Un pique que da miedo

No parecía una cronometrada. Al contrario. Daba la sensación de que Michael Schumacher (Ferrari) y Fernando Alonso (Renault) estaban ya en carrera cuando el alemán adelantó al español poco después de la salida de la tercera tanda de la clasificación y luego cuando la situación se produjo a la inversa. El duelo se está recrudeciendo a medida que avanza el Campeonato del Mundo de fórmula 1 y la distancia entre ambos se reduce. Alonso lleva ahora 19 puntos de ventaja a Schumacher cuando antes de Indianápolis eran 25. A falta de ocho citas, ya son los únicos candidatos al título.

Pero, mientras Schumacher cuenta con la complicidad de su compañero de equipo, el brasileño Felipe Massa, Alonso no recibe ninguna ayuda del italiano Giancarlo Fisichella, de quien se ha quejado muchas veces. "Habría que remontarse muy atrás para encontrar una ocasión en que me apoyase para restar puntos a [Kimi] Raikkonen, el año pasado, o a Schumacher, el actual", comentó el asturiano en Canadá. Y en Estados Unidos remachó: "No espero ninguna ayuda por su parte".

Ayer se escribió un nuevo capítulo de la historia cuando Massa coló su Ferrari en la segunda posición en la parrilla del Gran Premio de Francia, por detrás del de Schumacher, relegando a Alonso a la segunda línea. Por allí no apareció Fisichella en socorro de su jefe de filas. Estaba en otra lucha y no consiguió más que la séptima posición, por detrás de los Toyota de su compatriota Jarno Trulli y del alemán Ralf Schumacher, ambos con neumáticos Bridgestone, y del McLaren del finlandés Raikkonen. Pedro Martínez de la Rosa, que compite por primera vez desde su quinto puesto de Bahrein en 2005, logró el octavo tiempo y saldrá desde la cuarta línea, junto a Fisichella.

Alonso no pareció sorprendido. "Lo único que se demuestra es que los Bridgestone también funcionan muy bien aquí y que batir a los Ferrari será muy difícil", dijo sin aludir a Fisichella. La cuestión es que, mientras Massa asume su condición de segundo piloto y está siempre a disposición de las necesidades de Schumacher, las relaciones entre Alonso y Fisichella son tensas, máxime desde que se sabe que el austuriano estará en McLaren en 2007.

Un simple vistazo hacia atrás prueba que en las 10 carreras que se han disputado Massa ha ayudado mucho más a Schumacher que Fisichella a Alonso. Mientras el suramericano nunca ha restado puntos al alemán y en Indianápolis acabó el segundo, poniendo distancia entre su jefe, que ganó, y Alonso, quinto, Fisichella lo ha hecho al revés. En Malaisia venció y le quitó dos puntos a Alonso, segundo. En España y Mónaco, donde salió por delante de Schumacher y por detrás de Alonso, siempre fue superado por el germano. Así que nunca se interpuso entre él y Alonso para quitarle puntos. En cambio, en el Gran Premio de Estados Unidos adelantó a Alonso y concluyó el tercero, por detrás de los dos Ferrari, privando a Alonso, que fue quinto, al menos de un punto.

Sin todas estas circunstancias, Alonso podría tener alrededor de cinco puntos más de margen sobre Schumacher de los 19 que ahora le lleva. Hoy, en Magny Cours, la pugna entre el alemán y el español puede volver a tener interferencias: de salida, Massa ya les separa. Y en ningún caso van a ser a favor del español.