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Caos en El Prat

El conflicto contamina a aeropuertos españoles y franceses

Los vuelos fueron desviados preferentemente a Reus, Girona y Baleares

El conflicto de El Prat contaminó ayer en cascada las redes aéreas nacionales e internacionales y afectó a numerosos aeropuertos, que se vieron obligados acoger los aparatos que no podían aterrizar en Barcelona. Los vuelos fueron desviados preferentemente hacia Reus y Girona y los viajeros trasladados por carretera en autobuses hasta sus destinos finales. Pero también hubo aterrizajes forzados en Valencia, las Baleares, en Toulouse y en Perpiñán, en el sur de Francia.

Girona logró absorber durante todo el día de ayer 14 vuelos de Barcelona. Tarragona recibió media docena de vuelos más, mientras que el aeropuerto de Mahón acogió otros 14 vuelos. Otro destino de acogida fue Valencia, pero también Perpiñán o Toulouse, en el sur de Francia.

Los más de 1.200 viajeros que llegaron durante todo el día al aeropuerto de Girona, como alternativa al imposible aterrizaje en El Prat, eran conscientes de que habían tenido mejor suerte que otros viajeros. Entre los aviones desviados a Girona se encontraba un vuelo de la compañía LOT procedente de Varsovia que aterrizó poco después de las tres de la tarde. Sus pasajeros se mostraban molestos porque desde el avión les aseguraron que un autobús fletado por la compañía les llevaría sin problemas a Barcelona, pero una vez en el aeropuerto les invitaron a comprar el billete del servicio regular de autobuses hacia Barcelona, instándoles a reclamar después su importe a la compañía. Los pasajeros debieron abonar 11 euros por el billete.

Los conflictos de cada viajero eran diferentes. Ernesto, un joven pasajero del vuelo de Varsovia, preguntaba si podría llegar al aeropuerto de Barcelona para recoger su coche del aparcamiento. La mayoría de los pasajeros se tomaban con calma el imprevisto porque su viaje era el regreso de las vacaciones. Pero también hicieron oír sus quejas viajeros que veían alterado el inicio de su veraneo. Una pareja lamentaba que debiera trasladarse hasta Barcelona para recoger allí el coche que habían alquilado previamente para después volver a tomar la dirección de Girona para llegar a su destino en Francia. La misma compañía de alquiler de vehículos tenía oficina en Girona, pero no les pudo proporcionar uno de sus coches.

El aeropuerto de Reus (Baix Camp) fue ayer otro de los destinos prioritarios que los responsables del tráfico aéreo escogieron para desviar los aviones que no podían aterrizar en Barcelona. La terminal de llegadas de Reus recibió hasta las tres y media de la tarde tres vuelos que en principio tenían que aterrizar a Barcelona, de las compañías Iberia y Air Europa, con unos 500 pasajeros a bordo. Todos pudieron llegar al aeropuerto de El Prat gracias a un servicio de autobuses que contrató especialmente para la crisis la compañía Iberia.

El aeropuerto de Reus esperaba ayer por la tarde dos vuelos más procedentes de Barcelona, aunque el personal de información estaba pendiente de la confirmación oficial. Estos aterrizajes excepcionales no afectaron, sin embargo, a los 19 vuelos que tenían como destino final Reus.

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La protesta de los trabajadores de tierra de Iberia en Barcelona tuvo también consecuencias en los aeropuertos de Baleares, que utilizan el de Barcelona como principal conexión con la Península y con otros destinos europeos.

En una de las jornadas con mayor afluencia de viajeros, más de 70 vuelos entre las islas y Barcelona fueron cancelados, la mayoría de ellos, una veintena, con origen en Palma, donde el retraso medio de las salidas superó la media hora.

Durante la mañana, seis aviones que debían aterrizar en Barcelona fueron desviados al aeropuerto mallorquín de Son Sant Joan. Dos de ellos provenían de Roma y Milán, y el resto, de destinos nacionales. Varios centenares de pasajeros quedaron durante horas a la espera de viajar en otros vuelos o en barcos con destino a la Península.

En Ibiza, unas 3.500 personas que tenían billete para viajar a Barcelona quedaron bloqueadas en el aeropuerto durante nueve horas, sin recibir información sobre la salida o anulación de sus vuelos. Gran parte de los viajeros eran turistas que regresaban de sus vacaciones en la isla y tenían prevista una escala en el aeropuerto de El Prat para conectar con sus puntos de origen. Hasta media tarde no se les comunicó la cancelación de 17 vuelos. En Mahón (Menorca) hubo tres cancelaciones más.

También se desviaron vuelos al aeropuerto de Perpiñán, donde ayer por la tarde habían aterrizado siete aviones. Un número no determinado de vuelos fueron desviados también al aeropuerto de Toulouse, en el sur de Francia. Los viajeros fueron trasladados a Barcelona en autocares.

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