William J. Drake: "La ONU debería centralizar el gobierno de Internet"

William J. Drake es presidente de la asociación Profesionales de la Informática por la Responsabilidad Social (CPSR en sus siglas en inglés) y miembro destacado del Grupo de Trabajo sobre el Gobierno de Internet, creado en 2005 por la ONU. Este año visitó Madrid invitado por la Fundación Telefónica. Drake es uno de los activistas más relevantes en pro de una Red más democrática y transparente en sus órganos de decisión. Su apuesta por lo que él denomina una "agenda progresista" para Internet le ha ganado el recelo tanto de gobiernos poderosos como de las grandes corporaciones.

Pregunta. Usted es crítico con el excesivo poder de las multinacionales y de la Administración de EE UU en el gobierno de Internet. ¿Cuál es su alternativa como representante de la sociedad civil?

Ha habido mucha demagogia contra la ONU en EE UU. La UIT técnicamente forma parte de la ONU, pero en la práctica es una agencia independiente

La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual o la del Comercio tienen una gran importancia. Sus decisiones son críticas para Internet

Respuesta. En primer lugar, me preocupa que la gente siga teniendo una visión limitada sobre quién tiene el poder real en Internet. Cuando se habla del gobierno de la Red la mayoría piensa sólo en la ICANN (el organismo privado que gestiona las (direcciones de Internet). Pero hay otros organismos que tienen una enorme importancia y pasan desapercibidos, entre ellos la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (WIPO) o la Organización Mundial del Comercio. Sus decisiones son críticas pero, a la comunidad internauta sólo parece interesarle la ICANN. Lo primero, por tanto, es movilizar a la gente para que se ocupe también de esos otros organismos. Si no lo logramos los Gobiernos y las multinacionales seguirán decidiendo por nosotros.

P. Esto obliga a multiplicar efectivos para poder estar en muchos sitios a la vez.

R. La fragmentación de los órganos de decisión provoca que, para los países en desarrollo, sea muy difícil participar de forma efectiva en todos los foros mundiales. No tienen capacidad para hacerlo. Para ellos lo mejor sería que el gobierno de Internet estuviera centralizado bajo el paraguas de la ONU. Sólo así podrán tomar parte en las discusiones, controlar a los más poderosos y realizar sus propias propuestas. Lo mismo ocurre con la sociedad civil y con las pequeñas y medianas empresas. Al estar tan fragmentada la toma de decisiones, el poder queda en unas pocas manos con una gran influencia y capacidad económica para estar presente en muchos organismos. Hablo de las grandes operadoras de telecomunicaciones, los proveedores de servicios, las compañías de software, las de redes y equipos, o las grandes marcas de todos los sectores muy conocidas por el público.

P. ¿Cuál es el papel de estas grandes marcas respecto a Internet?

R. Las grandes marcas ejercen un enorme control en la ICANN y en la WIPO sobre la asignación de nombres y dominios en Internet. Tratan de evitar a toda costa que alguien pueda usar su marca bajo otro dominio que no sea puntocom, por ejemplo para dirigir al internauta a un sitio web crítico con la empresa, o que haya quien contamine marcas muy conocidas haciendo bromas a base de pequeñas modificaciones de su nombre o añadiendo adjetivos sarcásticos. Por eso quieren que haya pocos dominios de alto nivel en la Red, para poder controlarlos.

P. ¿Y los Gobiernos?

R. Algo similar se da en las administraciones públicas. Por ejemplo, whitehouse.gov es la web oficial de la Casa Blanca, pero whitehouse.org te lleva a una organización de izquierdas que se burla de Bush. Esto es lo que las multinacionales quieren evitar que les pase a ellas.

P. ¿Cómo se cambia el actual gobierno de Internet?

R. Lo primero es promover reformas en cada organismo, no sólo en la ICANN, para que haya más representación de la gente, contrarrestar el poder de las corporaciones, introducir más transparencia y exigir a quienes toman decisiones que éstas sean producto de procedimientos profundamente democráticos, sin arbitrariedades.

P. Usted promueve también un nuevo foro mundial, Internet Global Forum (IGF), ligado a la ONU, que dé la palabra a la sociedad civil.

R. El primer encuentro será en Atenas en noviembre. Surge de una coalición de ONG que se ocupan de Internet y de organizar acontecimientos como la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información, celebrada en Túnez el año pasado. EE UU y las grandes corporaciones quieren que IGF sea un foro inocuo y simpático, pero que no muerda. Que sea un encuentro anual de cuatro días sin capacidad de influencia. Los organizadores, en cambio, queremos que tenga continuidad todo el año a base de crear comunidades virtuales de trabajo conectadas en red. Y que tenga peso y autoridad real en la legislación y en las decisiones que conciernen a la gente.

P. ¿Quién ganará el pulso?

R. Ellos.

P. Suena pesimista.

R. Bueno, confío en que seamos capaces de lanzar ideas atractivas y que los que tienen el poder se las acaben apropiando, como si fueran suyas. No me importa si con ello se avanza. También creo que podemos crear un clima apropiado para que no tengan más alternativa que hacernos caso. Si no quieren discutir los grandes temas en el IGF, los países en desarrollo los llevarán al seno de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), algo que nos le hace ninguna gracia ni a los gobiernos más poderosos ni a las grandes multinacionales.

P. ¿Qué papel deberían tener la ONU y la UIT, que se ha postulado como alternativa a la ICANN?

R. Ha habido mucha demagogia contra la ONU en Estados Unidos. La UIT técnicamente forma parte de la ONU, pero en la práctica es una agencia independiente, muy controvertida y tradicional, que integra a los ministros de telecomunicaciones de los diferentes países. Por eso la han usado para desacreditar a la ONU, diciendo que si la UIT se hace con el control de los dominios, éstos pasarán a manos de dictaduras como la china, la libia, la saudí... Crean miedo al cambio, como Bush crea miedo con el terrorismo; pero la ONU es el único lugar, abierto y neutral, donde todos los países pueden juntarse y lograr que se implique como catalizador de los cambios que necesitan los organismos que rigen sobre Internet. Es la mejor alternativa.

P. ¿Teme que Internet se fragmente en varios pedazos, por ejemplo un Internet chino, como ya se promueve?

R. Los propios chinos serían los más perjudicados, porque se cerrarían salidas al mundo; pero algún grado de fragmentación es probablemente inevitable y tampoco es tan horrible. Limitará ciertas comunicaciones, pero introducirá competencia en lo que ahora es un monopolio. Y serán los mismos chinos los que inventen formas de saltarse las barreras de su Internet. Si conlleva mayor censura será negativo, pero dará lugar a un gran debate internacional y, si van demasiado lejos en su control, China será criticada en todos los foros y saldrá perdiendo.

CPSR: www.cpsr.org WORKING GROUP ON INTERNET GOVERNANCE: www.wgig.org