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Crónica:CARTA DESDE LA HABANA
Crónica
Texto informativo con interpretación

El 'karaoke' de La Habana

La mezcla de Caribe y socialismo es una bomba. Por ello, en Cuba, desde hace casi medio siglo, cualquier cosa puede ser. Recientemente, en una conocida empresa de pesca de Cienfuegos, una empleada fue detenida cuando salía con decenas de camarones escondidos en los rulos que llevaba puestos en la cabeza. La señora aparentemente se estaba arreglando el pelo... pero los bichitos apestaban.

Un veterano opositor cubano me comenta que todavía no ha podido lanzarse a hacer activismo en las calles contra el régimen porque "está parado".

Resulta que su coche se estaba cayendo a pedazos y lo llevó al taller de un chapista, que se comprometió a entregárselo como nuevo en 22 días exactos. Pero a las 72 horas el hombre llamó por teléfono para informar de un imprevisto: se fue en una lancha a Miami y no le dio tiempo a avisar. Puesto en manos de otro artista de la chapa, el vehículo, con retraso, pasó por fin a pintura. "Pero el pintor ha descubierto precisamente ahora que su mujer le pega los cuernos y ha caído en depresión. Lleva 45 días sin ir a trabajar", dice el desconsolado disidente.

Después de la grave crisis de salud del comandante, en La Habana aparecen pancartas con un "Viva Fidel 80 más"

Si uno lee con detenimiento la prensa oficial, no es fácil entender cómo el país económicamente funciona todavía. En el periódico Invasor, órgano del Partido Comunista en Ciego de Ávila, una noticia explica, por ejemplo, que en 2006 se cosecharán en la provincia "unas 5.500 toneladas de mango, cifra inferior a lo previsto, pero aceptable".

Un chiste cubano cuenta la historia de un agente de la CIA que es enviado a la isla para evaluar la situación. A su regreso, derrotado, rinde el siguiente informe: "Aquello no hay quien lo entienda: nadie trabaja, pero se sobrecumplen los planes; todo el mundo pasa hambre, pero nadie está flaco; y la mayoría critica a Castro, pero la plaza se llena cuando pronuncia un discurso".

Pegada en la puerta principal de la fábrica de chocolate de Baracoa, fundada por el Che Guevara, una hoja explica la "filosofía de la lucha de todo el pueblo". El primer punto establece: "Las palabras rendición y derrota están totalmente borradas de nuestra terminología revolucionaria". A mil kilómetros, en el malecón de La Habana, la Oficina de Intereses de Estados Unidos emite desde enero noticias y mensajes políticos desde una gran pantalla luminosa instalada en el edificio. Las palabras, a modo de cintillo noticioso, van apareciendo lentamente en color rojo y para descifrarlas hay que repetirlas muy despacito. Algunos habaneros ya han bautizado la instalación norteamericana como el karaoke.

El karaoke ha sido neutralizado por el Gobierno con un bosque de banderas negras. Un día, los diplomáticos estadounidenses emitieron el siguiente mensaje: "Muchas cubanas decentes no pueden vivir como decentes sin hacer algo indecente. Si tú eres joven y guapa, qué rinde más beneficio: ¿seguir una carrera, o seguir a un gallego?". Una mujer que por allí pasaba y que se declaró "gusana desde que nací, porque me da la gana", dijo al leerlo, angustiada: "La verdad, no hay nada que hacer: con estos señores tan brutos hay revolución pa'rato".

Carteles es lo que más hay en Cuba. Después de la grave crisis de salud del comandante, por toda La Habana han aparecido pancartas de "Viva Fidel 80 más" coincidiendo con su 80 cumpleaños.

Me recuerda un amigo que hace años, después de haber prohibido a los Beatles por diversionismo ideológico, las autoridades inauguraron el parque John Lennon en el barrio de El Vedado. Un famoso cantautor cubano comenta: "Los problemas en este país se acabarán el día en que haya humor suficiente para llamarlo parque John Lenin. O, si no, Vladímir Ilich Lennon".

Un grupo de cubanos, en La Habana, junto a la Oficina de Intereses de Estados Unidos.
Un grupo de cubanos, en La Habana, junto a la Oficina de Intereses de Estados Unidos.ASSOCIATED PRESS

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