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Accidente ferroviario

"Mamá, el tren ha tenido un accidente y me duele mucho la espalda"

Elsa Granda

Diana, de 24 años, apenas se podía mover. Estaba aturdida y no se podía levantar. La joven, natural de Ponferrada pero residente en París, iba sentada en el segundo vagón del tren, en un asiento que no era el que le correspondía. Lo primero que pensó fue en sus padres. Agarró el teléfono móvil y llamó a los suyos: "Mamá, el tren ha tenido un accidente y me duele mucho la espalda". Lo siguiente que oyeron sus padres fue la voz de un médico que ya estaba atendiendo a Diana. "Tranquilos, me llevo a su hija a Palencia". La joven, sobre quien se duda si tiene fracturada la cadera, permanece ingresada en el hospital Río Carrión de Palencia, junto a otros cuatro heridos en el accidente de Villada.

Diana había viajado con sus padres en coche hasta Ponferrada. Pensaba volver con ellos, pero decidió adelantar el viaje una semana porque echaba de menos a su novio y quería buscar un nuevo trabajo en París. Sus padres, que pudieron visitarla, explicaron cómo su hija les contó que, poco antes del accidente, "las maletas comenzaron a caerse y las ventanillas empezaron a romperse". El tren se salió de la vía y ella sólo pensó en hablar con sus padres, aún en Ponferrada. "Cuando nos llamó ella pensaba que iba a morirse. Por el teléfono escuchábamos gritos y el sonido de las ambulancias". Cuando la sacaron del tren, Diana vio que el chico que había ocupado su asiento "tenía una pierna completamente destrozada".

"Iba demasiado deprisa"

Otro de los pasajeros del tren, Rubén Paniagua, aseguró ayer que, según le pareció, el convoy iba "demasiado deprisa". Paniagua, de unos 30 años y vecino de Villada, que tomó el tren en A Coruña, se bajó en la estación anterior, en Sahagún (León), ya que este tren no tiene parada en su localidad. Este viajero indicó que a los pocos minutos de bajarse comenzó a oír ambulancias y el ruido de helicópteros, que le alertaron de que algo sucedía.

Cuando se enteró de que el tren en el que él había viajado había tenido un accidente, se dirigió a las inmediaciones de la estación y ayudó en las labores de rescate, ya que fue de los primeros en llegar. Muy pálido y nervioso, "hecho polvo", según confesó, comprobó que una de las fallecidas era la pasajera que ocupaba el asiento contiguo al suyo en el viaje. Rubén había cogido el tren en A Coruña, con retraso sobre el horario previsto, según dijo, tardanza que se fue ampliando hasta llegar a Santiago. Aquí, relató, se incorporaron unos 200 pasajeros, entre ellos numerosos niños, peregrinos y extranjeros, principalmente franceses.

A partir de ese momento, continuó, "tomó una buena velocidad, seguramente para recuperar el tiempo perdido". En las proximidades de la estación de Villada se ha instalado un hospital de campaña, en unas naves de Pipas Facundo, donde el personal de emergencias y los trabajadores de esta empresa comenzaron a ayudar a los heridos.

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