"No construiremos en playas vírgenes"
El alcalde Juan Antonio Millán está a punto de aprobar un nuevo plan urbanístico
El alcalde del municipio onubense de Cartaya, Juan Antonio Millán (1940, Cartaya) lleva quince años gobernando el pueblo bajo las siglas del PSOE. Cartaya tiene censados 17.405 habitantes y abarca desde la playa de El Rompio hasta la de Nuevo Portil, en pleno paraje natural.
El principal asunto que lleva entre manos es la aprobación de un nuevo plan de ordenación urbana (el llamado PGOU). Una asociación de vecinos ya ha manifestado sus dudas de que el nuevo proyecto vaya a respetar el medio ambiente.
Pregunta. ¿Por qué es necesario para Cartaya el nuevo plan urbanístico?
Respuesta. Antes de ser yo alcalde no había ningún planeamiento y Cartaya crecía poco y desordenadamente. El nuevo plan es un paso definitivo porque permite un desarrollo sostenible de nuestro pueblo.
P. Pero los vecinos han criticado precisamente que la ría de El Rompido se haya catalogado como suelo turístico. ¿No es esto inquietante?
R. Esa es una crítica de una asociación de vecinos. Su opinión no coincide con la de la mayoría de los vecinos. Todo el mundo está viendo que estamos creciendo de forma ordenada y que realmente se está generando riqueza y se están creando puestos de trabajo. Este plan abre un futuro para los jóvenes del pueblo. El Rompido no puede seguir siendo toda la vida aquel pueblo marinero que dependía de la pesca exclusivamente. Entre otras razones porque pesca, hay poca.
P. ¿Qué medidas concretas adoptará para proteger el medio ambiente?
R. Primero hay que decir que nuestro plan urbanístico es muy respetuoso con los pinares y las playas de Cartaya. Se contemplan zonas especialmente protegidas de pinar para que se cree una armonía con el Parque Natural de Las Marismas y La Flecha de El Rompido
. Se preven también pasillos ecológicos para hacer viable la vida del camaleón. Pero es que incluso el PGOU ha sido estudiado por la cátedra de ecología de la Universidad de Sevilla, que ha valorado positivamente el plan e incluso se han recogido sus recomendaciones. Y todo esto unido a una batería de ordenanzas ambientales que contemplan multitud de detalles.
P. ¿Entonces no se construirá nunca en las playas vírgenes del entorno?
R. Nunca. Las playas vírgenes van a seguir siendo vírgenes. Hay que tener en cuenta que el paraje natural de El Rompido, los pinares, son lugares especialmente protegidos. Además, hay que tener en cuenta que trabajamos con una densidad de población muy baja: entre las cinco y diez viviendas por hectárea. Y el turismo vive de esta riqueza natural. Estamos creando senderos de madera para que la gente pueda disfrutar del río y del paraje natural.
P. En lo que lleva de alcalde, ¿qué no habría hecho un alcalde del Partido Popular que usted sí ha hecho?
R. Lo que sé es que antes de llegar yo, había habido alcaldes de derechas, andalucistas incluso, y poco se había hecho. Desde 1991 el pueblo ha pegado un salto brutal y el nuevo plan urbanístico pretende ser otro impulso.
P. ¿Qué le queda por hacer en lo que le queda de mandato?
R. Seguir trabajando. A finales de este mes, se adjudica el nuevo acceso a Portil y Nuevo Portil directamente desde la autopista de Punta Umbría. Todas las promesas de mi programa están cumplidas, y los proyectos no me van a faltar.
P. Hablando ya de turismo, ¿qué ofrece Cartaya al visitante?
R. Ofrecemos un turismo diferente. 11.500 hectáreas de pino, una región preciosa para hacer senderismo, montar a caballo o en bicicleta, pasear. Unido al puerto natural del río Piedra, con sus cuatro puertos deportivos y sus cerca de dos mil atraques, y unido a los campos de golf -tres ya construidos y siete en proyecto con el nuevo plan urbanistico-, tienes un lugar perfecto. En definitiva, lo que ofrecemos es naturaleza y descanso.
P. ¿Y la oferta de ocio?
R. Es muy importante. Además de la naturaleza, Cartaya ofrece el ocio de la náutica, de la hípica y del golf. Aunque Cartaya no deja de ser un típico pueblo andaluz de casas blancas.
P. Eliga un lugar que el visitante no debería perderse.
R. A mí como alcalde me gusta todo. En serio, para mí el turista debería visitar las tres patas del municipio. En la zona de Nuevo Portil, hay que deleitarse con la preciosa vista a la punta de la flecha de El Rompido. Un paraíso. Debe visitar también El Rompido, tradicional pueblo marinero, pero ahora muy apatecible. Y Cartaya en sí misma, un lugar acogedor y sobre todo un pueblo limpio. Mi equipo de gobierno siente obsesión por la limpieza.
El papel de la inmigración
Uno de los grandes desafíos que afronta Cartaya es el flujo migratorio que llega al pueblo para la recogida de las cosechas de cítricos.
"Entre los que vienen contratados en su lugar de origen y los que vienen de otra provincia serán unos cinco mil al año", afirma el alcalde. La mayoría llegan de países del este de Europa (Rumania y Bulgaria, principalmente) y unos 1.800 son marroquíes.
El alcalde asegura que todos estos trabajadores tienen contrato. "No sólo eso, si no que tienen garantizada una vivienda digna y el Ayuntamiento y la Junta les brinda los servcios sociales, educativos y sanitarios que necesiten".
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