"El Thyssen es el gran beneficiado por el plan Prado- Recoletos", dice uno de los arquitectos

El arquitecto Carlos de Riaño, miembro del equipo encargado de la reforma del eje Prado-Recoletos, afirmó ayer que "la Fundación Thyssen es la gran beneficiaria del plan especial, aunque otros se empeñen en decir lo contrario". De Riaño, que expuso en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander el proyecto de recuperación del paseo y Salón del Prado dentro de un seminario sobre la arquitectura moderna en los cascos históricos, sostuvo que "todo son ventajas" para el Museo Thyssen porque, entre otros aspectos, el tráfico se alejará unos metros.

En este sentido, explicó que las aceras actuales del Museo Thyssen-Bornemisza, que miden 2,90 metros, resultan "muy pequeñas" para pasear y para las colas que se forman en las grandes exposiciones, mientras que el proyecto del Equipo Trajinares, del que es integrante, propone aumentarlas casi cinco metros más, de forma que en algunos tramos llegarían a tener 7,50 metros.

De Riaño afirmó que en el tramo del Thyssen "sólo desaparecería un árbol", y mostró una serie de fotos de la zona en los años cincuenta donde "se ve el museo con un hermoso arbolado, de los cuales ya no queda ninguno" porque, agregó, la ampliación del museo y de dos edificios más se hizo "a costa de talarlos". Además, "en estos momentos, con la solución que se está estudiando, la afección al arbolado es prácticamente nula", indicó De Riaño.

Política de árboles

Este arquitecto, que es coautor de la reforma Prado-Recoletos junto con el portugués Álvaro Siza y Juan Miguel Hernández León, afirmó que "en Madrid hay una política equivocada desde hace unos años en materia de arbolado". Insistió en que es una "falsedad absoluta" que se vayan a talar con su proyecto 700 árboles y precisó que de los 4.000 que hay en la zona, 700 están en estado terminal. Mediante las fotografías que exhibió en el seminario de la UIMP, también explicó que los árboles del paseo del Prado no eran de la época de Carlos III, "como se ha dicho", porque ya "en 1920 no había tantos" y en la Guerra Civil fueron "destrozados" y usados por la población "para calentarse".

El proyecto de reforma del paseo del Prado, impulsado por el Ayuntamiento de Alberto Ruiz-Gallardón, tropezó el pasado mes de abril con Carmen Thyssen-Bornemisza. La baronesa amenazó con "atarse" a uno de los árboles centenarios que el proyecto iba a barrer de la zona para impedir que se los llevasen. Carmen Thyssen, que contribuyó decisivamente para que la colección de arte de su marido se quedara en Madrid, dijo entonces que la reforma de la zona -además de atentado ecológico- perjudica al museo: "De todos, es el que sale peor parado", aseguró. "Quieren ponernos una autopista delante, y encima lo harán cortando una arboleda única", añadió.