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EL VIAJERO INCANSABLE
Columna
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La reivindicación de la nevera

"En los sesenta todo era más auténtico". La autora de esta frase lapidaria tiene 25 años, lleva un brillante vestido de cuadros rojos y azules a la altura de la pantorrilla, un corte de pelo a lo Cristóbal Colón y fuma con boquilla un cigarrillo largo. Es una yeyé, que ella define como un mod "en versión española". La chica no desentona en la fiesta y pase de modelos que los organizadores del Euroyeyé 2006 han llevado a una discoteca junto a la playa de San Lorenzo, en Gijón. Detrás del estante de las chapas y las pegatinas dispuesto para la ocasión, Albert y Quike, dos jóvenes con patillas y flequillo hasta las pestañas, intentan explicar de qué va eso de ser un mod. "Surgen en los sesenta, en Inglaterra. Eran obreros que trabajaban todo el día y se gastaban el dinero en ropa en lugar de en comida". Vale. ¿Y ahora en qué consiste? "Pues hemos tomado eso y lo hemos reivindicado. Es el nacimiento de la juventud. Ahora las cosas son curvas o rectas. Entonces no era así. Había un equilibrio entre las curvas y las rectas. Si piensas en una nevera, piensas en un objeto básico. En aquella época todo estaba estudiado. Y una nevera tenía su equilibrio de curvas y rectas. Lo de la nevera es muy nuestro. Nosotros reivindicamos el baño, la cocina... Recuperamos el arte clásico y lo hacemos vanguardia", cuentan los dos jóvenes, que aseguran no estar borrachos todavía. Lo de los obreros estaba más o menos claro. Pero lo de las curvas y las rectas y la reivindicación de la nevera se lo dejo a los del blog de Sampedro. Aunque sí, en cierta forma se trata de eso. De reivindicar el continente y no el contenido; potenciar el frigorífico y no el potaje.

PARTICIPE. Los próximos días en Galicia. Si quieres darle pistas escribe a elviajeroincansable@elpais.es

Pese a que se trata de una fiesta de mods, casi ninguno de ellos reconoce serlo. "No, yo tengo elementos de ellos, pero soy más bien popero. Los mods nos odian porque dicen que no somos auténticos mods", dice otro joven con aspecto de mod. Tampoco lo admiten los jóvenes que han viajado desde distintos lugares de España con sus vespas y sus lambrettas a una de las concentraciones que se organizan en el Euroyeyé. Éstos hablan más de cigüeñales, chasis y modelos antiguos y sueltan toda clase de exclamaciones cada vez que alguno de ellos asegura haber visto, montado o poseído una Lambretta LD de 125 centímetros cúbicos, con el guardabarros cubierto y la rueda de repuesto cromada. "Tenemos en común el gusto por estas motos, pero ellos las tunean con pegatinas, espejos retrovisores y otras horteradas. No tenemos nada que ver con ellos". Antes de que se empiecen a acusar de bolcheviques los unos a los otros, les dejo con sus motos y sus trajes y regreso a la casa que me ha dejado una amiga. Fue tajante. "Siéntete como en tu propia casa", dijo cuando me la cedió. Y eso hago. La nevera tiene más líneas rectas que curvas, pero está llena.

Los mods del Festival Euroyeyé 2006 han tomado Gijón. Montados en sus vespas y lambrettas tuneadas, con trajes retro y al ritmo de la música de los sesenta, han convertido el centro en un escenario de la película Quadrophenia. Aunque a veces parece más una de Fernando Esteso. Sé que alguno me tiraría el espejo retrovisor de su scooter a la cara por decir esto, pero ésa es la imagen que le viene a un lego en la materia. Marcho hacia Galicia. Me quedan 1.271 euros.

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