Las obras del Mercado Central pasan factura

"Hay paradas que han tenido que cerrar antes de tiempo porque perdían dinero", asegura José Navarro, propietario de Frutas y verduras. Este comerciante se refiere a todos los puestos situados alrededor de la zona interna del Mercado Central que actualmente está cerrada por los trabajos de rehabilitación. Estos trabajos incluyen, entre otras cosas, la construcción de canalizaciones para que todos los vendedores tengan acceso al agua corriente y la colocación de un suelo de cerámica. La reforma de esta parte del mercado, que se lleva a cabo en diversas fases o tramos, ha significado la reducción del 50% de las ventas en julio y las dos primeras semanas de agosto para este comerciante, quien, sin embargo, no cree que deba haber compensaciones por parte de las administraciones que financian dichas obras. Navarro se siente afortunado porque en la zona donde él tiene el negocio, la rehabilitación empezará esta semana, coincidiendo con la época menos rentable del año. Además, afirma, "lo hacen para mejorar y nosotros vamos a ser los primeros beneficiados". La reforma de uno de los mercados más grandes de Europa empezó en junio de 2004 y está previsto que acabe a finales de 2007.

"Cómo voy a pagar el mantenimiento de la parada y los impuestos sin cobrar ni un duro", dice Jorge Lacuela sentado detrás del mostrador de su huevería. Él tendrá que abandonar el puesto en octubre "justo cuando tendría que recuperarme del verano, una época que siempre es más floja, sobre todo este año". Jorge dice que, en vez de obligarles a cerrar la parada, deberían permitir la utilización de los puestos que actualmente están vacíos o compensarles económicamente. En este sentido, la concejal socialista Vicenta Lloris criticó ayer al Ayuntamiento de Valencia. "Prometieron que los comerciantes no se verían afectados", aseguró la edil.