Sus 'afónicas majestades'
Cerca de 90.000 personas -españoles, turistas que veranean en nuestro país y no pocos extranjeros venidos a propósito- se han quedado sin ver y escuchar a los Rolling Stones en Valladolid y en la localidad almeriense de El Ejido. La satisfacción, soñada en muchos casos desde hacía semanas y hasta meses, se ha convertido en frustración. La laringitis de su líder, Mick Jagger, ha convertido a la más carismática banda de rock and roll de todos los tiempos en sus afónicas majestades. Pero que nadie se apresure a aludir a la edad de Jagger y sus compañeros: ya en junio de 1998, el mismo mal obligó a los Rolling a suspender el concierto que debía ofrecer en el estadio San Mamés de Bilbao.
Como con mayor antelación ya se había anunciado la cancelación de los conciertos planeados en mayo en Madrid y Barcelona, la actual gira mundial del grupo británico no ha tenido, al final, la menor escala en suelo español. Cabe recordar que el motivo de la temprana desaparición de Madrid y Barcelona de esta gira fue un hecho que podría ser grotesco si no fuera al mismo tiempo muy propio de los Rolling: la caída en abril de su guitarrista Keith Richard del cocotero al que se había subido en unas vacaciones en las islas Fiji. Estamos, pues, ante un desdichado conjunto (de circunstancias). Y a aquellos que ya habían comprado sus entradas para Valladolid y El Ejido, nada podrá compensarles por la pérdida abrupta de una satisfacción que suponían garantizada, ni, en muchos casos, por los gastos del viaje y el alojamiento en las localidades castellana y andaluza.
Hay una vieja canción de los Rolling que reza: "Ésta podría ser la última vez, puede que la última vez, no lo sé". Esperemos que no lo sea. Por la potencia de su rock, por el carácter liberal -en el más hermoso sentido de la palabra- de sus letras, por sus tremendas puestas en escena y por conseguir que hasta los más rígidos se pongan a bailar, los Rolling son un referente imprescindible de la cultura popular contemporánea. Una España plenamente inserta en la modernidad desde hace lustros es, como bien saben Jagger y los suyos, un hito imprescindible en cualquier gira de la banda británica.
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