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Reportaje:Mundial de baloncesto 2006

Los buscadores de oro

Los españoles forman un grupo extraordinario en talento, compenetración y madurez

La selección española de baloncesto se presenta en Japón con las mayores expectativas que se recuerdan. No son infundadas. Estamos ante un grupo extraordinario en talento, compenetración y madurez. A partir de hoy sólo hay un objetivo: ser por primera vez campeones del mundo. Éstos son los doce buscadores de oro.

- Jose Manuel Calderón. El hombre sensato. Un extraordinario deportista con la ilusión de un niño en la noche de Reyes y la humildad de un principiante. Su progresión como jugador no se ha detenido. Rápido como el que más, incansable defensor y con una entrada a canasta fulgurante, ha vuelto de Toronto con una mayor seguridad en su tiro. Su liderazgo emocional en la cancha salta a la vista y casi nunca falla.

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- Carlos Cabezas. Si Calderón transmite emoción por los cuatro costados, Cabezas es su contrapunto sereno. Sobrio, responsable, resulta ideal cuando el equipo se deja llevar hacia terrenos más frívolos que lo aconsejable. Es habitual que Pepu Hernández le haga jugar con Berni Rodríguez, su compañero en el Unicaja, y sólo hace falta recordar el título de Liga del equipo malagueño para tener total confianza en su labor.

- Sergio Rodríguez. El jugón por definición. Siempre imprevisible, su presencia en la cancha nunca pasa inadvertida. Habilidoso hasta el extremo, su mayor problema surge cuando busca la genialidad en cada jugada. Ideal para inyectar revoluciones al partido, su talón de Aquiles es la defensa, para la que le falta quizá un poco de piernas. Olvidado en el banquillo en el último Europeo, va a disponer de tiempo y oportunidades para demostrar su enorme talento.

- Juan Carlos Navarro. Junto a Gasol, la otra superestrella del equipo. El barcelonista vive su mejor momento como jugador. Sereno y cada vez más fiable, su variedad de movimientos, unida a una habilidad innata y toda una colección de recursos para buscarse un lanzamiento le han convertido en fundamental. Llega a Japón con una seguridad aplastante, como demostró en Singapur, donde fue elegido el más valioso del torneo. Uno de esos jugadores que justifican por sí mismos la entrada.

- Carlos Jiménez. Con tanto jugador ruidoso, el nuevo hombre del Unicaja resulta un oasis de tranquilidad. Habla poco, pero juega mucho. Reboteador intuitivo y constante, su polivalencia para poder jugar de tres o de cuatro compensa su tendencia a ocupar posiciones exteriores. Tiene mejor tiro de lo que podría parecer por lo poco que lo prodiga, pero es fundamental en este equipo por lo que aporta en las tareas menos agradecidas.

- Rudy Fernández. El volador. Su capacidad de salto es asombrosa y se le ha visto muy asentado durante los partidos de preparación a pesar de que su papel no es tan importante como en su club, lo que es una magnífica noticia. Va a resultar una pieza trascendente por lo que puede aportar. Velocidad, tiro de distancia y alguno de esos rebotes increíbles que puede coger por encima del aro.

- Alex Mumbrú. Todos lo equipos necesitan un tirador puro y Mumbrú es el que debe ocupar esta posición. Después de su gran temporada en el Joventut y su fichaje por el Madrid, tendrá minutos en la medida que responda a esta necesidad. Su muñeca es privilegiada como pocas y supone un buen contrapunto de Carlos Jiménez. Entre los dos tendríamos casi el jugador perfecto.

- Berni Rodríguez. Su inclusión en la selección es justo premio a todo lo que lleva haciendo en los últimos años en su club, en el que es santo y seña. Jugador con un gran estado de ánimo, se defiende bien en casi todas las artes. Magnífico penetrador y solvente defensor, pero sobre todo uno de esos jugadores a los que le puedes pedir la Luna sabiendo que va a buscarla.

- Jorge Garbajosa. Inteligente, capaz, duro, tiene una seguridad en sí mismo asombrosa. Su lanzamiento de tres es ya todo un clásico en el funcionamiento de este equipo. Si Jiménez es un tres que puede jugar de cuatro, Garbajosa en un cuatro que vive buena parte del tiempo en territorios exteriores. Su ascendencia es de primer orden y no suele fallar.

- Pau Gasol. Nadie duda de que veremos a Pau en estado puro a partir de hoy. Llega con la idea de medalla metida entre ceja y ceja y ya se sabe cómo se las gasta cuando ocurre esto. Estatura, envergadura, calidad técnica, experiencia y ambición le convierten en un auténtico fenómeno. La Gasoldependencia es menor este año, pero es impensable un gran éxito sin su mejor versión.

- Felipe Reyes. Juega menos minutos que en el Madrid, pero eso le da igual, pues su comportamiento es el mismo. Sale, se pelea, rebotea, anota si le dejan gracias a un mejorado lanzamiento de 3-4 metros y no se da por vencido nunca. Es el pívot más pívot que tenemos, por lo que su rendimiento, pese a no ser titular, resultará de importancia.

- Marc Gasol. A Marc se le abrió el cielo cuando se lesionó Fran Vázquez. Vio su oportunidad y se fue a por ella. Seguramente Pepu le eligió por ser más interior que Sonseca y, aunque no le utilizará mucho, quiere tener la baza de un hombre de pelea debajo del aro para las contadas ocasiones en que lo necesite.

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