Fesser: "El amor es mirar el mundo desde fuera"
Junto con su compañero y amigo Juan Luis Cano, Guillermo Fesser realiza en Onda Cero el mejor programa de humor de todos los tiempos: Gomaespuma. Los dos son capaces de hacer reír siempre, a pesar de todo, sin interrupciones, y han decidido utilizar el humor como herramienta para ayudar a los que tienen menos suerte. El amor me parecía un buen tema para hablar.
Pregunta. ¿Recuerda su primer amor?
Respuesta. Sí. Yo tenía 12 años y me enamoré de una niña de ojos verdes, pelo rubio y bambas Pirelli. Iba con ella a los coches de choque. Sufrí muchísimo y no dormía, pero no me atrevía a decírselo.
P. ¿Entonces ella nunca lo supo?
R. Sí, porque al final le mandé una carta diciéndoselo todo. En el sobre incluí una aspirina, por si le dolía la cabeza al terminar de leer mi texto.
P. ¿En serio?
R. Absolutamente. Pero la chica pasó de mí. Estuve dos semanas triste y luego se me pasó.
P. Hasta que se enamoró de nuevo, imagino.
R. Claro. En la adolescencia me enamoré de una chica que estaba en París. Ahorré mucho y fui a verla, pero llegó su hermano y lo fastidió todo. Acabamos los tres visitando la torre Eiffel.
P. ¿Se siente cómodo hablando del amor?
R. Sí, pero es contradictorio, porque el amor no consiste en hablar, sino en escuchar, en olvidarse de uno mismo y destinar tus energías a los que te rodean.
P. ¿Por eso nació la Fundación Gomaespuma (*)?
R. Nació de una reflexión: no estamos aquí para sufrir, sino para echar un cable. Dios hizo esto en siete días, con prisas, en plan chulito, y le quedó fatal. Cuando llegó el ser humano había sólo dos caminos: el amor o la guerra. Yo prefiero el amor, que es la búsqueda de la armonía con el resto de la naturaleza.
P. ¿Qué le ayudó a pensar así?
R. La radio. Entrevistábamos a gente distinta, y vimos que el mundo está lleno de puntos de vista. El amor, como el humor, consiste en mirar el mundo desde fuera. Y así lo vimos, y descubrimos que había gente que no era feliz como nosotros. Y decidimos echarles un cable.
P. ¿Qué es lo más fuerte que ha hecho por amor?
R. Dejar un programa de radio en el momento de más éxito y marcharme a Estados Unidos. Yo estaba casado con una mujer norteamericana y sentí la obligación de conocer su país antes de morirme.
P. ¿Y por odio también ha hecho locuras?
R. Casi. De niño, un portero de un restaurante me dio una paliza, acusándome injustamente de haber robado un retrovisor. Me juré matarle al hacerme mayor. Años después fui a verle para darle su merecido, pero al verlo me dio mucha pena.
P. ¿Por qué?
R. Porque lo vi con aspecto triste, con su bigote raro y descubrí que era un pobre hombre. Di media vuelta y me largué.
P. ¿Dejaríamos de odiar si viéramos así a nuestros enemigos?
R. Por supuesto. Si Bush viera a sus enemigos como yo vi a ese portero, perdonaría la deuda externa en el Tercer Mundo.
P. ¿Usted ama a Juan Luis Cano, su compañero en Gomaespuma?
R. Sí. De lo contrario no hubiéramos aguantado 25 años sin discutir quién de los dos es el más listo.
P. ¿Y por su profesión siente amor?
R. No. Creo, simplemente, que hay que hacer bien lo que te ha tocado hacer. Si te toca repartir pizzas, repártelas sin amargura. Hay que ser feliz a pesar de los problemas.
P. ¿Eso no es muy difícil?
R. Se puede conseguir. Cuando cubrimos la guerra de Bosnia, recuerdo haber visto muchas casas destruidas y, de repente, un río verde esmeralda, el Neretva. Aquel río en medio de las ruinas era como una primavera de repente. Y observé en la orilla a parejas de enamorados, con caras de felicidad, que se amaban a pesar de todo, igual que se aman las parejas en el Retiro.
* Para más información sobre los proyectos de la Fundación Gomaespuma puede consultarse: http://www.gomaespuma.com/Fundación/Proyectos
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.