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Trama terrorista en Reino Unido

Un perfil similar al del 7-J

Las características de los detenidos y sus métodos recuerdan a los atentados de 2005

El Reino Unido despertó ayer en estado de alerta y alarma. Veinticuatro individuos habían sido detenidos durante la noche y la madrugada bajo sospecha de planear la explosión en pleno vuelo de hasta nueve aviones en ruta a Estados Unidos. Esta vez se había evitado una matanza mayor que la terrible carnicería del 7 de julio de 2005. Pero el recuerdo de las 56 víctimas mortales y los cientos de heridos en el transporte público londinense a consecuencia de las bombas de cuatro adquirió un significado dramático: sigue habiendo suicidas.

El ministro del Interior, John Reid, no quiso dar detalles sobre la nacionalidad de los presuntos terroristas, pero fuentes policiales indicaban que hay británicos entre los 24 detenidos. De acuerdo con informaciones recogidas por la BBC, hay indicios que conectan a este grupo de sospechosos con elementos de Al Qaeda que actúan en Pakistán. Los suicidas del metro y el autobús de 2005 también habían nacido en Reino Unido y al menos dos de ellos viajaban con frecuencia al país asiático, de donde proceden sus familias. El Gobierno paquistaní informó ayer de que se han practicado varias detenciones en coordinación con las investigaciones que se siguen en Londres. La portavoz del Ministerio de Exteriores, Tasnim Aslam, dijo que su país había jugado "un papel muy importante" en la desarticulación de la célula terrorista.

La mayoría de las 24 detenciones se practicaron en distintos puntos de Londres y en el barrio de Walthamston, al norte de la ciudad, donde una veintena de agentes registraron una vivienda. En otros pisos y locales de la capital se buscaban pruebas físicas que ayuden a apuntalar judicialmente la tesis de los servicios de seguridad. La operación se extendió a High Wycombe, población del condado de Buckingham, al noroeste de la capital, donde se detuvo al menos a una persona la noche anterior. En distritos de Birmingham, norte de Inglaterra, se produjeron detenciones amparadas por la legislación antiterrorista británica. Al parecer, no se utilizaron armas en las redadas coordinadas. Vecinos de las casas registradas en Birmingham y Hihg Wycombe aseguraron que varios jóvenes paquistaníes fueron detenidos.

El plan frustrado tiene un lejano eco al de Richard Reid, el llamado terrorista del zapato. Británico de cuna y convertido de joven al Islam, Reid quiso hacer estallar el avión en el que viajaba de París a Miami en diciembre de 2001 con un explosivo que había colocado en la suela de su zapato. Falló en su acción por la diligencia de los pasajeros y todavía cumple condena en Estados Unidos. Sus supuestos sucesores tenían, según la policía, la misma intención, aunque en una magnitud mayor, y con diferente tipo de explosivos. Esta vez se habla de bombas químicas líquidas.

El Gobierno y los servicios de seguridad británicos creen haber abortado con su operación una oleada de atentados aéreos que hubieran causado una matanza tan descomunal como la del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.

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