Zidane y Materazzi, castigados

La Comisión Disciplinaria de la FIFA adoptó ayer una decisión salomónica y sancionó con tres partidos a Zinedine Zidane y con dos a Marco Materazzi por el altercado que mantuvieron el pasado 9 de julio en el estadio de Berlín, en la final del Mundial celebrado en Alemania, donde Italia ganó, ante Francia, su cuarto título. El mediapunta francés, que también deberá abonar 7.500 francos suizos (4.480 euros) de multa -por los 5.000 francos impuestos al zaguero del Inter, equivalentes a 3.250 euros- se declaró dispuesto a realizar trabajo comunitario con niños y adolescentes.

Una manera elegante de ahondar en la tesis de que el agresor fue Materazzi, que recibió el cabezazo del centrocampista galo en el plexo solar del trasalpino por sus presuntas referencias despectivas a la madre y la hermana del ex jugador madridista. Tras escuchar ayer a Zidane -Materazzi ya prestó declaración el pasado 14 de julio-, el comité disciplinario de la FIFA determinó que "no hubo insultos racistas".

Zizou, ya retirado, cumplirá su castigo trabajando con niños y adolescentes

En vista de que Zidane jugó contra Italia su último partido como profesional, los cinco miembros de la Comisión Disciplinaria que preside el suizo Marcel Mathier, tomaron nota de su labor comunitaria de tres días con niños y jóvenes, de acuerdo con el marco de actividades humanitarias que organiza la entidad futbolística. La decisión la tomaron después de una reunión de dos horas con el futbolista, que acudió a la sede de la FIFA en Zúrich con el presidente de la Federación Francesa de Fútbol, Jean-Pierre Escalettes. Una tarea de compromiso social de la que se libra Materazzi, apodado El Carnicero del calcio, por su repertorio de entradas violentas. Y también por su ingenuidad o falta de cultura. "No llamé terrorista a Zidane. Soy ignorante y no sé ni siquiera qué quiere decir terrorista o islámico", esgrimió en su defensa. Hasta la ONG SOS Racismo reclamó la intervención de la FIFA, por el supuesto contenido xenófobo de los insultos de Materazzi. Más acertado resultó un especialista en leer los labios. Según su versión, Materazzi llamó "puta" por dos veces a la hermana y la progenitora de Zizou. El futbolista, hecho a sí mismo en los barrios bajos de Marsella, cuyos orígenes proceden de la Kabilia argelina, fue mucho más sincero que su ofensor: "Soy un hombre. Hubiera preferido que me diera un puñetazo a escuchar lo que me dijo. Reaccioné y no era el gesto que debí hacer, me excuso ante las personas, los educadores..., pero no puedo pedir perdón por lo que hice", aseveró días después de perder la Copa del Mundo.

En el momento de testificar ante la FIFA, los dos futbolistas estimaron que los insultos de Materazzi herían el honor del capitán de la seleción francesa, mas no eran de naturaleza racista. Asimismo, ambos jugadores se disculparon explícitamente por su conducta equivocada y lamentaron los hechos.

El árbitro argentino Horacio Elizondo expulsó a Zidane tras su trifulca con Materazzi en el minuto 110 de la final de la Copa Mundial. Italia y Francia empataban a un gol, y el trofeo se dirimió, por segunda vez, en la tanda de penaltis (5-3 para los azzurri). La falta fue señalada por el cuarto árbitro, el español Luis Medina Cantalejo, que observó con sus propios ojos el incidente y avisó a Elizondo y sus linieres. De haberlo hecho con la ayuda de un monitor su aviso no habría servido, ya que la FIFA no acepta las pruebas sustentadas en la tecnología.