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Reportaje:Mundial de baloncesto 2006

Serbia, temible pese a su crisis

Sostenido por Rakocevic y Milicic, el vigente campeón se cruza en el camino de España

Robert Álvarez

El primer puesto del Grupo B obtenido por España vale su peso en oro porque evita a Estados Unidos hasta la final, pero su rival en los octavos será Serbia y Montenegro, una selección en crisis, pero temible -el partido se disputará mañana a partir de la una de la tarde (hora española).

Serbia es nada menos que el vigente campeón mundial. Pero han pasado cuatro años desde su triunfo en Indianápolis y nada tiene que ver con el magnífico equipo de Bodiroga, Divac, Jaric, Tomasevic y compañía. Atraviesa por un declive galopante. Sus desastrosos resultados llegaron a tal punto que tuvo que ser invitada para disputar el torneo japonés porque ni siquiera había logrado clasificarse.

Fue la gota que colmó el vaso. Sus dirigentes emprendieron una renovación a fondo. Prescindieron de casi todas sus estrellas, las que fracasaron en el Eurobasket disputado el año pasado en Belgrado, y provocaron que el entonces seleccionador, Zeljko Obradovic, montara en cólera y retratase a sus jugadores: "Tienen muy malas relaciones personales. Sus egos nos han conducido hasta este vergonzoso final".

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El camino de la renovación no es de rosas. El nuevo seleccionador, Dragan Sakota, uno de los pocos técnicos de prestigio que continúan en Serbia, confió sólo en tres de los doce jugadores que ganaron el Mundial de 2002: el escolta Rakocevic, ex jugador del Madrid fichado por el Tau; el pívot Milicic, de los Magic de Orlando, y el base Avdalovic, del Pamesa.

La nueva etapa no pudo empezar peor. Perdieron los dos primeros partidos del Grupo A contra Nigeria (82-75) y Francia (65-61). Frente a dos equipos con menos potencial, los serbios elevaron su nivel y ganaron con comodidad: 104-57 a Líbano y 90-65 a Venezuela. Ayer, en la última jornada de la primera fase, estuvieron a punto de derrotar al campeón olímpico, Argentina. Perdieron por 83-79, pero acarició el triunfo. Vencían por 77-76 a 2m 18s del final, pero sólo anotaron dos puntos más mientras que los argentinos aprovecharon las faltas que forzaron para anotar siete tiros libres. Rakocevic anotó 25 puntos y Milicic 24.

Mientras tanto, España convirtió en un paseo su partido ante Japón (55-104). La mejor del último y ya intrascendente encuentro de la primera fase fue el estreno en el torneo de Felipe Reyes. Lesionado en la espalda, el pívot disputó algo más de cinco minutos. Sigue acusando dolores y está falto de ritmo, pero el médico de la selección, Delfín Galiano, confía en poder recuperarlo para los decisivos partidos que le aguardan a España.

"Grupo fácil, cruce difícil", comentó por lo bajo uno de los miembros del cuerpo técnico español, que, como todos sus compañeros, habría deseado un cruce teóricamente más cómodo frente a Nigeria. "Los que deben estar preocupados son ellos", subrayó Navarro. Marc Gasol fue más contundente. "Saben que las últimas veces les hemos puesto bien", se le escapó en referencia a los amistosos en los que España derrotó a Serbia por 83-62 en Alicante y por 80-65 en Singapur.

No son los únicos precedentes positivos. La generación de Pau Gasol y compañía le han dado la vuelta al calcetín. Yugoslavia era un rival que le tenía ganada la moral a España, que, desde los Juegos de Los Ángeles 84 hasta el Mundial de 2002 perdió los ocho partidos en los que se enfrentaron. En la primera fase de Indianápolis, con 25 puntos de Gasol y 13 de Navarro, España rompió la racha y desde entonces se ha impuesto a Serbia también en ocho oportunidades, cuatro de ellas en duelos oficiales.

"Es un rival un poquito más fuerte de lo que esperábamos, pero si han sido cuartos en su grupo por algo será. Nosotros estamos resolviendo bien y, si hacemos nuestro juego, no nos preocupa nadie", manifestó Pau Gasol. Pepu Hernández habló de la necesidad de no centrarse única y exclusivamente en Rakocevic y Milicic. "Va a ser una confrontación de estilos. Aunque tienen un equipo joven, sabemos de su fortaleza y experiencia".

La expedición española partió ayer a las cinco de la madrugada desde el hotel de Hiroshima en dirección a Tokio. La competición pasa ahora a disputarse en el moderno pabellón de Saitama, a unos 40 kilómetros de la capital japonesa. Si España logra vencer a Serbia, se enfrentará en los cuartos al vencedor de la eliminatoria entre Lituania e Italia.

Una <i>bandeja</i> de Rakocevic frente a Venezuela.
Una bandeja de Rakocevic frente a Venezuela.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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