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Reportaje:TOUR 2006 | Decimonovena etapa

Trabajando para el 'enemigo'

Cinco auxiliares gallegos del Phonak que llevaron a Pereiro desde infantil celebraron como nadie la victoria de Landis

Carlos Arribas

Sonó la gaita, ondeó la bandera blanca con la diagonal azul, se bailó una muñeira y se cantó La rianxeira. Modesto, Moisés, José Luis, Teixeira, Antonio, gallegos de Porriño, de Mos, de Ponteareas, un pequeño rincón en la provincia de Pontevedra, pueblos situados en un radio de 30 kilómetros, celebraron ayer, alrededor de la meta del Tour, el triunfo de su patrón, que no es su paisano, su amigo, Óscar Pereiro, sino Floyd Landis, el norteamericano que le despojó del maillot amarillo por 59s.

Son los cinco auxiliares gallegos, mecánicos y masajistas del equipo Phonak, cinco personas orgullosas que, pese a conocer a Pereiro desde que éste era el cascarilla, un mocoso que no levantaba un palmo del suelo, que usaba una bici talla 46, una miniatura, un crío que no paraba quieto, no dudaban ayer a la hora de declarar su fidelidad. "Ni corazón partido, ni alma dividida, ni nada", dijo Modesto, el mecánico, que fue director de Pereiro en sus tiempos de juvenil. "Nosotros tenemos bien claro para quién trabajamos. El triunfo de Landis es, así, también nuestro triunfo. Significa que hemos montado bien su bici, que nada ha fallado, que ha recibido los mejores masajes...". El Phonak, empresa suiza de audífonos, es un equipo con alma gallega desde su nacimiento, en la temporada 2002. Lo construyó Álvaro Pino, gallego de Ponteareas, después de dejar el Kelme, y en su aventura se llevó como auxiliares a la gente que movía el ciclismo en la comarca, a Modesto, que tenía una tienda de bicicletas y ayudaba en los clubes; a José Luis, director de un equipo amateur; y a Antonio. Al trío se unieron, dos años después, José Teixeira, masajista del Kelme, y Moisés Leboso, del Banesto. Y el quinteto enseguida adoptó como mascota, como chico más querido, a Pereiro, al ciclista desconocido fuera de Galicia a quien Pino dio la oportunidad de crecer entre los mejores.

"Nosotros tenemos bien claro para quién trabajamos. El triunfo de Landis es el nuestro"

Pereiro llegó al Phonak procedente de un equipo portugués de tercera división porque pocos directores lo conocían en España. "Yo quise llevármelo al Kelme", cuenta Pino. "Pero justo el año que dio el salto entró como copatrocinador la Diputación de Alicante, lo que nos obligó a contratar corredores de la cantera mediterránea. Óscar tuvo que irse a Portugal, pero en cuanto monté el Phonak al primer corredor que contraté fue a él".

En 2004, los casos de dopaje de Tyler Hamilton y Santi Pérez le costaron a Pino el puesto en el equipo, y al terminar 2005 Pereiro también se fue, pero los cinco gallegos continuaron constituyendo el núcleo duro del conjunto. Y desde esa posición sobrevivieron ayer a la dura contradicción. "Yo dirigí a Óscar a los 13 y a los 14 años, cuando fue campeón de ciclo cross", cuenta Moisés. "Era el casca, era tan ligero que en los repechos tiraba la bicicleta para arriba y subía corriendo". Y pese a haber seguido sus pasos desde entonces, pese a haberle visto crecer muy deprisa, siempre bromista, siempre desinhibido, hiperactivo de culo inquieto, pese a verlo la última semana del Tour tan hermoso con su maillot amarillo, tan cerca de su consagración mundial, ni Moisés ni los otros cuatro pensaron por un segundo que no terminaría ganando Landis. Y que no terminarían celebrándolo como si hubieran ganado ellos mismos. "Aunque también teníamos clara una cosa", explicaron. "Que de no ganar Floyd por lo que fuera, evidentemente tendría que ganar Óscar".

Visto este panorama, a nadie, evidentemente, puede extrañarle que el día en que recuperó el amarillo Pereiro mostrara su pena sincera por el hundimiento de Landis, o que ayer declarara su alegría, también sincera, por el triunfo del enemigo estadounidense a quien tan bien cuidan sus amigos gallegos.

Landis se refresca tras la contrarreloj de ayer.
Landis se refresca tras la contrarreloj de ayer.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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