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Entrevista:Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano | ARQUITECTURA

"Muy pocos arquitectos pueden hacer edificios singulares"

Anatxu Zabalbeascoa

Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano (ambos de Madrid, 1957) se conocieron en Nueva York cuando estudiaban un posgrado en la Universidad de Columbia. Juntos dirigieron durante cinco años la revista Arquitectura y juntos abrieron un despacho que, a fuerza de ganar concursos, se ha especializado en edificios culturales. Aseguran que esa cercanía con la cultura los ha llevado a replantearse la idea del contenedor no intervencionista con la que no están de acuerdo. En Las Palmas han terminado el Museo del Mar, en el remodelado Castillo de la Luz. En San Sebastián remodelarán el Museo de San Telmo. En Logroño construirán el Centro del Saber del Rioja. En Cáceres, el edificio Embarcadero, que actuará como un centro cultural para temas de sostenibilidad, y en Córdoba, un Espacio de creación contemporánea. A la espera de terminar la ampliación del Museo de Arte en Moritzburg (Alemania) y la ampliación de una sede de oficinas en Graz (Austria), han empezado la carrera por levantar en Zaragoza el Palacio de Congresos que será uno de los emblemas de la Expo de 2008.

"Una fachada futurista es más espectáculo que necesidad. Y estamos en contra de ese espectáculo"

PREGUNTA. ¿Realizar tantos proyectos relacionados con la cultura afecta a la forma de sus edificios?

ENRIQUE SOBEJANO. El programa afecta a un edificio, pero no más que el lugar, y éste no sólo de una manera contextual, también cultural e históricamente. En Córdoba, ganamos un concurso para levantar el futuro C4, el Centro de Cultura Contemporánea de Córdoba. En la forma de ese edificio tiene tanta importancia como el hecho de que esté junto a la mezquita como el arte que se expondrá allí. Ni siquiera en un proyecto de contenido indefinido y cambiante como éste estamos a favor de un edificio contenedor. Esa solución deja huérfanos a los edificios. Pensamos que la arquitectura puede condicionar favorablemente las intervenciones artísticas que se desarrollen dentro de un museo. Sobre todo si éste se relaciona y evoca las formas con que los musulmanes trabajaban la arquitectura, y, consecuentemente, los espacios, las celosías, los motivos ornamentales, que son siempre una pieza geométrica que deriva en otra, y ésta en otra, y así hasta el infinito. El arte digital está basado en esa misma idea de un algoritmo de modo que por futuro y por pasado, en este caso, este edificio parecía pedir ese idioma. Tanto la palabra como el concepto algoritmo son árabes.

P. ¿Hasta qué punto afectará a un museo marcado por ese concepto lo que se exponga en él?

FUENSANTA NIETO. No creemos en contenedores neutros, no nos parecen reales. Cualquier arquitectura condiciona, pero condicionar no es imponer. La arquitectura de un museo, lejos de imponer, debe ayudar a lo que se exponga. El museo expondrá arte digital y vídeo-arte. Y estará preparado no sólo para conectar en muchos puntos del suelo, como se exige hoy sino para hacerlo también por las paredes. Será un edificio no sólo actualizado tecnológicamente, tratará de avanzarse a su época para resistir al paso del tiempo.

E. S. Lo estamos desarrollando con una comisión en la que los artistas de video-arte constantemente nos dicen: "Da igual, cuando inauguremos el edifico ya habrá cosas nuevas". Eso da que pensar: la única manera de poder estar al día es no tratando de estarlo. Enraizando el edificio en lo que existe.

P. ¿Un edificio de forma clásica y programa futurista?

F. N. El progreso no se define por una imagen ni por una fachada. Sino por las prestaciones reales, por la capacidad del edificio de prever futuras necesidades.

E. S. Una fachada futurista es más espectáculo que necesidad. Y estamos en contra de ese espectáculo. El espectáculo de muchos edificios actuales es una respuesta de la arquitectura a lo que hoy demanda la sociedad, que es precisamente eso: espectáculo. Para nosotros no tiene interés.

P. Su manera de trabajar discreta y sin embargo rotunda casa con ciudades o comunidades, como la extremeña, que, para diferenciarse o por coherencia con su presupuesto, apuestan por edificios más enraizados que estridentes. ¿Puede una ciudad atraer más turistas sin un Guggenheim?

F. N. Por supuesto, a pesar de que estamos acostumbrados a que, incluso de nosotros, cuando ganamos un concurso, los políticos esperen un edificio espectacular.

