Moacir Santos, compositor y saxofonista brasileño

Tenía de mayor cierto aire a Count Basie y se dijo que era el Duke Ellington brasileño. El viernes sufrió un derrame y fue ingresado en un hospital de Los Ángeles. El compositor, arreglista y saxofonista, que se había ganado un merecido prestigio en el mundo del jazz, murió el domingo 6 de agosto. Moacir José dos Santos había nacido en 1926, igual que Miles Davis o John Coltrane, en una pequeña localidad del empobrecido interior del estado de Pernambuco cuando todavía lo recorrían los bandoleros del mítico Lampião.

Con 14 años se escapó de casa para poder tocar en bandas locales: entró como saxo tenor en la de la Policía Militar de Paraíba. En Río de Janeiro estudió con Guerra Peixe, Koellreuter y Cláudio Santoro, y trabajó en las orquestas de Radio Nacional y la TV Record. En los albores de la bossa nova, Moacir Santos dio clases a Sérgio Mendes, Baden Powell, Carlos Lyra, Paulo Moura, Airto Moreira, Dori Caymmi...

En 1965 publicó en el sello Forma el histórico Coisas, con 10 obras -cada una titulada Cosa- numeradas del 1 al 10: una fusión exquisita de música europea y africana en originales arreglos. En EE UU puso su talento en varias bandas sonoras, sin recibir siempre los debidos créditos, y llegó a trabajar con Henry Mancini. Firmó la música de películas como Amor no Pacífico, para la que dispuso de una orquesta de 65 músicos, Ganga Zumba (de Carlos Diegues, 1963) y Os fuzis (de Ruy Guerra, 1964). Grabó tres discos para Blue Note -The maestro (1972), Saudade (1974) y Carnival of spirits (1975)- y Opus 3 número 1 (1979) para Discovery.

Varias décadas de exilio voluntario en EE UU habían oscurecido su nombre en Brasil. Además, sufrió un derrame en 1997 que le obligó a dejar el saxófono. Hasta que hace cinco años, los músicos y productores Mário Adnet y Zé Nogueira decidieron rescatar sus partituras originales para el disco doble Ouro negro -con invitados como Milton Nascimento, Djavan o João Donato- y reunir obras de 1942 a 1991 en Choros & Alegria (2005). También se encargaron de editar un primoroso songbook y ultimaban un DVD sobre su vida. "Moacir es uno de los grandes del mundo. Entiende cómo están conectadas todas las músicas. Sus temas son riquísimos y captan la esencia profunda de la naturaleza de las personas", dijo Wynton Marsalis. Según Gilberto Gil, "su sofisticación melódica y armónica, su creatividad y su capacidad magistral de traducir lo erudito a lo popular marcaron la historia de la música brasileña".

En julio le habían otorgado en Brasil el premio Shell por toda su obra y Fernando Trueba promovía traerlo en otoño al festival de jazz de Madrid. Desde 1947 estaba casado con Leonice. Se ha ido el hombre al que Vinicius de Moraes cantó en su Samba da benção': "Maestro Moacir Santos, que no eres uno solo, sino tantos, tantos como mi Brasil de todos los santos".