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Reportaje:Golf | Open Británico

El león en la caverna

Daly, que no superó el corte y ha perdido 50 millones de euros en juegos de azar, da un recital en The Cavern, la cuna de los Beatles

John Daly, apodado El león, es un golfista bastante especial. Por ejemplo, está muy gordo. Es enorme y las costuras de sus camisas siempre están en tensión. Tiene la cara roja, deformada por el alcohol, y la nariz convertida en una terminal de venas azuladas. Además, a veces le tiemblan las manos, incluso jugando. Nunca viaja usando las facilidades de los organizadores. Se ha divorciado cuatro veces. Confiesa que ha perdido cerca de 50 millones de euros en juegos de azar en los últimos 12 años y que es adicto al chocolate. Ha escrito un libro sobre su vida que se ha convertido en un bestseller según la editorial Harpers. Además, toca la guitarra y canta. El pasado martes dio un concierto en The Cavern, la profunda gruta de ladrillo a un centenar de metros del río Mersey donde debutaron los Beatles. En Liverpool, claro.

Se ha divorciado cuatro veces, ganó dos 'grandes' antes de cumplir los 30 y su biografía es un éxito
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El cartel está colgado a la derecha de un busto de John Lennon. "Esta noche toca este tipo", dice el portero a los que se acercan a curiosear. Por eso nadie puede entrar en el recinto hasta las nueve de la noche. Este tipo, su cartel mejor dicho, es un señor obeso de 40 años (nació en Carmichael, California, en 1966) con flequillo rubio que sostiene una guitarra en las manos regordetas. Una banda cruzada advierte de que sólo se puede entrar con invitación. Daly no cobra entrada. Hace no mucho editó un disco de música country y letras autobiográficas titulado My life. Le ayudaron músicos como Willy Nelson.

Las melodías llegan con sordina hasta la calle. Desde fuera no parece el sonido de un aficionado. Suena bien. Podría pasar por cualquiera de esos quejumbrosos seguidores de Bob Dylan que se sientan solos en una banqueta con el instrumento a contar historias más o menos costumbristas de la vida americana.

Porque John Daly tiene muchas historias que contar. Empezó a jugar al golf a los cuatro años en Arkansas y antes de cumplir los treinta se había convertido en el único jugador en activo que tenía dos grandes a esa edad. El campeonato de la PGA, en 1991, y el Open Británico, en 1995. Cuando ganó el Open ya había confesado públicamente su alcoholismo. Estuvo en los programas de desintoxicación de Alcohólicos Anónimos y en la célebre clínica Betty Ford. En aquella época contó que se bebía una botella de Jack Daniels diaria. En uno de los periodos de abstinencia consiguió la victoria en un campeonato y anunció que era "el primero" que ganaba "estando sobrio". En una de las etapas más turbulentas de su vida -divorcios express y pésimos resultados deportivos- fue evacuado de un avión de British Airways por hostigar a una de las azafatas. Eso ocurrió a finales de los años 90.

Su última esposa aún tiene juicios pendientes por posesión de cocaína y marihuana. Daly no fue acusado.

En el libro que ha escrito recientemente cuenta todas sus "aventuras" y aprovecha, según él, para desmentir otras que le atribuyeron pero no eran ciertas. El libro se titula My life in and out the rough: the truth behind that bullshit you think you know about me (Mi vida dentro y fuera del rough: la verdad más allá de toda la mierda que crees que sabes sobre mí).

Daly, además de despilfarrar en el juego una cantidad desorbitada de dinero en los últimos años, dedica una buena parte de sus ingresos a fundaciones benéficas. Una señal de normalidad en un mundo, en el circuito, en el que es uno de los "más carismáticos y especiales". Tan especial que él mismo reconoce que nunca ha seguido "ninguna ley, excepto las del golf".

Daly fue eliminado ayer al no superar el corte del torneo.

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