"¡Quien debe estar preocupado es Schumacher!"

"Ahora hay demasiado pesimismo", proclama Fernando Alonso cuando se le pregunta sobre el vuelco que ha dado el Mundial en las tres últimas carreras. "Sí, es cierto que Ferrari y Schumacher han mejorado mucho y que llevan tres victorias consecutivas. Pero no hay que olvidar que antes de eso nosotros habíamos conseguido cuatro triunfos seguidos y parecía que yo iba a pasearme el resto del campeonato. Ni tanto antes, ni tan poco ahora".

El piloto español sigue anunciando a los cuatro vientos que lleva todavía una ventaja de 11 puntos y que, a falta de seis carreras, "quien debe estar preocupado es Schumacher". A Ferrari le queda mucho trabajo por hacer: tiene que ganar todas las carreras que quedan o esperar algún error del asturiano que cada vez tiene más necesidad de forzar la máquina para mantenerse en las primeras posiciones: "Debo reconocer que aquí han tenido un dominio muy grande", dijo. En estas condiciones los errores son más fáciles. A Schumacher ya le ocurrió en Australia donde, en un intento desesperado de no perder el tren, realizó una serie de adelantamientos alocados y acabó estrellándose.

Alonso no pierde la calma por ahora. Mantiene la cabeza serena y busca las causas de su nueva situación más en los neumáticos que en la mecánica de su Renault. "El primer juego de neumáticos fue un desastre, sufrí blistering (ampollas que aparecen en los neumáticos) perdí mucha distancia respecto a mis rivales y me quedé en tierra de nadie", confesó Alonso, que el sábado cumplió 25 años. "Pero no ha sido mi peor carrera. La peor fue la de Indianápolis, pero allí tuve la suerte de que muchos coches quedaron atrapados en la salida y hubo poca lucha".

En Hockenheim el equipo cometió un error en la elección de los compuestos de los neumáticos. Michelin les ofreció tres compuestos de estructuras diferentes para que los probaran en Jerez hace un par de semanas. Y ellos eligieron un compuesto demasiado duro, según desveló el propio Flavio Briatore, director de la escudería. "Aunque seguimos dominando los dos campeonatos

[el de constructores y el de pilotos], la lucha se ha endurecido más de lo que esperábamos", confesó Briatore. "Ahora nos reuniremos los técnicos de Viry y de Enstone con los de Michelin para analizar lo que ha ocurrido y trabajar duro para que no se repita en Budapest". El problema para Renault es que durante las próximas semanas está prohibido realizar pruebas en circuitos: o sea que los problemas deberán resolverlos en el túnel de viento o en los simuladores. Otro problema para Renault es que la Federación Internacional ha prohibido el sistema mass damper, una pieza que hace la función de un tercer amortiguador. Briatore trató de restar importancia al hecho pero, tras la carrera en Alemania, Renault pidió a la Federación Internacional que admita de nuevo este sistema.

En Ferrari, mientras, reina el optimismo. "Tenemos motivos para estar satisfechos y para pensar que esto puede continuar el resto de la temporada, pero debemos seguir trabajando con humildad y concentración", comentó Ross Brawn, el director técnico. El comentario más sorprendente lo realizó Jean Todt, director de la escudería: "Déjenme llevar de este gran premio la imagen del podio con mis tres pilotos favoritos [Schumacher, Massa y Raikkonen]". Todt parecía ver ya de rojo todo el podio, aunque ayer uno de los tres pilotos llevaba todavía el mono blanco de McLaren.