"Mientras el capital vive del ladrillo no se preocupa de apostar"

Synera, dedicada al business intelligence (tratamiento de la información de una compañía para la toma de decisiones), fue la primera experiencia de Anton Torrents (Badalona, 1952) como empresario. Funcionó muy bien, pero coincidió con la explosión de la burbuja tecnológica en 2001 y tuvo que cerrar. Aunque, precisa él, en su caso "fue por un exceso de éxito".

Pregunta. ¿Cómo se fracasa por demasiado éxito?

Respuesta. Teníamos clientes del nivel de bancos como Fargo o Q-West, la segunda operadora de telecomunicaciones de Estados Unidos. Había mucha gente interesada en nuestra empresa. Las grandes corporaciones nos hacían ofertas. Tuvimos malos socios que al ver tanto interés querían quedárselo todo. Al final los que nos querían comprar dijeron: "Ya os apañaréis". Fue una lástima.

P. Y algo insólito.

R. Un buen ejemplo de que en este país falta conciencia de que podemos aportar en este mundo de la tecnología y también en otros, pero no estamos preparados ni mental, ni política ni económicamente.

P. ¿Qué ocurrió después?

R. Viene otro vía crucis. Has perdido lo que tenías, los bancos te persiguen, la gente te mira mal. En Estados Unidos, si no has fracasado al menos una vez, no eres nadie. Aquí el fracaso es un estigma terrible.

P. Sin embargo, se animó a volver a empezar.

R. A principios de 2001 creamos Illuminate. Hemos estado tres años desarrollando de nuevo la tecnología. Esta vez empezamos en Estados Unidos.

P. ¿Por alguna razón en particular?

R. Miedo. Este país tampoco está preparado en temas de tecnología, de patentes, de este tipo. Y hemos vuelto a salir adelante. Tenemos clientes nuevos y sobrevivimos. Pero nos daba pánico buscar socios capitalistas.

P. ¿Y qué hicieron?

R. Buscar un tipo de socio que no busque el beneficio más rápido, sino profesionales, especializados en tecnología, y que aportan valor añadido. Contactos, por ejemplo.

P. ¿Han tenido suerte?

R. Hemos encontrado inversores con otra mentalidad, con otro espíritu. Pero no son de aquí, evidentemente.

P. ¿Aquí todo sigue igual?

R. La gente va cambiando poco a poco. Ha habido experiencias serias, pero en el mundo del enterpreneurship hay mucho vivo sin escrúpulos que agarra el dinero de los que quieren invertir y luego desaparece. Entonces hay cierto miedo.

P. Por ambas partes.

R. Hay mucho miedo al fracaso. Es un problema de Europa en general. La gente invierte en cosas que pueden ver y tocar. Aquí entramos en otro punto: el capital en este país tiene un miedo asqueroso. Sólo quiere ganar.

P. ¿Y el capital riesgo?

R. De riesgo, nada. Hacen tantas cosas para evitar el riesgo que acaban matando las empresas.

P. Las instituciones promocionan a menudo las ayudas que ofrecen.

R. Hay iniciativas, pero son de estar por casa. Te dan cuatro duros. Se habla mucho de que queremos ser como Suecia o Finlandia, y la realidad es que no hemos dado los pasos. Si no se está convencido desde la Administración pública y las fuerzas financieras, que son las que mueven la economía, no es posible. Hay que buscar la manera de cambiar este chip. Si no, no saldrán cosas nuevas.

P. ¿Ve perspectivas de cambio?

R. Espero que sí. Algunos intentamos hablar con la administración y con grupos financieros para ir cambiando esta situación. Pero es una cuestión larga, lenta, y cuesta mucho. Mientras el capital vive del dinero fácil del ladrillo, no se preocupa de apostar por cosas que pueden dar más a largo plazo.

P. ¿A qué se dedica Illuminate?

R. A hacer accesible la información a la gente normal, la que no es informática.

P. ¿Qué les pasa a los informáticos?

R. Yo soy informático. Las empresas almacenan datos con gran facilidad. Lo que no es eficiente son los sistemas para extraer información para tomar decisiones, porque en medio están los informáticos, que se han hecho con el control. Básicamente hemos construido un sistema que permite acceder a esa información con un lenguaje natural, llamando a las cosas por su nombre.

P. ¿Cómo imagina el futuro?

R. Tenemos confianza en Europa, a pesar de que en tecnología todavía está atrasada. La agricultura no es la que era gracias a la entrada en Europa. En nuestro campo, creemos que nos permitirá avanzar y mantener un departamento de I+D, que es el que hace futuro, con los recursos suficientes. Aquí últimamente se habla mucho de que se destinarán más recursos a I+D. Hasta ahora no se ha notado, pero ya sabemos que estas cosas tardan su tiempo. Aunque parece que esta vez va en serio.

P. ¿Por qué?

R. Porqué había otras cosas que se dijeron que se harían y se han hecho. Si hay dinero, permite que se cree una mentalidad más abierta a la innovación, a emprender. Tenemos esperanza. Otra cosa es cuándo. Quizá ya no lo veremos.