E. S. Hay tal voluntad y demanda de espectáculo que la prensa ha calificado algunos de los últimos concursos que hemos ganado como espectaculares. Lo entendemos como un halago, pero un arquitecto cuando lo tachan de espectacular podría empezar a preocuparse. Una cosa que esté bien no tiene por qué ser espectacular. Con todo, los edificios espectáculo tienen un lado bueno. Aun siendo negativos como modelo, han promovido una difusión, y un interés por la arquitectura, entre el gran público.

P. En Zaragoza van a construir un palacio de congresos que, junto al pabellón-puente de Zaha Hadid, ha sido anunciado como el edificio más emblemático de la Expo 2008.

E. S. Nuestro edificio no surge sólo para la Expo, las instalaciones le hacían falta a Aragón. No recibimos el encargo de realizar un edificio espectacular capaz de asumir otra función terminada la Expo. Pero cuando nos lo encargaron no teníamos ni contexto físico ni cultural al que agarrarnos. Por eso planteamos el edificio a partir de una ley geométrica. El resultado es una especie de manto, que sube y baja en distintos niveles del terreno.

P. ¿Se puede celebrar una exposición universal sin fuegos de artificio?

E. S. Es difícil. La idea de una exposición temporal lleva implícita un reclamo. Se tiene que exhibir. Ese papel lo jugará el pabellón-puente de Zaha Hadid.

F. N. Y además está muy bien elegido. El programa que deberá cumplir será el de marcar el territorio. Y la arquitectura lineal de Zaha Hadid se presta para ese uso.

P. Ambos son profesores. ¿Qué dicen a los alumnos que anhelan diseñar edificios espectaculares?

F. N. Tratamos de enseñarles a ver la arquitectura de otra manera. Lo más importante es transmitir ilusión, y para la ilusión es fundamental poder hacer las cosas.

E. S. La arquitectura se ha puesto de moda. Pero muy pocos arquitectos pueden hacer edificios singulares. A los alumnos les enseñamos que lo que decimos es verdad, que se puede hacer, que es lo que hacemos nosotros. Cosa que no siempre nos ocurría con nuestros profesores. Una cosa era la vida académica y otra la vida real. Eso ha desaparecido. La arquitectura debe ser viable y posible. Y se puede llevar a cabo de una manera distinta en cada proyecto.

P. ¿En las escuelas se ha enseñado una arquitectura irreal?

E. S. Los ordenadores facilitan muchas cosas, pero le quitan al diseño algo que éste necesita: tiempo. Hoy en día con tres fotomontajes un alumno sin experiencia puede creer que ha diseñado un gran edificio. Le falta tiempo para pensar. Y transmitir calma a alguien que empieza es difícil. Pero es nuestra obligación. Si a un alumno le cuentas algo que luego puede hacer, le estás marcando un camino. Si a ese mismo alumno lo ilusionas con algo que no va a conseguir hacer, se va a dar un batacazo enorme cuando salga de la escuela y trate de comenzar su vida profesional.

P. ¿Por qué falla la arquitectura?

E. S. Por la escala. Y eso no se ve en un dibujo. La escala no es lo mismo que la proporción o el tamaño. Es difícil definirla en palabras porque se explica en relación con algo. El Panteón se percibe como un lugar pequeño. Y sin embargo es inmenso. ¿Qué hace posible esa doble percepción? La escala. Para mí, ésa es la clave de la buena arquitectura.

P. Estaban representados en la exposición del MOMA con un bloque de viviendas. En Madrid, también la arquitectura-espectáculo está llegando a la vivienda social. ¿Eso es bueno o malo?

F. N. Nada es perfecto, antes de cuidar los edificios habría que cuidar el urbanismo, pero en este caso es positivo que la Empresa Municipal de la Vivienda encargue edificios puntuales a arquitectos en cuya trayectoria confía. Pienso que ayudará a desarrollar una arquitectura de vivienda de más calidad. Es ejemplarizante.

E. S. Pero es un poco un parche. Llega tarde. No es que esté en contra, pero en Madrid la mayor oportunidad perdida se ha dado en los nuevos barrios. Los esquemas de manzanas con rotondas repetitivos y banales han decidido cómo serán los alrededores de la ciudad durante los próximos decenios.

Ampliación de la sede de Kastner & Öhler, en la ciudad austriaca de Graz.
Ampliación de la sede de Kastner & Öhler, en la ciudad austriaca de Graz.MIGUEL GENER
Los arquitectos Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano.
Los arquitectos Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano.

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