no hay aún suficiente información como para saber a qué categoría pertenecen.
Como organización, Al Qaeda sigue siendo una amenaza real, según veteranos funcionarios americanos expertos en antiterrorismo
Cuanto más se hurga en los atentados del 7 de julio de 2005 en Londres, más se presentan como reflejo de la trama clásica de la red de Bin Laden
Afrontamos un mundo de terroristas locales movidos por la ideología de Bin Laden, además de redes que se alimentan y se refuerzan unas a otras
Sin embargo, de acuerdo con cinco veteranos funcionarios antiterroristas de EE UU con los que he hablado recientemente, Al Qaeda como organización sigue suponiendo una amenaza real. Un analista especializado en temas de terrorismo que trabaja desde hace mucho para el Gobierno señala los cuatro atentados suicidas que tuvieron lugar en Londres el 7 de julio de 2005 y que acabaron con la vida de 52 personas como prueba de que la organización resiste. "Como mínimo, fue una operación secundada por Al Qaeda", me dijo el analista.
Los líderes de Al Qaeda no parecen estar notando el calor de la "guerra contra el terrorismo". Osama Bin Laden ha llegado a emitir este año tres cintas de audio en tres meses, mientras que su lugarteniente, Ayman al Zawahiri, ha aparecido en un número sin precedentes de cintas de vídeo desde la segunda semana de junio, con un promedio de una por semana. Por tanto, aunque la rápida propagación de la ideología de Al Qaeda durante los últimos dos años -en parte alimentada por la guerra de Irak- ya debería dar pie a una preocupación considerable, sería un error concluir que la organización Al Qaeda en sí misma está fuera de combate. De hecho, si los atentados de Londres de julio de 2005 sirven de señal, podría estar preparando un retorno. Por lo general, aquellos atentados han sido descritos como la obra de cuatro jóvenes británicos de ascendencia paquistaní y jamaicana procedentes del norte de Inglaterra -distinguidos únicamente por su absoluta normalidad-, que prohijaron la ideología islamista radical y lograron cometer el atentado terrorista más mortífero de la historia en suelo británico sin ayuda externa. El diario londinense The Sunday Times incluso opinó que "la nueva casta de terroristas no afiliados es mucho más peligrosa en potencia que el IRA e incluso Al Qaeda, ya que es casi imposible de identificar". Pero cuanto más se hurga en los atentados del 7-J de Londres, más parecen la clásica trama de Al Qaeda. La versión oficial británica -emitida por el Ministerio del Interior hace pocos meses- muestra un panorama revelador.
El informe explica que el presunto cabecilla, Mohamed Sidique Jan, visitó Pakistán en 2003 y 2004 y pasó varios meses allí. En uno de esos viajes, intentó "cruzar la frontera y combatir en Afganistán", según se afirma en el informe. (Previsiblemente, Jan no pretendía luchar junto a los soldados de EE UU en Afganistán, sino unirse a los talibanes o a Al Qaeda para matar a estadounidenses).
Los viajes de Jan
El informe prosigue señalando que Jan "mantuvo contacto con algunas figuras de Al Qaeda" en Pakistán, y "se cree que recibió algún entrenamiento relevante en una zona remota de Pakistán, cerca de la frontera afgana", durante su visita de dos semanas en 2003. El Gobierno británico no especifica qué clase de instrucción recibió, pero teniendo en cuenta que las bombas de Londres se fabricaron con explosivos muy eficaces que no pueden prepararse fácilmente utilizando recetas encontradas en Internet, es probable que la formación estuviera orientada a la fabricación de bombas. Según el informe, Jan también mantuvo un contacto "sospechoso" con individuos paquistaníes durante los cuatro meses previos a los atentados de Londres. En conjunto, los viajes de Jan a Pakistán y sus contactos allí apuntan claramente a un papel de Al Qaeda en la operación.
Jan también aparecía en una cinta de vídeo emitida por Al Yazira dos meses después de los atentados, un hecho importante al que el informe británico no da un peso suficiente. "Voy a utilizar un lenguaje que comprendáis", decía Jan en la cinta, hablando con el cerrado acento de su Yorkshire nativo. "Nuestras palabras estarán muertas hasta que cobren vida con nuestra sangre". Luego, pasa a describir a Bin Laden y Al Zawahiri como "los héroes de hoy en día". En la misma cinta, Al Zawahiri anunciaba la autoría de Al Qaeda en los atentados de Londres. Como me dijo un experto funcionario antiterrorista de EE UU, "Al Zawahiri no se atribuye cosas que no ha hecho". En la cinta, Al Zawahiri se refería a una amenaza anterior de Al Qaeda para explicar por qué Londres era un objetivo, diciendo: "¿No os ofreció el jeque Osama Bin Laden una tregua?", en referencia a la propuesta realizada por el líder de Al Qaeda en abril de 2004 sobre un acuerdo de paz con los países europeos dispuestos a retirarse de Irak. Gran Bretaña es el miembro más destacado de esa coalición. Bin Laden ofreció un periodo de gracia de tres meses antes de que la tregua expirase, en julio de 2004. Un año después, los cuatro terroristas saltaban por los aires en Londres.
La prueba fundamental que el informe de Londres pasa por alto es que la declaración de Jan y la de Al Zawahiri se realizaban en una cinta de vídeo que llevaba el llamativo logotipo de Al Sahab ("las nubes"), que es el brazo de producción televisiva de Al Qaeda. La primera cinta de Al Sahab, publirreportaje de dos horas sobre Al Qaeda, se estrenó en Internet en el verano de 2001, e indica que se estaba gestando un gran atentado contra EE UU. Desde entonces ha seguido emitiendo discursos clave de líderes de Al Qaeda.
La aparición de Jan en la cinta es claro indicio de que se reunió con miembros de un equipo mediático de Al Qaeda emplazado en la frontera entre Afganistán y Pakistán, probablemente en la zona tribal de Waziristán. Aún ignoramos mucho sobre las actividades de Jan en Pakistán, pero es probable que otra información adicional apunte a más contactos con miembros de Al Qaeda allí.
El rápido deterioro de la situación de la seguridad en Afganistán durante el último año también es en parte responsabilidad de Al Qaeda. El empleo de atentados suicidas y bombas improvisadas y la decapitación de rehenes -técnicas que Al Qaeda perfeccionó en Irak- son métodos que los talibanes han adoptado cada vez más en Afganistán, y han convertido buena parte del sur del país en una zona de acceso prohibido.
Y, por supuesto, Bin Laden y Zawahiri campan a sus anchas por toda la frontera afgana-paquistaní, y no paran de emitir cintas destinadas a espolear a sus seguidores en todo el mundo.
A punto de conmemorar el quinto aniversario de los atentados del 11-S, Al Qaeda no sólo sigue en activo en su baluarte tradicional en la frontera entre Afganistán y Pakistán, sino que sigue proyectando su ideología y su terrorismo en el extranjero. Afrontamos un mundo de terroristas locales movidos por la ideología de Bin Laden -radicales libres sin vínculos con ninguna organización formal-, además de redes establecidas como Al Qaeda, que se las han apañado para sobrevivir a pesar de la tremenda presión a la que han sido sometidas desde el 11-S. Y que, todavía más desalentador, ahora se alimentan y se refuerzan unas a otras.
Traducción de News Clips.
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