Un tren de altura en los Alpes suizos

El Glacier Express pertenece, sin duda, a la mitología de los ferrocarriles. Con 76 años de historia y 250.000 visitantes anuales, es una de las mayores atracciones turísticas de Suiza y realiza un recorrido de ensueño entre Zermatt y Saint Moritz, dos de las estaciones de esquí más célebres del mundo, llegando a su punto de máxima altitud en el Paso de Oberalpen, a 2.033 metros de altura.

La aventura comienza a los pies del legendario e imponente Monte Matterhorn, de 4.478 metros de altura. La pequeña localidad de Zermatt hará las delicias de los que busquen la Suiza "de postal" con sus pequeños restaurantes en madera, sus casitas tradicionales y una calma imperturbable gracias a que está prohibido que los coches circulen por sus calles.

Entre las curiosidades del viaje cabe mencionar uno de los proyectos de ingeniería más colosales que se están llevando a cabo en el mundo: la Portalpina. Este desafío tecnológico pretende crear un elevador de 800 metros de altura que será el más alto del planeta. El superascensor, que nace en las mismas tripas del Macizo del San Gotardo, espera subir hasta las alturas de Sedrun a los esquiadores que recorren la ruta Zúrich-Milán y reactivar así económicamente una zona poco dinámica pero de gran atractivo turístico. El elevador ya se encuentra operativo, pero sólo para trabajos en los túneles. Habrá que esperar a 2007-2008 para que comience a subir turistas a los Alpes.

Al pasar por el nacimiento del Rin, que tiene su origen en estas montañas, al visitante le cuesta creer que ese modesto chorrito de agua que brota de la piedra se pueda convertir, kilómetros más abajo, en el poderoso río que es. El tren comienza lentamente el descenso hasta llegar a Chur, la ciudad más antigua de Suiza, con más de 2.000 años de historia documentada. Para los viajeros interesados en la arquitectura más puntera y los spa cabe destacar que el Glacier Express realiza una parada en Ilanz, desde donde se puede llegar fácilmente al Hotel y Termas de Vals, diseñadas por el gran arquitecto suizo Peter Zumthor.

El fin del recorrido es Saint Moritz, donde los amantes de las grandes marcas y las tiendas de lujo encontrarán el paraíso en la tierra. Para los más jóvenes, es igualmente interesante gracias a la intensa vida nocturna en clubes como el Diamond's o Bonaparte, la discoteca King's del Hotel Badrutt's Palace o el after hours Hemingway. Un mundo de glamour, naturaleza espectacular y lujo a sólo unas horas de viaje en el Glacier Express, el tren rápido más lento del mundo.