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El conductor del tren de Villada recibió la señal de que debía reducir la velocidad

El maquinista respondió cuando el sistema informático le avisó del cambio de vías

El análisis de los sistemas informáticos y del disco que lleva incorporado la máquina del tren indica claramente que el conductor del Diurno que el pasado lunes descarriló en Villada (Palencia) estaba informado de que se aproximaba a un cambio de vía que debía pasar a una velocidad de unos 30 kilómetros por hora, según fuentes de la investigación. Sin embargo, pasó a 122 kilómetros por hora. [El informe elaborado por el Ministerio de Fomento sobre el accidente, difundido entrada la madrugada, confirma que el conductor recibió el aviso de precaución, informa Efe].

Según fuentes próximas a la investigación consultadas por EL PAÍS, el tren siniestrado circulaba por la línea a 160 kilómetros por hora, aproximadamente su velocidad máxima. Durante los últimos minutos antes de entrar en la estación de Villada se encontró con dos señales: la primera, para que redujera a menos de 130 para pasar por la estación sin detenerse; y la segunda para que bajara hasta 30 kilómetros por hora (con un margen hasta los 40 o 60, dependiendo del tipo de convoy y las circunstancias de la vía) porque iba a ser cambiado de la vía 1, por la que circulaba, a la 2.

El conductor atendió la primera indicación y puso el tren a 122 kilómetros por hora, como hacía siempre que pasaba por ese punto, donde el tren Diurno no para. Sin embargo, por razones que se desconocen, ignoró la siguiente, y entró en el cambio de agujas más o menos a esa velocidad, tras un intento de frenada en el último momento. El primero de los seis vagones descarriló y chocó contra un pilar de un paso elevado situado fatalmente justo unos metros después del cambio de agujas. Seis personas murieron y 36 resultaron heridas de diversa consideración. Nueve personas, tres de ellas en estado grave, permanecían ayer ingresadas en hospitales de Castilla y León.

Análisis de la 'caja negra'

Desde el primer momento la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, atribuyo el descarrilamiento a un "exceso de velocidad". El tren pasó a más de 120 kilómetros por hora por el cambio de agujas. Pero faltaba por saber si el sistema informático le había avisado o no de que había un cambio de vía. El análisis de los datos se conoce desde el mismo lunes, ya que toda la información de la cabina del tren, como la velocidad, las señales recibidas o las comunicaciones, está recogida por el sistema de seguridad ASFA en soporte digital (magnético en los trenes antiguos). Es la caja negra del tren. El tráfico está controlado desde un centro en León, que es donde se decidió el cambio de vías para que el Diurno Galicia-Euskadi pudiera adelantar a un Regional. Con el sistema ASFA, el tren recibe información, por medio de balizas de radio, de cuál es la siguiente señal que se va a encontrar. Cuando recibe un aviso en la cabina, el maquinista debe responder al sistema, para confirmar que ha comprendido la información. Si no lo hace, el tren se para automáticamente.

Concretamente, expertos ferroviarios explicaron ayer que un par de kilómetros antes de la estación, el maquinista se debió de encontrar con un semáforo en verde y ámbar a la vez, indicación de que debía bajar la velocidad hasta los 30 kilómetros por hora. Previamente, se habría topado con una señal visual, una P de más de un metro de altura, que emite un pitido ante el que el conductor debe pulsar un botón.

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Las fuentes consultadas dicen que los investigadores que se ocupan del caso (una comisión formada por técnicos de Fomento, Renfe y Adif, el administrador de la infraestructura) han comprobado que las señales funcionaron y que el conductor pulsó en la máquina el botón de "enterado", aunque después no aplicó la reducción de velocidad correspondiente.

El informe final de la investigación, que Fomento se comprometió a tener en 48 horas (cumplidas anoche), deberá aclarar la razón por la que el maquinista, un hombre experto con 25 años de servicio según el sindicato Semaf, redujo la velocidad de acuerdo con el paso por la estación, pero no de acuerdo con el cambio de agujas. La ministra de Fomento solicitó ayer comparecer en el Congreso de los Diputados para explicar las circunstancias del accidente.

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