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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Gérard Oury, director de la comedia popular del cine francés

Alcanzó una enorme popularidad con las películas de Bourvil y De Funès

Hubo una época en la que el cine europeo existía. De la mano de industrias nacionales bien identificadas, de grandes éxitos populares y también de filmes de autor. Gérard Oury, que falleció el jueves 20 de julio en Saint-Tropez a los 87 años, ha sido uno de los grandes nombres de la corriente popular. Sólo en Francia, sus películas han tenido más de 50 millones de espectadores. Pero en su momento, entre 1960 y 1980, con la ayuda inestimable de actores como Jean Paul Belmondo, Bourvil y Louis de Funès, sus películas viajaban, se estrenaban en Madrid, Roma o Berlín y competían en éxito con las estadounidenses.

La Gran Vadrouille (1966) ha ocupado el primer lugar de las listas de éxito francesas con sus 17 millones de espectadores hasta que fue desplazada por Titanic. En el filme, De Funès encarna a un irascible director de orquesta, y Bourvil, a un pintor de paredes algo simplón. Y los dos hombres han de afrontar la catástrofe, la invasión y ocupación nazi. La Historia, con mayúsculas, y la comedia iban de la mano.

En Les aventures du Rabi Jacob, De Funès se topaba con el antisemitismo contemporáneo y con el integrismo judío, siempre buscando que la reflexión viniese después de la risa.

En Le Cerveau (1968) Belmondo y Bourvil convivían con David Niven para realizar un enésimo robo perfecto.

Oury había nacido en París, en una familia de artistas. Su padre era el violinista Serge Tenenbaum y su madre una crítica de arte. Él entró en la Comèdie Française en 1939 y las leyes antijudías le llevaron a refugiarse en Suiza, donde nació su primera hija, la hoy cineasta y guionista Danièle Thompson. Esa experiencia vital le sirvió de inspiración en varias de sus películas.

De regreso a Francia reemprendió su carrera teatral, que alternó con interpretaciones para el cine desde 1946. No debutó como director hasta 1959, con una obra de cine negro, La main chaude, a la que siguieron otras dos del mismo género.

Su amigo Louis de Funès le convenció de que había pasado la época de lo policiaco y que los tiempos que corrían eran para la comedia.

Es con Funès y Bourvil que Oury firmó su cuarto largometraje -Le Corniaud (1964)- y su primer gran triunfo: 12 millones de entradas sólo en Francia.

A partir de entonces no abandonará el género de la comedia, ni la fórmula: una pareja de actores improbable sumergida en un contexto histórico preciso.

La muerte de Bourvil le impulsó a asociar a Yves Montand a De Funès en La folie des grandeurs (1971) para una disparatada revisión de los clásicos, o a proponerle a Belmondo una cinta de aventuras en la que él carga con todo el peso: L'As des As (1982). Fue su último éxito importante.

Luego ha dirigido a Richard Anconina y a Michel Boujenah en Levy et Goliath (1986), una nueva incursión en el mundo de los judíos franceses, o a Christian Clavier en La sois de l'or (1993). En esta cinta se hizo evidente el desgaste de la receta Oury, máxime con un actor que no aceptaba ser dirigido. La última película de Oury ha sido un remake de una comedia popular de Marcel Pagnol: Le Schpountz (1999).

Casado con Michèle Morgan desde 1960, autor de un libro de memorias -Mèmoires d'éléphant (1988)-, Gérard Oury es un cineasta de la época en que el cine era el gran entretenimiento popular, casi el único de carácter masivo antes de perder el monopolio a manos de la televisión y la multiplicación de canales y formas de acceso a la imagen. En estos días, dos de esos canales -la privada TF1 y la pública France3- modificaron su programación para incluir en ella tres películas de Gérard Oury. Sin cortes publicitarios. -

El primer ministro francés, Dominique de Villepin, que acudió al funeral de Gérard Oury, celebrado ayer en París, junto a a la viuda del director de cine, la actriz Michèle Morgan, y su hija, Daniele Thompson.
El primer ministro francés, Dominique de Villepin, que acudió al funeral de Gérard Oury, celebrado ayer en París, junto a a la viuda del director de cine, la actriz Michèle Morgan, y su hija, Daniele Thompson.

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