Els se enfrenta de cara a su 'tigeritis'

"Ya veremos", dice Severiano Ballesteros, polo verde, cara curtida por el sol, tras dar las gracias a su hijo Javier por sus servicios como caddie. El español, que no jugará hoy al quedar fuera de los finalistas, no quiso revelar si había sido su último torneo como profesional: "El futuro es el futuro, no puedo desvelarlo", comentó con cierto misterio. Más explícito fue al hablar de su relación con su hijo Javier: "Le he explicado un montón de cosas y a los dos nos ha hecho mucha ilusión la experiencia", desveló. Lo que más le ha sorprendido al adolescente "ha sido escuchar todos los ánimos de la gente, que incluso le aplaudían a él por ser parte del equipo". Quizás, los últimos aplausos que resuenen cerca de una de las playas británicas donde se disputa el Open. O quizá no. Con Severiano, ya se sabe, el futuro no está escrito. En 2007, toca Carnoustie. O no.

"Su tarjeta es fantástica y en ella se esconden golpes magníficos", dijo Els de Woods

Ernie Els, que seguro que repetirá el año próximo en Escocia, padecía un curioso trastorno mental. Necesitaba acudir con regularidad a un psicólogo para combatir la dolencia. Tenía tigeritis. En realidad, tampoco era tan extraño. Sergio García aún sufre el síndrome que le ha acompañado a lo largo de toda su carrera. A Els le daba miedo Tiger Woods. Le anulaba. Le obsesionaba, le producía invencibles estados de ansiedad y lo reconoció. Después de muchas sesiones tratando de conjugar al fantasma, Els, que sólo ha ganado un grande (el Open de Estados Unidos, en 1994), anunció que era un hombre nuevo. Que había superado sus complejos.

Hoy tiene una buena ocasión de demostrarlo. Saldrá junto al estadounidense, que le aventaja en un golpe y lidera la clasificación con -12. "Ya sé por donde vais, pero sólo voy a decir que es muy bueno, su tarjeta es fantástica y en ella se esconden muchos golpes magníficos", comentó el surafricano sobre su principal rival, al tiempo que conjuraba sus supersticiones: "Hay que ir día a día". Els también recordó los dolores que sufre en la rodilla desde el pasado mes de febrero: "Todos jugamos con pequeños inconvenientes físicos", comentó.

Woods apareció en la casa club del Royal Liverpool cuando aún el sol no terminaba de colorear la pradera amarilla. Era muy temprano. "Los vientos han cambiado", dijo como si fuera un indio de los de las películas o un habitante de una zona rural con ganas de exhibirse frente a un tipo de ciudad. Los vientos eran mejores, decía El Tigre. Así que montado sobre esa benéfica brisa el californiano empezó a recolectar birdie tras birdie. Una tarjeta de 65 golpes (-12 sumando los dos recorridos) que le dejó durante buena parte de la jornada con una ventaja sideral sobre sus más inmediatos seguidores, entre los que estaba Miguel Ángel Jiménez (-7 en el total de los dos días). Después aparecieron el "relajado" Els y Di Marco, que ahora es tercero con -9 en el global, para dar una cierta apariencia de emoción al torneo. Pero no mucha. No demasiada emoción tratándose de Tiger.

Olazábal salvó la jornada "tirando de oficio" y, a pesar de no jugar especialmente bien, consiguió acabar con cuatro golpes bajo par y salvar por los pelos el corte. Fernández Castaño también estará en las rondas finales y va perfilando una presencia cada día más relevante en el circuito.

Resultados: 2ª jornada: 1. T. Woods (EE UU), 132 golpes (12 bajo par). 2. E. Els (Sur.), 133. 3. C. Di Marco (EE UU), 135. 4. R. Goosen (Sur.), 136. 5. M. Á. Jiménez, A Scott (Aus.) y M. Clonen (Fin.), 137. 9. G. Fernández-Castaño y S. García, 139. 38. J. M. Olazábal, 141. No pasaron el corte, entre otros, S. Ballesteros, C. Montgomerie (Esc.), F. Couples (EE UU) y V. Singh (FJI).