Otra tragedia en casa de los Agnelli
El príncipe Christoff Hohenlohe, hijo de Ira von Fürsternberg, muere tras cinco días de reclusión en una cárcel de Bangkok, donde estaba detenido por falsificar su visado
Un avión perdido, un visado que se caduca y una corrección ilegal con un bolígrafo. Así empieza, a finales de julio, el drama del príncipe Christoff Hohenlohe, de 49 años. Un cadena de calamidades que acabó con su vida, por causas todavía no aclaradas, el pasado fin de semana, tras cinco días de reclusión en una cárcel de Bangkok (Tailandia). Es la enésima tragedia que golpea a los Agnelli, desde hace décadas la familia más poderosa e influyente de Italia. El príncipe era nieto de Clara Agnelli, la hermana de Giovanni, el gran patriarca: el Avvocato.
El príncipe Hohenlohe, -que nació en Suiza, hijo de Ira von Fürsternberg y Alfonso von Hohenlohe, dos clásicos de la jet-set marbellí-, aterrizó en Bangkok a mediados de julio, para acudir a un centro especializado en terapias de adelgazamiento. A finales de mes, intentó volver a Honolulú, en las islas Hawai, donde tenía establecida su residencia en los últimos años. Pero el vuelo en el que pretendía volver a casa estaba lleno, y el siguiente disponible despegaba después de que su visado de turista caducara.
El príncipe era nieto de Clara Agnelli, la hermana de Giovanni, el 'Avvocato'
"Dormían 40 en la misma celda. Estaba desesperado", dice su madre, Ira
Al darse cuenta, el príncipe decidió hacer una pequeña corrección con un bolígrafo, para retrasar la fecha de caducidad del visado hasta el seis de agosto. Trataba de evitar problemas con la oficina de inmigración tailandesa. Pero el cambio no pasó inadvertido.
Hohenlohe, a quién todos llamaban Kiko, fue llevado a la comisaría de policía. Su arresto fue confirmado por un juez, que rechazó las alegaciones ofrecidas por la familia y decretó su traslado a una cárcel de la capital tailandesa el día 1 de agosto.
Su madre Ira -con su hijo Hubertus, hermano del fallecido- se precipitó a Tailandia, avisada por un amigo tailandés de Kiko. Logró verle en la cárcel el pasado viernes. "Se moría de calor, malos olores. Dormían 40 en una misma celda. Le traje comida, bebida, porque en esos sitios no hay nada. Era todo tan inhumano... Estaba desesperado", dijo la madre al Corriere della Sera. La noche siguiente, Kiko se sintió mal. Moría unas horas después en un hospital de Bangkok.
"Infección en un pulmón, ataque cardiaco, crisis diabética... nos han dado toda clase de explicaciones", comentó Hubertus. "Hemos pedido la autopsia, pero tardarán tres meses en darnos los resultados. Todo esto es increíble. Mi hermano, por supuesto se equivocó. Pero tratarle así, como el peor de los delincuentes... Queremos entender qué ha pasado. Si hubo malos tratos, si le pegaron. Quién sabe si lograremos nunca saber la verdad sobre lo que pasó durante esos días".
La tragedia de Kiko es sólo la última de una impresionante serie. Giovanni Alberto Agnelli, heredero designado de la familia, murió a los 33 años de cáncer, en 1997. Su primo Edoardo se suicidó en 2000, a los 46. Siguieron los fallecimientos de los patriarcas Giovanni, el Avvocato (2003), y Umberto (2004). Lapo, nieto del Avvocato y responsable de la promoción de FIAT en el mundo, fue ingresado el año pasado en estado muy grave por sobredosis de cocaína y heroína. Llegó al hospital gracias a la ayuda de un travesti.
Kiko no estaba involucrado en los negocios de los Agnelli, pese a que su abuela Clara es uno de los pilares del imperio. El príncipe amaba la dolce vita, según reconoce su hermano Hubertus. Pero disfrutaba de ella lejos de las cámaras, hasta el punto de que la prensa italiana destaca la falta de datos e imágenes de vida en los archivos de la prensa rosa. En los últimos años vivía sobre todo en Hawai, pasaba temporadas en Suiza, Tailandia y también en España, sobre todo en Marbella.
En esto, según observa la prensa italiana, marcaba una radical diferencia con su madre Ira, siempre centro de la atención pública. "Estoy llena de dolor por la muerte de mi hijo, como es obvio. Pero sobre todo estoy indignada, porque no entiendo como ha podido pasar esta tragedia. Quiero ir hasta el fondo, quiero la verdad", ha dicho.
La familia negociaba a última hora de ayer el traslado con las autoridades tailandesas para poder llevar los restos mortales del príncipe Hohenlohe a Marbella y enterrarle en el mausoleo familiar.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.