'Risoterapia' para la final

Cánticos, tonadillas y muchos gallos. Por las calles de Wronki (Polonia), un autocar rebosaba jolgorio y gritos de ánimo. Eran los futbolistas de la selección Sub 19 española que, antes de disputar las semifinales del Europeo contra Austria, vociferaban las canciones que despedía un disco que grabaron ellos mismos. "A por ellos", el clásico de la roja, abría y cerraba el repertorio. Los futbolistas convirtieron el trayecto del hotel al estadio en una auténtica fiesta. "Nos hizo salir al terreno de juego muy motivados y centrados", explica el medio Mario Suárez, del Atlético.

Funcionó a la perfección; vencieron por 5-0 y se clasificaron para la final de hoy contra Escocia (20.00, Eurosport), un equipo al que ya le endosaron cuatro tantos en la fase anterior del torneo. "Que los demás conjuntos no tienen nivel es totalmente falso. Lo que pasa es que nosotros hemos llegado muy fuertes físicamente", razona Piqué, central del Manchester United.

El técnico, Ginés Meléndez, prohíbe los balonazos y su lema es "tocar y correr"

Para paliar el calor, como es el caso de Piqué y del madridista Javi García, algunos jugadores decidieron raparse el pelo. Y la maquinilla de afeitar tomó mayor protagonismo porque otros muchos decidieron partirse la ceja. "Para que nos tengan respeto", sueltan. Ginés Meléndez, el seleccionador, se hartó de recordarles una frase: "El equipo debe estar junto en todo momento. Para atacar y para defender". Los resultados hablan por sí solos: España ha ganado tres partidos, ha empatado otro -lo jugaron los suplentes-, y suma 15 goles a favor y 4 en contra.

El éxito se ha basado en una solidez defensiva que empieza por Adán, portero del Madrid, al que algunos ya han bautizado como el nuevo Casillas. El tándem de centrales formado por Piqué y el jugador del Barcelona Marc Valiente es otro punto neurálgico. Valiente es más rápido y ello le permite corregir muchas veces a Piqué. El central del Manchester posee un imán en la cabeza y por eso acude a rematar faltas y córners. Ambos sacan bien el balón desde atrás.

Javi García es el pulmón. Ha debutado con el primer equipo del Madrid, posee un buen toque y mucho recorrido. Suárez, del Atlético, es un medio de contención, muy fuerte físicamente. Los dos puntas, ambos de la cantera del Madrid, dotan al equipo de una importante pegada. Mata es zurdo, posee una técnica depurada y es muy rápido, mientras que Bueno es un jugador de mayor complexión, muy fuerte, sabe jugar mejor de espaldas y abre muchos huecos. El equipo juega en corto porque así se lo exige Meléndez que prohíbe los balonazos y repite como lema: "tocar y correr".

El epicentro fuera del campo se encuentra en la habitación 403 del hotel donde están alojados, la de Piqué y Suárez. Todos los jugadores han pasado por ese cuarto para ver un DVD, para jugar a la Play Station -al Iss-pro de fútbol-, o para echar una partidita de mus. Cuando las cuatro paredes se les hacían pequeñas, optaban por bajar a la sala de juegos. "El grupo vive en un gran ambiente. Lástima que no hayamos hecho alguna novatada...", cuenta Barragán, que ha dejado el Liverpool esta temporada para firmar por el Deportivo.

Si el hastío se apoderaba de ellos, aparecía el doctor Juan Cota con su risoterapia. "Ha llegado una noticia", narraba el doctor; "el andaluz Crespo es el único jugador que habla en castellano y que le ponen un traductor para que se le entienda". Y seguía: "El alambres

[Mario Suárez, apodado así por su pelo rizado] se gasta menos que Jeffren en bronceador".

De vencer hoy, España se resarciría de la última final que perdió, hace dos años, en el Europeo Sub-17 de Francia contra la anfitriona y sumaría su tercer título en la categoría Sub-19 tras los conquistados en 2002 y 2004.