Una llama que tiembla
Casado, Higuero, Gallardo y una misión: el 1.500 español no falta en el podio desde 1994
González y Abascal dieron paso a Cacho, y el soriano, campeón olímpico en el 92 y de Europa en el 94, tras convivir con Viciosa, pasó el testigo a Reyes Estévez, campeón de Europa en 1998 y subcampeón en 2002. Y el de Cornellà, tras convivir con Redolat y Díaz, hizo una reverencia en el Mundial de Helsinki, vio a los jóvenes y fuertes Arturo Casado y Juan Carlos Higuero, y decidió que el 1.500 ya no le motivaba lo suficiente. Desapareció por el foro y así están las cosas. La llama del 1.500, la distancia mítica del atletismo español, no se apaga nunca, pero cada vez son más las voces que afirman que la ven temblar. A Casado, madrileño, 23 años, e Higuero, arandino, 28 años, dos atletas que quizás aportan más dudas que certidumbres, les toca, pues, mantenerla firme y lucida. Lo cual parece complicado en una final como la de hoy, donde les esperan el ucranio demoledor, y a la vez sutil, Ivan Heshko, de 26 años, y el talento franco-marroquí de Mehdi Baala, de 27.
Higuero genera dudas por su carácter, y Casado, por su lesión y su desastroso invierno
Las dudas que genera Higuero, intocable los últimos años en España, tembloroso en el exterior, son las propias, intrínsecas, que genera su carácter, extravertido y pretendidamente despistado. Así, interpretan los sabios, su incapacidad para saber exactamente qué puesto ocupa en la vida es la misma que le impide en la pista, en los momentos previos a la explosión final, saber dónde colocarse. Sin embargo, las últimas noticias llegadas del campamento español trazan un dibujo distinto. Los duros años de trabajo, la inversión, el empeño personal de su entrenador, Antonio Serrano, en la remodelación integral de Higuero, han dado sus frutos. Higuero es más maduro personalmente, tiene las ideas más claras, y por lo tanto, también en la pista. Por lo menos, ya no tiene la necesidad de llamar la atención, de teñirse el pelo y así. "Se equivoca quien piense que es un atolondrado", dice un compañero de equipo. "Para lo que le interesa es el tío más concentrado que conozco".
Los interrogantes de Arturo Casado tienen más que ver con su impresionante campaña de 2005, la de su entrada en la elite -campeón de Europa sub 23, oro en los Juegos del Mediterráneo, cuarto en el Europeo en pista cubierta, quinto en el Mundial de Helsinki- y su desastroso invierno 2006, que con su valor real en el mercado del 1.500. "Me he dado cuenta de que no tendría que haber ido lesionado al Mundial de pista cubierta", dice. "Tenía que haber hecho como Baala, que se lesionó ligeramente en marzo e inmediatamente suspendió todas sus competiciones. No sé, atendí quizás a lo que pensaban otros, pero ya sé que tengo que ser autónomo en mis decisiones. Después del Mundial de Moscú estuve entrenando mal, con molestias, y finalmente tuve que parar un mes. Así que voy con retraso, pero voy a más". El contraste entre Higuero, fresco como una rosa tras renunciar, también por lesión, a la pista cubierta, y el recuperado Casado, con gran carga de agobio psicológico, se vio en Roma, en la reunión de la Golden League, el 14 de julio pasado. En ella, ambos lograron su mejor marca personal. 3m 31,57s para Higuero, que entró con todos los honores en el selecto club del 3.31, y lo hizo terminando cuarto, lo que le proporcionó un subidón de autoestima; 3m 35,49s para Casado, 14º. En el Campeonato de España volvió a ganar Higuero. Tercero fue Casado. Segundo Gallardo, uno que está de paso por el 1.500 y quiere aprovechar al máximo sus condiciones de peleón y rápido final.
"Y en la carrera, ya veremos", dice Antonio Serrano, el entrenador y padre deportivo de Higuero. "En la semifinal, Baala quiso impresionar a todos, dar un golpe, meter miedo, pero yo prefiero a atletas como el mío, que no gastan energías en gestos. Preveo, deseo, una carrera en torno al 3.40, con un 800 en dos minutos y un tirón largo, a 500-600 metros de Baala. Heshko esperará hasta el último 100 y Casado estará atento, a verlas venir. ¿E Higuero? Si la carrera va lenta, no descarto que haga como en los Nacionales, un ataque a 800 metros, pero siempre pendiente de lo que haga Baala. Y si se va Baala, tras él..."
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