Triunfadores que envejecen
A cuatro años de los Europeos de Barcelona, la edad media de los finalistas y medallistas españoles supera los 30 años
Hace ya muchos años, tantos que ya parece una tradición milenaria, que José María Odriozola cierra el último día de los grandes campeonatos con una conferencia de prensa en la que compara el número de medallas conseguidas por su equipo con la cifra que él antes había pronosticado; en la que analiza someramente éxitos y fracasos y en la que termina poniendo una nota a la actuación de su selección, de la que, aparte de presidente es, prácticamente, técnico principal y seleccionador.
Y tantos años casi llevan los mismos atletas, pequeñas variaciones de caras en los últimos ocho años, subiendo al podio, alcanzando un hueco entre los finalistas, título que consigue aquel que termina entre los ocho primeros de su prueba. Tantos, que la selección actual, a la que su presidente calificó con un 8,5, notable alto, casi sobresaliente, por sus 26 finalistas totales -tercera en el ranking europeo tras la atómica Rusia y Alemania-, 11 de ellos medallistas -segunda en el listado, empatada con el Reino Unido, tras Rusia, aunque quinta si se ordena la lista por número de oros, tres, tras Rusia, Alemania, Bielorrusia y Francia-, nacida prácticamente en Budapest 98, es, probablemente una de las más envejecidas de la historia.
"Este equipo lo va a tener complicado para llegar a Barcelona", dice José María Odriozola
La edad media de los 10 medallistas españoles -Higuero dobló bronce- es de 31 años; la de los 14 finalistas, excluyendo a los cuatro chavales del relevo de 4 x 400, que no habrían conseguido llegar individualmente a las finales de sus pruebas, de 30. Sólo uno de los finalistas, el madrileño Arturo Casado, cuarto en el 1.500, ha nacido en los años 80, lo que iguala que una, la inoxidable Niurka Montalvo -séptima en longitud- sea de los años 60. Entre los medallistas, la misma situación: uno de los años 60, el magnífico Chuso García Bragado, plata en 50 kilómetros marcha, y una de los años 80, la sorprendente lanzadora de jabalina Mercedes Chilla, bronce.
"Pero no sólo pasa eso en España", dice Odriozola, que, al contrario de la mayoría de los dirigentes europeos del atletismo, no parece excesivamente preocupado por la aparente crisis de vocaciones de los países desarrollados por un deporte que sólo promete dolor y sudor. "Hay gente de mucha edad en todos los países. La causa es quizás que la gente se cuida mucho y aguanta ahí mucho tiempo, porque ya el atletismo es una profesión de larga duración. Y también que el atletismo, la competición, es cuestión de carácter. Hay gente blanda, que no tiene carácter suficiente para venir a un Europeo, y gente como Marta Domínguez, a quien le sobra, y sabe sacarla justamente en las grandes ocasiones, que son los campeonatos".
Y, quizás también, que las nuevas camadas de atletas no empujan con suficiente fuerza para echarles de ahí, tal como la actual generación hizo con la anterior. Hay unos cuantos datos que señalan en esa dirección. Atletas como Julio Rey, Marta Domínguez, Paquillo Fernández o García Bragado, el núcleo duro de la actual selección, consiguieron su primera medalla entre los 22 y los 25 años. Los que han estrenado este año su medallero superan los 25. Higuero y España, por ejemplo, tienen 28 años, la edad media de todo el equipo; De la Ossa, 30; Blanco, 31.
Hay mánagers, los que más a largo plazo enfocan la carrera de sus atletas, que han empezado a ponerse en estado de alarma: no saben de dónde saldrán los jóvenes que necesitan para renovar sus cuadras.
"En efecto", matiza Odriozola, hablando al lado del secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, que acudió a las dos últimas jornadas del Europeo de Gotemburgo. "Este equipo nos tiene que durar hasta Pekín 2008, pasando por el Mundial de Osaka 2007, pero lo van a tener complicado para llegar a los próximos Europeos, a Barcelona 2010. Será una transición difícil y habrá que trabajar mucho para tener entonces un buen equipo. Pero hay buenos júniors ahí detrás".
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