La mejora de las exportaciones eleva el crecimiento económico al 3,6%
El PIB avanza al mayor ritmo de los últimos cinco años, pese a que el consumo pierde peso
La actividad económica en España es cada vez más dinámica. El producto interior bruto (PIB) avanzó a una tasa anual del 3,6% en el segundo trimestre, la mejor cifra desde final de 2001. La peculiaridad del dato, superior al de comienzos de año, reside en que el crecimiento comienza a asentarse en bases más sólidas: el consumo familiar pierde algo de peso a favor de la exportación y la inversión productiva, dos puntos débiles de la economía. Los expertos consideran que ese 3,6% marca un punto de inflexión a partir del cual España seguirá avanzando, aunque con menor celeridad.
España crece más que Estados Unidos y un punto por encima de la media comunitaria. Tras tres trimestres instalada en el 3,5%, la economía española ha acelerado una décima su crecimiento anual, según el avance de datos que hizo ayer público el Instituto Nacional de Estadística (INE). También Eurostat, la oficina estadística de la Unión Europea, dio a conocer los primeros datos del periodo abril-junio. Las cifras del INE, que se desglosarán a final de mes, sitúan a España en el grupo de los países del euro que más avanzan (en conjunto lo hacen al 2,4%). Respecto al primer trimestre, la economía creció un 0,9%, una décima más que el anterior.
Más relevante que la cifra resulta la composición de ese crecimiento. Aunque el INE no ofrece el detalle, sí avanza que la mejora se logró con una aportación "menos negativa del sector exterior parcialmente compensada por una demanda nacional menos dinámica". Es decir, la brecha entre importaciones y exportaciones se acortó y el vigor de la demanda interna se atemperó. De confirmarse, esa tendencia refleja un crecimiento más sano de la economía, hasta ahora demasiado escorada hacia el consumo familiar y la construcción.
"Posiblemente el dato obedece al buen comportamiento del sector industrial y a la mejora de las exportaciones en los últimos meses", vaticina Raquel Vázquez, del servicio de estudios de Caixa Catalunya. La recuperación económica de los principales países europeos explica en gran parte esa subida de las exportaciones, pues el 70% de las ventas españolas al exterior tienen como destino los países comunitarios. Una mayor pujanza de esos países implica más capacidad para adquirir productos extranjeros (entre ellos los españoles).
Además de las exportaciones, el otro elemento que puede determinar una mejora del sector exterior es la desaceleración de las importaciones, que crecen a tasas de dos dígitos porque la oferta española no es suficiente para cubrir toda la demanda que existe en la actualidad. Esa pérdida de ritmo resulta coherente con la menor expansión del consumo familiar que parece darse en lo que va de año. "Pero la mejoría no se está produciendo tanto porque las importaciones no crezcan, sino porque las exportaciones van muy bien", añade Carlos Maravall, experto de Analistas Financieros Internacionales.
Revertir la tendencia negativa del sector exterior es uno de los principales retos de la economía española. De momento, ese segmento detrae 1,5 puntos de crecimiento, una cifra que previsiblemente se habrá atenuado en el segundo trimestre.
La demanda interna también presenta un perfil algo diferente en el segundo trimestre. El consumo de las familias, el principal motor de la economía española (aporta dos tercios del crecimiento), parece haberse desacelerado respecto a trimestres anteriores, una tendencia que comenzó hace aproximadamente un año y que ahora se acentúa. Hay varios datos que llevan a los analistas a pensar en una moderación del gasto. Uno de los más significativos es la caída de las ventas de automóviles en julio. "Con las subidas del Euríbor, las familias renunciarán antes a comprar cosas que dejar de pagar la casa", argumenta Maravall.
La construcción resiste
La pérdida de fuelle del gasto se ve parcialmente compensada con la aceleración que muestran los bienes de equipo, representativos de la inversión más productiva. Este capítulo ha crecido a tasas de entre el 8% y el 10% en los últimos trimestres y, aunque sigue avanzando con fuerza, algunos expertos creen que también se desacelera.
El elemento que más se resiste al cambio de tendencia es la construcción. Los expertos consultados descartan que las tasas de crecimiento se reduzcan en lo que queda de año, aunque sí vaticinan un cambio de tendencia a partir del año que viene.
Lo que sí suscita unanimidad es que, con el dato del 3,6%, el crecimiento español ha tocado techo. España ha encadenado ya el 13º año de crecimiento consecutivo y aunque se espera que esa tendencia continúe, la intensidad será menor.
"En 2007 el crecimiento resultará más moderado", en palabras de la analista de Caixa Catalunya. El experto de Analistas añade: "Es una especie de último repunte, aunque dependerá de cómo evolucionen las exportaciones".
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